La técnica de las orejas para calcular el viento, o cómo Yola Berrocal deja loco a todo el mundo

Desde que salió de Supervivientes Yola se pasa media vida en academias de supervivencia en la naturaleza. Está tan puesta que si llega a estar ella con los dinosaurios cuando cayó el meteorito, éstos aún dominarían la tierra. Lo que pasa es que se explica medio mal tirando a ni idea de lo que dice y deja a sus compañeros flipando en plató.

Anoche, vídeo que ponían, vídeo que comentaba ella dando briconsejos de superviviencia. Hola familias, soy Yola Berrocal y hoy vamos a aprender a amputarnos una pierna en plena selva. Y así. A Yola la abandonas desnuda en medio de la Antártida y a la semana aparece en Nueva York, morena y con ocho kilos más de peso.

¿Y sabéis cuál es el consejo más importante que os daría Yola? ¡¡QUE ME SIGÁIS EN REDES!! Instagram: @GusHernandezGH / Twiitter: @RealityBlogShow / Facebook: Gus Superviviente Hernández.

Bueno, vamos con el resumen con la gala, más adelante ampliaremos lo de Yola.

La cosa comenzó con Sobera haciendo un alegato para quedarse en casa y tener paciencia. «Aquí queremos un espacio para el entretenimiento y si conseguimos que os riáis o que penséis un rato en otra cosa, estaremos satisfechos», dijo el hombre.

ME REPRESENTA. Si os reís un poco con este post, sólo un poco, si os ayuda… ¡Decidmelo! ¡Ponedme un tuit, un mensaje en Facebook! ¡Una paloma mensajera no, que se me caga en la terraza!

«Los médicos van a cuidar de vuestros cuerpos, nosotros vamos a cuidar de vuestras almas«, dijo Sobera. Ahí, Mediaset haciéndole competencia al Vaticano. A Sobera lo excomulga el Papa mañana a primera hora. Es que me imagino a Paolo Vasile riendo demente sentado en un sillón de orejas mientras acaricia almas custodiadas.

– Voy a poner Telecinco, a ver qué dan…

– ¡¡¡Trae pacá el alma, que te la cuido… MUHA  HA HA HA HA!!!

Y así.

Total, que los supervivientes han sido informados de lo que está pasando en España y en el mundo. La llorera que se desató a continuación no está en los escritos. Menos mal que luego les pusieron vídeos de sus familiares diciéndoles que todo estaba bien.

Antonio David hizo su vídeo con las pantallas del plató de Supervivientes de fondo, donde había un volcán en erupción y lava corriendo pro todos lados y puso voz de pena. Joder, hijo, no envíes un vídeo tranquilizando a la peña como si estuvieras en el fin del mundo y susurrando como a punto de expirar. Sólo faltaban chorretones de sangre salpicando para que el vídeo fuera aún más tranquilizador.

Rocío se cogió una pelotera fina porque no había mensaje de su madre. «Llevo siete años sin saber nada de mi madre. Que pase esto y no sea capaz ni de enviarme un mensaje…», dijo. A ver, cada uno siente lo que quiere, pero siete años previos sin hablar con ella a lo mejor deberían darle una pistilla de qué podía esperar.

«Las noticias que llegan de Madrid es que toda tu familia está bien. Te doy mi palabra de que yo te voy a dar información de tu madre. Voy a remover cielo y tierra para que esa información llegue«, la consoló Lara. Ríete tú de la CIA. Lara es capaz de montar un Guantánamo en los Cayos Cochinos y llenarlo de conocidos de la madre de Rocío hasta que consiga la información.

La que peor lo llevó fue Yiya. Sobera conectó con Playa Desvalida y les preguntó qué tal estaban: «¿Cómo vamos a estar sabiendo que estáis todos infectados por allí?» dijo. Joder Yiya, ahí animando.

– Uy, mira, Yiya, me he hecho un cortecito en el dedo con un folio…

– Vas a morir retorciéndote de dolor mientras te cagas encima y te explota el corazón.

– Gracias, Yiya.

«La situación no es buena, pero tampoco estamos en el apocalipsis«, les dijo Sobera, para tranquilizarles. A Yiya le sudó las tetas. Ella se ve llegando al aeropuerto así:

Lara iba muy guapa, la verdad es que no le puedo poner pegas. Excepto porque en la parte del abdomen llevaba como unas cuerdas que la apretaban, que parecía que acababa de venir de estar atada en una silla. ¡Que se me escapa el ombligo, átamelooooo, átameloooooooo!

