Una concursante de MasterChef se derrumba por la absurda bronca de una miembro del jurado

Samantha y Oxana, en un montaje elaboradísimo que he hecho.

Cada uno se coge los cabreos por lo que le da la gana, oye, no nos vamos a meter con eso. Hay quien se enfada cuando se encuentra a su pareja en la cama con la vecina, una cabra y dos señores de Albacete y hay quien se enfada porque unos frutos secos están mal tostados. Que viene a ser lo mismo.

Pero no adelantemos acontecimientos y vayamos por orden porque la semifinal de MasterChef se celebró anoche con más noche que celebración a juzgar por la habilidad de algunos concursantes.

La cosa empezó con Toni haciéndole peros a los miembros del jurado y más concretamente a Jordi. Si Toni tuviera en sus manos un salvavidas y viera a Jordi arrastrado por una corriente su única duda estaría entre quedarse quieto con el salvavidas en la mano o ir por la orilla siguiendo a Jordi y diciéndole «te jodes, te jodes, ponme pegas ahora».

«En seguida te ponen clichés, si eres valenciano, el arroz, Jordi, agarrao, porque es catalán, no hay que poner clichés», dijo Tony. No, no hay que ponerlos pero los pone.

Aquí un señor abogando porque no se den hostias:

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Antes de la primera prueba los concursantes estuvieron dudando sobre en qué podría consistir. «Yo no quiero que vengan niños porque el maduro va a ser el niño y yo voy a quedar fatal», dijo Marta, que es igual de madura que una pera cuando todavía es una flor.

Pero no, lo que aparecieron fueron pasteleras con tantas estrellas Michelín que eso parecía un puñetero planetario. Las escenas del Halcón Milenario saltando al hiperespacio se hacían con estas chefs corriendo muy deprisa a los lados de la nave.

Había unas campanas de metal de las de esconder comida y debajo había el postre estrella de cada una de las cocineras. Para explicar los platos necesitaban una media hora cada una. Eso sólo para decir los ingredientes, para explicar la elaboración tardaban mucho tiempo. Había un niño de seis años viendo la grabación ese día y cuando salió del plató tenía 21 años.

A mí me dan de comer un postre tan rico en detalles, tan completo, tan equilibrado, tan intenso y elaborado que me lo ponen en la mesa y no sé si comérmelo o pedirle matrimonio.

El caso es que para el mejor de esta prueba el premio era «un puesto de trabajo durante un año en un hotel en República Dominicana». ¿Qué tipo de regalo es ese? El regalo sería si fuera «un año rascándose la barriga tirado al sol en República Dominicana con un acompañante para que te la rasque mientras duermes».

«Apartaros, es mi día, dijo Ketty», marcando territorio.

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El caso es que tenían que replicar los postres con las indicaciones de las chefs, que se quedaban a un lado de la cocina y les daban voces para corregirles. No se me ocurre nada más coñazo que ese curro. «Cooooge la hariiiina. Pon 150. Ahora mezclalooooooooo y aho… ZZZ ZZZ ZZZ«.

De hecho, había algunas cocineras que lo llevaban bien, eran pacientes… y había un par que habrían querido tener una pistola taser para darle descargas a su concursante para que espabilara.

Miri, de MasterChef 5 apareció como invitada y cuando se sentó con Marta a charlar casi se abre una grieta en el espacio tiempo por la paradoja temporal de encontrarse consigo misma un año después.

Miri les daba «mirisconsejos», tócate los ovarios. «MasterChef me ha brindado el amor verdadero«, dijo la muchacha que es más cursi que un repollo con lazo roza y caminando dando saltitos por un parque en primavera. En realidad fue solamente para decir que tiene Instagram y para darles consejos a lo Paulo Coelho, pero con azúcar glass por encima.

Mientras, Oxana pegaba unos gritos que la cocinera que le daba indicaciones podría haberle dado las instrucciones desde su restaurante. Oxana usa los walkie talkies para calzar la pata de la mesa, porque ella podría trabajar mandando mensajes a los submarinos rusos en el Ártico a base de berridos.

«Empezando, apagando, encendiendo, entendiendo, cojones«, dijo Oxana, que tiene problemas con las básculas. Era incapaz de pesar ningún ingrediente a la primera. Oxana cuando va a la farmacia a pesarse no gasta 20 céntimos, gasta 845 euros y sale pensando que pesa 137 kilos.

Pero tuvo suerte porque su cocinera-coach tenía la misma mala leche que un general ruso empujando a las tropas a defender Stalingrado, así que se llevaban genial. En cuando uno de sus compis se movía del sitio, la repostera le pegaba un grito que se cortaba la nata.

