¿Cuál es el trauma de los guionistas de ‘La Casa Fuerte’ con la música que han querido asesinarla?

Las caras de Mahi, por dios, oyendo a sus compañeros cantar.

Esta semana tienen que hacer una canción. Compuesta por ellos. Yo no sé qué trauma o el porqué del odio de los guionistas de La Casa Fuerte hacia la música, pero obligar a esta gente a componer una canción es como obligar a un mono a operar a corazón abierto.

«Mira mis curvas / soy de silicona / en La Casa Fuerte / soy una leona», es la letra de la canción de Rebeca y Cristini. Joder. Y yo pensando que en Mecano eran malos rimando

El caso es que a Rebeca, que tiene más oído que James Rhodes con auriculares, no le gusta cómo canta Cristini. «La melodía no es la correcta, hemos quedado en que no dirías nada», le dijo, porque ella es muy de incluir a la gente en el equipo. Si Rebeca montara una función de fin de curso en el colegio, Cristini haría de roca al fondo del escenario.

Samira canta moviendo la cabeza hacia los lados como una paloma coja. Así las notas salen mejor. María Callas lo hacía mucho, cantaba que parecía la licuadora de mi abuela.

A todo esto Mahi se quiere morir. Oye a sus compañeros y pone caras como de haberle recetado supositorios de medio kilo.

Marta sigue renegando de sus tareas de limpieza. Más en concreto de la de «limpiar el baño donde ella caga«. Ella es Samira. A Marta la llevas a limpiar Chernóbil con un paño de gasa y te deja el reactor como los chorros del oro, pero no le pidas que limpie el baño de Samira porque se le revuelve el ADN.

Ya sabéis que Albert pasó por el espejo de las lloreras, digo del alma y eso le hizo hablar después con sus compañeros sobre su vida y milagros. «Ya no me gusta ganar», dijo el muchacho. Le tocan los euromillones y quema el boleto, porque NO LE GUSTA GANAR, HOSTIA YA JODER, PUTA DE OROS, QUE NO.

«Tengo dolores por todas partes», confesó también. Si buscáis a Albert podéis encontrarle jugando al cinquillo en el hogar del jubilado. Este chico tiene el piso decorado con tapetes de ganchillo por todas partes.

Isa Pantoja recibió clases de canto de Rebeca. Es raro que ella necesite clases de canto, siendo como es cantante consumada, con videoclip y todo.

«Me paso la noche entera / cuidando las gallinas fuera / sin nada en la nevera», era la letra de Chabelita, a lo que Rebeca dijo «¡qué buena la métrica!». Pero vamos, que si llega a estar vivo Freddie Mercuri le compra los derechos de la canción para Queen.

Los únicos que cantan bien son Rafa y Mahi y van y hacen una canción que le parecería ñoña y llorona a Alex Ubago. Y por favor, que alguien le diga a Rafa que el bigote no. BIGOTE, NO.

El vestuario que la organización les ha dejado es muy guay. Un redactor del programa estuvo tres días esperando en la parte de atrás de un teatro de variedades esperando a que sacaran la basura y luego se tiró como un fiera al contenedor. Y ha sacado de todo, oye.

A Samira le han puesto un corsé con pezoneras. Pavón parece Cocodrilo Dundee trasnochado. Asraf es una versión de Conan, de un Conan al que no le dieron suficiente leche y pasó una meningitis mala y se quedó mal.

Sonia Monroy tiene la tarea de despertar a los residentes. El problema es que cuando Sonia duerme es como si entrara en coma. Hay gente que murió en el siglo XII y se despierta con más facilidad que Sonia.

Y luego es que la muchacha sigue llorando porque se le ha ido JD. Normal que no pueda despertarse, si se le deben quedar unas legañas que no las quitas ni con aguarrás.

Mahi es muy considerada. Se fue a buscar a Albert, que tenía que limpiar su baño. «Es que me estoy haciendo caca, y no me gustaría que tú entraras a limpiar justo después», le informó, como el que ha echado Cucal.

«Me esperaré a que se disipe todo ese ambiente que hayas creado«, le respondió Albert, que no quería entrar ahí y tener que respirar. Antes esnifa bolitas del ombligo de un camionero turco.

«Es un chaval tan guapete y bien parecido que da como cosa hablar con él de caca», dijo Mahi. Claro, porque a los feos les puedes hablar de mierda sin ningún reparo. Hay que joderse, además de troll te hablan de zurraspas.

«Lo mejor de esta vida es cagar todas las mañanas y no tengo problemas en plantar un pino todas las mañanas», nos explicó Mahi, porque ella no caga, ella hace arte. Mahi es la Velázquez de los zurullos. Si hubiera un premio Nobel del Ñordo, ella lo ganaba todos los años.

«Ya he hecho, caca, ya está hecho. Calcula… unos cinco o diez minutos… no ha ido muy mal la cosa, pero por si acaso», le dijo Mahi a Albert después de cagar en tiempo récord. Los que están diseñando el Hyperloop están basando el diseño en el tracto intestinal de Mahi.

Y de Mahi, que caga bien, a Marta Peñate, que está que no caga por Albert. Está muy enamoradita, la pobre. El problema es que Albert no corresponde. Nunca enamorado, siempre inamorado.

Los comentarios están cerrados.