Momento cabezas vomitonas. Esas cabezas siempre están como volviendo a casa después de tomar garrafón en una discoteca de pueblo. A Ivana le cayó el barro encima y le dejó el pelo como como para moldearlo y hacer un cenicero para el día del padre.

Y se libró de la expulsión… FANI. La muchacha estaba muy sorprendida y se puso a mover las manitas como si fuera un pollo con muñones tratando de volar.

A Hugo, que sigue nominado, se le quedó una cara de mala hostia y tristeza. Su «legión» le está fallando. Más que legión tiene lejía.

«Le metes tanta tensión a este juego de expulsión que me está creando un problema cardiaco«, le dijo Sobera a Lara. Joder, Sobera, si eso te pone nervioso no te pongas un partido del Atleti porque te quedas seco antes de que piten la primera parte.

«Pues prepárate para el juego de recompensa, porque eso sí que crea tensión«, respondió Lara. Según lo dijo pensé que el juego sería comer torreznos mojados en callos con garbanzos con seis kilos de sal. Rollo que acabas de comer y oyes cómo las arterias hacen «pop».

¡Sobera, mira, una prueba de Supervivientes!

Inciso: Kiko Jiménez es un envidioso del copón. Vio salvarse a Fani y le jodió y eso que ni le va ni le viene. En el plató se puso a interrogar a Christopher. Kiko quiere trabajar en Sálvame y se piensa que es un reportero intrépido que destapa escándalos de calado.

«Quiero preguntarte en directo… ¿cuál es la realidad de la salvación de Fani? Me ha llegado una información de que te estás gastando todo el dinero de los bolos en salvar a Fani. Di la verdad», exigió Kiko. El puto premio Pulitzer le van a dar. Los reporteros de guerra y los periodistas que se infiltran en las mafias llevan en la cartera una foto de Kiko para que les infunda valor.

El caso es que cada vez que Kiko hablaba saltaba Sofía y le decía «¡¡QUÉ BIEN HABLA!!» Sofía mira a su Kiko y ve al puto Unamuno dando discursos. Kiko se rasca una flema de la garganta y Sofía piensa que Kiko sabe idiomas y está hablando en arameo.

Vídeo. José Antonio se puso a meter mierda. Pero a meterla a presión. José Antonio se pone a meter mierda en un submarino y le revienta las juntas. Le dijo a Barranco que todos estaban en su contra.

«Han hecho un pacto para no nominarse ellos y nominarte a ti. Jorge no te lo va a hacer, pero se lo han planteado», le dijo, poco chivato.

«¿Como lo sabes?», preguntó Barranco. «Porque uuuuuuh, uno escucha, uno ve…«, dijo José Antonio. Buenas fuentes. Muy de fiar.

«Tú, Nino, Cristian, Hugo y Nyno dijeron que no iban a entrar en el juego», joder, sólo quedaba Ferre. El típico complot en el que solo hay una persona. El complot de la gente sin amigos.

Es el típico complot que José Antonio oyó porque era un complot que se hizo gritando y publicándolo en el BOE, ya sabéis que los complot, las intrigas y las conspiraciones cuanta más gente las sepa, mejor. José Antonio se enteró diez días antes de que iban a matar a Kennedy leyéndolo en el ¡Hola!, no os digo más.

Ferre, que era uno de los señalados como instigador del complot, se cogió un rebote del 15. «Como se nota que te gusta dar información falsa y mierda«, le dijo a José Antonio.

Al final Ferre explicó el tema: habían hablado entre ellos de a quién le darían el punto en distintas situaciones y algunos de ellos habían dicho que a Barranco antes que a los demás. José Antonio, ahí, retorciendo la realidad hasta que hace zumo. Don Simón sabor Tergiverse.

La estrategia de José Antonio era clara: dividir al grupo que se lleva bien para no estar él en inferioridad. Resumen del paso de José Antonio por Supervivientes:

Y llegó la prueba de recompensa. Se trataba de coger una bola con un palo y hacer un recorrido de obstáculos sin que se cayera.

No le pusieron título de peli para adultos como en otras galas, pero teniendo en cuenta de que se trataba de coger bolas con cuidado la prueba se podía haber llamado «Fue a por bolas con cariño y le comieron el pestiño«.

La recompensa era un Kit de supervivencia y nachos con guacamole y queso que se tenían que comer con palillos chinos. «Cocina fusión», dijo Lara. Y gracias que no les habían puesto sopa para comerla con un tenedor.

Jorge, el Guardia Civil, se apañaba fatal con lo del equilibrio. Se le caía la bola una y otra vez. Si Jorge intenta deteneros para escapar de él sólo tenéis que ir por el borde de una acera: intentará seguiros, pero se caerá todo el rato.