«El nabo hay que meterlo dentro de la infusión«, dijo en una ocasión Oxana. ¿Soy el único que se mordió la lengua para hacer un chiste sobre nabos-meter-infusión?

– La zanahoria tiene que entrar en la manga pastelera.

– ¿Perdón?

– El calabacín hay que amasarlo bien, con suavidad.

– Es que esto no lleva calaba…

– TE VOY A DAR CON TODA LA BUTIFARRA EN EL MEJILLÓN Y…

– Paco, ¿estás haciendo la cena o me estás insinuando algo?

Y así.

En otra ocasión, la cocinera que ayudaba a Oxana le preguntó sobre algo que estaba al fuego: «¿Se está quemando?»

«No, está al calor guapo», respondió Oxana. «Calor guapo» en ruso significa que eso estaba tan quemado que cuando levantó el cazo del fuego había una cuadrilla de mineros dentro sacando carbón.

VALORACIÓN:

Oxana. Antes de que pudieran decirle nada Oxana estaba llorando. Y si cuesta entenderla cuando no llora, balbuceando era como si estuviera hablando en ruso debajo del agua. Al parecer se había emocionado porque se habían comido todo el postre y eso es que les gustó.

Estaba el pobre Toni montando su plato y Jordi ya estaba tocando las glándulas sexuales masculinas de forma redondeada que producen los espermatozoides. Los cojones, vamos. «Se te va a romper, uy, uy, uuuuy…, así no».

Y cuando Toni, con razón, se cabreó, Jordi le dijo: «te estás enfadando a lo loco«, le dijo Jordi. Toni acabó montando su plato así:

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«Cuando no trabajas agusto generas una cara de tensión que se nota que no trabajas agusto», le dijo Jordi como valoración. Qué leches significa, nadie lo sabe.

El postre estaba bien, pero no les gustó la actitud del concursante: «Tus energías negativas dan mal sabor a tus platos«, añadió Samantha. Eso significa que los pobres electrones no pueden cocinar, porque tienen carga negativa y sus tortillas de patata saben a zurullo rancio.

Ketty: A Toni Jordi le ponía pegas a la hora de emplatar. A Ketty le daba indicaciones.

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Pepe se puso a comer como si fuera un cocodrilo llevándose al fondo del río a un impala y acabó manchándose la chaqueta. Pero manchándose que con lo que le cayó en la solapa se podía alimentar a una familia durante un mes.

Dani: Le dieron caña porque se le habían movido los dim sum dentro del plato. Al parecer si los dim sum no están alineados con el cinturón de Orión en el cuarto creciente de la influencia de Venus, no mola el plato y te lo tienes que meter por el culo.

Marta: Le había puesto a su falso queso una capa exterior de dulce que si se lo acercas a un diabético lo matas. Las galletitas que acompañaban el plato se parecían más a cagarrutas de una cabra con problemas de estómago que a galletitas.

«¿Está lejos República Dominicana?» preguntó Oxana, que creo que pensaba que quedaba al lado de Teruel, pero que ya se veía ganadora, porque a a Ketty, Toni y Daniel les dijeron que sus postres eran un zurullo como una pirámide escalonada.

Y la mejor de la prueba fue… ¡¡OXANA!!

Esta mujer, de tez blanca como el resplandor de la Virgen apareciéndose, va a llegar a República Dominicana y van a pensar que es la niña de la curva de vacaciones. A los dos días va a estar ya con un color rojo colapso epidérmico que no se le va a quitar ni bañándose en after-sun.

El caso es que la rusa lloró como si en lugar de a República Dominicana la hubieran mandado a hacer trabajos forzados al desierto de Arizona.

PRUEBA DE EXTERIORES

La prueba tuvo lugar en un club privado de mujeres de Madrid, más pijo que Tamara Falcó escuchando a Taburete con un jersey anudado al cuello. Era todo muy blanco, con una decoración más cargada que Hulk volviendo de la compra.

Tenían que hacer un menú delicado. Pero no delicado en plan dieta blanda, arroz blanco y jamón york porque el niño tiene la tripa suelta se va la pata abajo, no, delicado de pitiminí.

A Dani le pusieron a sacar las espinas de los salmonetes y se nota que nunca se ha hecho las cejas, porque por cada espina tardaba media hora. Eso sí, se suponía que debía dejar las escamas, pero les hacía una depilación que ni con un bono de 10 sesiones de láser.

De hecho, durante toda la prueba lo único que hizo fue eso: sacar espinas.

Y llegó Samantha Vallejo-Nájera, hija de Bróncon, de la estirpe de Régañin, heredera de Reprimendin, portadora de Rapapolvos y le preguntó a Oxana:

– ¿Has pelado las avellanas?

– Sí.

– ¿Si?

