Aurah Ruiz se ve al borde de la muerte… o cómo montar un drama tonto por capricho

Aurah cuando duerme es Amy Winehouse echando la siesta antes de un concierto. (FOTO: TELECINCO)

Cuando una está a disgusto, está a disgusto y cuando quiere dar por saco, da por saco. Estas máximas creo que Aurah Ruiz podría llevarlas tatuadas de lo a gala que las lleva y así parece haberlo demostrado en La Casa Fuerte, donde se ha quejado desde el minuto uno, exagerando las cosas que parece una abuela andaluza hablando de la delgadez de su nieto de 190 kilos.

La muchacha ha entrado a concursar y le ha tocado estar en la zona mala, ya sabéis que hay unos concursantes que tienen habitaciones y lujos y otros que tienen menos comodidades que un faquir haciendo el 69 con una motosierra.

Aurah vio el panorama y empezó a quejarse de todo. «La cama está más dura que una piedra«, dijo ella. Una piedra, claro, porque está dura. Aurah tiene una capacidad para la metáfora que ni Gustavo Adolfo Bécquer bebiendo LSD con RedBull.

«Me parece todo una mierda«, dijo ella, que pensaba que entraba a concursar a La casa que flipas de lujosa te cagas pata abajo del gusto y los jeques de Dubai están que no mean por venir aquí. Pero no.

Pero la verdadera tragedia, que a su lado los griegos escribían comedias ligeras para el teatro, llegó cuando Aurah descubrió que no había leche sin lactosa en ese momento. ¿Que nunca va a haber? No, sencillamente se había acabado.

«Mañana no me levanto de la cama, porque me va a dar una hipoglucemia y me voy a quedar tiesa, porque no hay ni leche para yo comer. Pues hala, llévenme a La Paz«, dijo Aurah. JODER. Aurah es la positividad hecha persona. Es más optimista que un Teletubbie viendo amanecer.

Y Tony, que la miraba con cara de haber pagado por ver una película de Pitingo y Álex Ubago sobreviviendo al fin del mundo por la caída de un meteorito lleno de Zombis, le dijo que había pavo para cenar y más cosas.

«No quiero pavo, tío, quiero un puto vaso de leche«, respondió Aurah, porque ella o bebe leche sin lactosa o se deja morir. Es como un ternero con el colon sensible, la pobre.

«Si todas las leches van a ser enteras yo qué bebo, ¿nada?«, se quejó después, porque claro, el único líquido que el ser humano es capaz de meterse por el gaznate es la leche sin lactosa. El agua son los padres.

Por la mañana, la primera de Aurah, se presentó un entrenador personal que al primero que entrena es así mismo. Tenía sus músculos y los de Peter la Anguila. Era un acaparador de músculos. El Amancio Ortega de la musculatura.

«¿Sabéis lo que es el pilla pilla?«, les dijo, por si los concursantes de La Casa Fuerte se han criado con lobos en la selva. Pero ese alegre calentamiento era sólo una trampa.

Como empezaron todos a vacilar, a cantar y a ser felices, el entrenador se molestó y les puso una tabla que no era una tabla, era un tablón con clavos oxidados. Y claro, Aurah allí sin alimentar, sin beber leche, que es la espinaca de Popeye, pero en Aurah, al borde de la inanición.

Y… ¿le pasó algo? ¿llegó la señora Hipoglucemia? ¿Se quedó tiesa? ¿La llevaron a La Paz, al Retiro o al cine o algo? 

No. Casualmente no le pasó nada. Drama tonto desactivado. 

1 comentario

  1. Dice ser Bravo, bravisimo

    Cuando esta noche vuelvas a donde sea que vivas, ten por seguro que has dejado un mundo mejor. Di que sí, con un par te has ganado.

    02 diciembre 2020 | 17:17

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