El problema era que miraba la bola con una concentración como de estar desactivando explosivos. Aunque con el pulso que tiene el jodío, tiene que desactivar una bomba y puede darse por jodido. En la Academia de la Guardia Civil cuando a Jorge le tocaba hacer las prácticas de artificiero todos sus compañeros pedían ir al baño para salir del aula.

«Me estoy poniendo cardiaco con ésto», dijo Sobera. Este hombre virus lo mismo no tiene, pero la tensión como para iluminar una ciudad pequeña.

Sí lo hizo bien José Antonio, que tenía un pulso perfecto. Eso sí, luego llegó a la parte en la que se tenía que poner la bola en un laberinto que había que girar. «No se puede, no da el giro«, se puso a decir con impertinencia a Lara. Pero oh, sorpresa, sí que se podía.

Total, que ganaron los siervos. No sé cómo se lo monta Rocío que siempre come sin dar ni palo. Y joder, qué bien se apañaban con los palillos los jodíos. Luego les dejaron comer con las manos. Qué forma de engullir. La próxima vez que la NASA quiera subir un vídeo para que sepamos cómo es un agujero negro va a subir esas imágenes. La materia no se crea ni se destruye… excepto si se la come esta gente, que sí que se destruye.

Los Mortales, todos hombres musculosos, estaban desolados por haber perdido. «Nos han fallado los machotes esta noche«, dijo Sobera, como si viniera de una orgía gay y hubiera habido muchos gatillazos.

«Soy experta en equilibrio», dijo Yola en el plató, interviniendo, porque ella siempre aporta comentarios de calidad sobre cómo se deberían hacer las cosas. A Yola la llevas a una conferencia de Einstein y le interrumpe para corregirle la teoría de la relatividad.

Estaba el doctor Cavadas un día trasplantando un brazo cuando entró Yola al quirófano.

– Uy, ese tendón lo estás dejando suelto, ¿eh? Apriétame más ese nervio que estás dejando mustias las sinopsis.

«Para el equilibrio hay que apretar abdominales, glúteos, respirar y en lugar de mirar al suelo hay que mirar a un punto fijo», explicó. La técnica de equilibrio de Yola es la misma que para cagar cuando estás estreñido.

Yola se pone a dar explicaciones y no le entiende ni Cristo con un traductor y dos esquemas. La mujer es que se lía. Los compañeros le ponen unas caras como de estar tratado de entender la física de partículas explicada por Arévalo haciendo de gangoso.

En un momento dado Yola aprovechó la coyuntura para mandar un beso a su sobrina, porque era su cumpleaños. ¿Cuántos añitos tiene? preguntó alguien. «20 años», dijo Yola. A tomar por culo. La chica esa está hasta los ovarios de que Yola le dé un euro de paga cada vez que la ve.

Y vídeo: Nyno se escondió una alita de la prueba de recompensa del domingo, cuando les habían dejado claro que debían comerlas en el momento. Se había metido una alita en el bolsillo. Para qué usar tuppers. Yo al trabajo siempre me llevo las lentejas en el bolsillo de atrás del vaquero.

«Lo ocurrido no fue nada agradable, engañar y robar a la organización es un hecho grave. El kit no va a ser disfrutado por los concursantes de los mortales», les dijo la organización en un pergamino.

«Pero cuando el hombre me preguntó lo saqué«, se quejó Nyno. JA JA JA Para Nyno si te pillan en la frontera con la maleta llena de tabaco y lo sacas, te tienen que perdonar.

– ¡¡Alto!! ¡¡Seguridad!! ¿se está usted llevando ese collar de diamantes sin pagarlo?

– Sí, pero me lo saco del bolsillo y se lo doy, ¿ve?

– Ah, vale, gracias, puede irse y perdone.

Ya en directo y en el plató se enzarzaron Sofía y Bea. Bueno, Sofía trató de enzarzarse, pero Bea tiene más clase que ella. «No quieres sacar la macarra que llevas dentro», dijo Sofía, que lleva a su macarra por fuera siempre.

Vídeo: «Nyno lo primero que tiene que hacer es rajar a la cara», se quejaba Rocío, porque Nyno la llamó vaga supuestamente a sus espaldas. «Prefiero tener mi físico y menos musculitos y más neuronas«, dijo Rocío, que piensa que el alcohol y el ejercicio matan las neuronas.

Me descojono siempre que en estos concursos la gente se queja de que no se dicen las cosas a la cara. Si los humanos nos dijéramos todo a la cara en la vida real iríamos ya por la vigésimo quinta guerra mundial. Había navajazos en las oficinas día sí y día también.