– No.

Joder. Samantha debería trabajar haciendo interrogatorios. Te confiesan los criminales hasta haber sisado a su madre volviendo de comprar el pan. Samantha se había puesto a interrogar a espías y la Guerra Fría se habría quedado templada en cinco días.

Qué cabreo se cogió Samantha por unas avellanas mal tostadas. A esta mujer le quemas la casa con el perro dentro y bueno, se molesta un poco, pero le quemas unas avellanas y te raja mientras te echa una maldición gitana y te escupe vinagre en los cortes.

Y la rusa se quedó más hundida que la quilla del Titánic. Al lado de Oxana, la Gran Depresión del 29 era sólo un poco de melancolía.  Llegó Pepe a rescatarla y le dio una charla que cuando el Válium se pone nervioso se toma un Pepe y se queda más traquilo que un perezoso de vacaciones.

GIF by Quartz

Total, que los platos iban saliendo que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Los salmonetes, por ejemplo, salían con las escamas que parecían cotas de malla. Para poder comérselos había que darles primero con un hacha de combate.

Los rulitos de rabo de cerdo eran rulos… pero después de haber sido masticados por una Zarigüeya con las muelas picadas.

Las pechugas de pichón llevaban unos manchurrones como de bukake de seis especies diferentes de extraterrestres y estuvieron a punto de sacarlo sin el foie, que era como sacar una tortilla de patatas sin patatas.

El postre era ya directamente como si lo hubieran encargado por Just-eat, porque era uno diferente al que habían pensado. De hecho, Jordi se tuvo que poner a cocinar que el traje le debió coger más olores que una campana extractora.

Entre los camareros que sacaban los platos había una que ponía unas caras de perdonarles la vida a los concursantes que no sé cómo no les decía «os desprecio» al coger cada plato.

Valoración:

Dani dijo que había hecho un trabajo «fino». Pero lo dijo tantas veces que fino sobre fino al final era un trabajo gordo como el blindaje de un carro de combate alemán.

A Marta le dieron más palos que a un pulpo y a Ketty halagos y méritos que un poco más y en el siguiente libro de Juego de Tronos aparece Ketty sentada en el Trono de Hierro.

A la final… ¡KETTY Y TONI!

«Jordi, sígueme dando caña que a mi me gusta mucho«, dijo Toni, al que al parecer le gusta el sexo del que provoca más rozaduras que rascarte con las uñas de Lobezno.

PRUEBA DE ELIMINACIÓN

Bajo las cajas misteriosas… en realidad no sé por qué les llaman misteriosas, porque son cajas de madera normales y corrientes. El otro día vi como descargaba el camión del Ahorramás y lo hacía con un montón de palés misteriosos.

Total, que debajo de las cajas no-misteriosas había chocolate.

Y llegó un señor que es un cocinero francés muy bueno que hace repostería y que ha inventado «el chocolate rubio», que es básicamente chocolate blanco que se le olvidó en «un lugar raro». Espero que «raro» sea encima de un fogón y no en el microondas de Fukushima o dentro del culo de alguien.

Aprovecho para anunciar que otro día yo inventé el arroz moreno de alto agarre y textura chic. Vamos, que se me quemó la paella que para sacar el arroz tuvo que venir una cuadrilla de mariscadoras gallegas.

El postre que tenían que hacer… a ver cómo os lo explico. Eso llevaba más elementos que un trasbordador espacial de última generación. Los cocineros que hacen ese postre en el restaurante de este señor se mueren al acabar. Era un «lienzo», pero no un lienzo a lo Meninas, más bien un lienzo a lo Picasso ha tenido un mal día hoy.

«Prefiero no hacer sexo jamás en mi vida pero que me salga bien el emplatado«, dijo Oxana, que aprecia mucho el sexo.

El señor repostero era un vacilón y se dedicó a dar por saco a todos los concursantes y a burlarse de ellos y a decirle «guapa» a todas las concursantes. Yo creo que le pones a una mujer orco cocinando a un hobbit y le dice guapa igual.

«Quiere hacer una cena de picoteo contigo, Marta», apuntó Pepe cuando el cocinero francés se dirigió a la muchacha. DIEZ PUNTOS PARA PEPE.

Dani iba tranquilo. Tranquilo que como apague los fuegos igual que cocina, lo mismo los apaga dejando que se queme todo y pisando un poco después las cenizas. Qué parsimonia, joder. A Dani le caducan los yogures en el tiempo que tarda en abrir la tapa.

Oxana se puso histérica. No le subía el bizcocho. NO LE SUBÍA EL BIZCOCHO. NO LE SUBÍA EL PUTO BIZCOCHO DE LOS COJONES QUE LE REVIENTEN LAS TRIPAS AL BIZCOCHO CABRÓN QUE NO LE SUBÍA.