Vídeo: Elena ganó un salvoconducto para robar cosas en la playa de los Mortales.

En 1527 las tropas españolas y alemanas de Carlos V saquearon Roma hasta los cimientos. Aquello fue ir a comprar al súper comparado con lo que hizo Elena en su incursión a la playa de los Mortales. Sobre todo porque al otro lado de la valla estaba José Antonio chillando: «¡¡ELENA ROBA LAS LATAS, EL ARROZ Y LA PASTA!!» y a su lado Rocío, babeando «¡¡Ratas, que escondéis la comida!!».

Y la muchacha, que se mueve menos que los cimientos de las pirámides, se reía de los Mortales mientras perdían su comida en el robo: «¿No pescas tanto?, pues vete a pescar«. MALA ES POCO.

Y Elena encontró las latas que Cristian había escondido corriendo para que no se las quitaran. «Hay más, pero no quiero quitárselo todo«, dijo ella, apiadándose.

«¡¡QUE DICES, QUÍTASELO TODO!!», dijo José Antonio fuera de sí. En una hambruna a José Antonio no podrías dejarle cuidando a tu bebé, porque se lo come.

«He dicho que les robaras todo porque me ha parecido de agonías que escondieran la comida«, trató de justificarse Rocío. No, si te parece te la dejan ahí y le dan un calentón en el microondas para que la encuentres a tu gusto. Joder. A Rocío se le muere un compañero en la isla y en lugar de pedir que lo incineren pide que lo dejen hecho al punto.

No sólo pidió como una posesa que les robaran todo, Rocío encima se quejó de lo que se había robado, porque el tomate de los macarrones tenía un poco de picante.

«No quiero picante, no soporto el picante», dijo Rocío y pretendía obligar a todo el grupo a que abriera otra lata sólo porque a ella no le gustaba la que había. Rocío tendrá muchas neuronas, pero las tiene todas ocupadas en pensar en ella misma.

El caso es que los demás se plegaron y abrieron una lata de tomate para que la señorita no tuviera que comer picante. NO LA SOPORTO. Y al perro faldero llamado José Antonio tampoco.

Vídeo: Rocío no entiende cómo durante la noche se les apaga el fuego. A lo mejor es porque ella no mueve el culo para echarle leña, pero no creo. Será porque su fuego es el único en el mundo que se consume.

Sus compañeras Elena e Ivana habían pasado la noche en vela alimentando el fuego, pero alegaron que se les acabó la leña. Rocío se pasó la noche durmiendo y a la mañana siguiente se quejó. Y con ella José Antonio, empeñado en que cuando él se acostó había mucho fuego.

En la mente de José Antonio el fuego es infinito. ¿Sabéis la zarza ardiente que no se consumía y que le habló a Moisés? Pues para José Antonio eso es lo normal.

En otro orden de cosas. «Para ser hombre hay que decir las cosas a la cara», le dijo Yiya a Pavón. Eso es. Lo de que se te descuelguen los cojones, te salga pelo y te cambie la voz son sólo pistas, cuando de verdad te haces hombre es cuando dices las cosas a la cara. Ahí es cuando puedes empezar a preñar hembras.

Hay tribus en África que para que los niños se conviertan en hombres-guerrero tienen que cazar a un animal salvaje. Y luego está el pueblo de Yiya, donde les ponen a decirse las cosas a la cara.

Yiya se ha echado a un amigo. Es un cangrejo al que llama Brócoli. Yo soy el cangrejo y sólo porque me llama así la arranco un dedo con las pinzas. Yiya le soltó una chapa al cangrejo que al pobre bicho acabar en una paella le parecía una buena alternativa.

«Los cangrejos son los que mejor escuchan», dijo Yola, que dijo que cuando ella estaba en la isla también tenía un cangrejo confidente, uno azul grande porque «son más humanos». Vale, Yola. Os juro que Yola Berrocal me cae bien. La he conocido en persona y es un amor, pero es que me descojono con sus explicaciones.

De hecho, la gala terminó con Yola tratando de explicar cómo se averigua la dirección del viento con las orejas. Estaban pasando los títulos de crédito y ella dando explicaciones de cómo colocar los pabellones auditivos.

Pues lo he buscado… y sí: se puede y se hace. Pero claro, cuando en lugar de explicar que para saber la dirección del viento debes colocarte de forma que oigas el viento en los dos oídos a la vez, Yola se puso a moverse por el plató como si en lugar de orejas tuviera dos veletas con pendientes de aro.

Y se acabó lo que se daba. Pese a lo que pese… Yola mola mil.

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