Si se pudiera apuñalar a un bizcocho, Oxana habría apuñalado al suyo.

Oxana se puso a emplatar y esparció el chocolate sobre el mármol frío que parecía que estaba dando yeso a una pared. Después lo fue apañando más o menos y aunque le temblaban las manos que parecía que tenía una anguila eléctrica mordiéndole un pie, lo consiguió montar y estaba bueno.

Dani llevó el chocolate que estaba más caliente que las cacas de Belcebú y eso no le cuajaba ni esparciéndolo sobre el Polo Sur en pleno enero. «Le voy a llamar marronazo free style», dijo Dani sobre su emplatado, porque eso parecía una zona de prueba de misiles. El caso es que el plato no estaba malo pero el emplatado era como servir unos callos en una taza de té.

Marta tenía las elaboraciones perfectas, pero el emplatado se le resistió un poco porque al sacar las croquetas de helado hacía un giro amorfo con la mano y en lugar de sacar una nuez sacaba el lado malo de la cara del fantasma de la ópera. El plato era como un edificio colapsado, pero estaba bueno.

Y SE FUE A LA CALLE… DANI.

¡Y LA SEMANA QUE VIENE LA FINAL!

10 comentarios

  1. Dice ser Fer

    Pues gracias a la bronca, ella hizo su mejor trabajo en lo que va de concurso, y se ganó un buen contrato. A ver si tiene suerte el próximo probrama le cae otra bronca así y lo gana.

    03 julio 2018 | 08:48

  2. Dice ser Bea R.

    Genial el artículo. No vi el programa ayer, pero casi que mejor. Las explicaciones de cada momento… Cómo decirlo! Llorando de la risa estoy. Mejor que las imágenes en directo. Sólo queda un programa de esta edición de Masterchef, y es la final, pero creo que no la voy a ver. La voy a leer aquí.

    03 julio 2018 | 09:28

  3. Dice ser Gon

    A Dani le tenían enfilado desde el principio, se lo han cargado en cuanto han podido.

    03 julio 2018 | 09:30

  4. Dice ser Ari

    Para mi Oxana es la justa ganadora del programa.10 veces nominada y ahí está la mujer, aguantando como una jabata, mejorando cada día, pese a ser menospreciada por el resto de sus compañeros. Ojalá se lleve el gato al agua.

    03 julio 2018 | 09:59

  5. Dice ser German

    La verdad es cansa que en vez de dar noticias juzguéis el trabajo de los demás.
    Es como si yo, que no soy periodista dijera que esta es una basura de noticia solo porque me apetece o no estoy de acuerdo con lo que pones y como lo pones.
    Llevo viendo el programa desde su inicio y es verdad que aveces no estoy de acuerdo con lo que dicen o como lo dicen, pero al fin y al cabo los profesionales son ellos y a la vista esta que el resultado es positivo. De echo, los concursantes luego lo agradecen.
    Para que luego venga «20 minutos» y ponga el titular: Una concursante de MasterChef se derrumba por la absurda bronca de una miembro del jurado

    03 julio 2018 | 10:39

  6. Dice ser Laura

    Este periodista, ¿no sabe cuando utilizar cada tiempo verbal?, ¿tampoco sabe describir una campana mejor que «de esas de esconder comida debajo»? A ver, no es que yo sea periodista. No estoy juzgando sus dotes como periodista, pero estas cosas se aprendían en el colegio. Todo esto con respeto y con el fin de en que futuros artículos se cuiden un poco mas este tipo de cosas.

    03 julio 2018 | 11:37

  7. Dice ser Manuel

    Nunca se valora lo suficiente el trabajo que hay ni el equipo de gente que hay detrás de todo este programa.

    03 julio 2018 | 11:41

  8. Dice ser Trigo por no llamarme Rodrigo

    Joder, veo que no soy el único que vio a la camarera perdonavidas, además estaba la primera a la hora de ir a por diferentes platos, ¿tendría acojonados a sus compañeros?

    03 julio 2018 | 14:18

  9. Dice ser Gemma

    Yo tb vi a la camarera perdonavidas alias te escupo a la cara jajajjaa que caras de desprecio!!!
    Me toca en una boda y me como el arroz crudo d la iglesia.
    Por lo demás …dani justo expulsado.

    03 julio 2018 | 21:53

  10. Dice ser Maria

    Gus, te sales. No podíamos dejar de llorar de tanto reír. Y es una pena q alguna gente no entienda lo q significa la ironía y la broma. Lo digo por alguno de los comentarios a este artículo. Estamos deseando q sea la final para leer tu comentario

    04 julio 2018 | 15:37

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