Gahona, mirando debajo del capó de Oriana.
- Vergüenza ajena: Sofía Suescun gana Supervivientes 2018 o el triunfo de todo lo malo.
- Una colaboradora de ‘Supervivientes’ sufrió un «telele» en directo, pero no se emitió.
La primera vez, cuando Carmen Gahona tiró del pelo a Oriana en el plató de Supervivientes, me pareció un poco exagerado, una salida de tono que ni Enrique Iglesias cantando ópera, pero bueno, oye, cosas que pasan. ¿Quién no arrastra por los pelos a otra persona de vez en cuando?
Por eso los calvos somos seres privilegiados, porque somos inmunes a los meneos hostiles de melena. Yo sería capaz de frustrar a un apache cuando viniera a por mi cabellera.
La segunda vez, cuando Gahona le dio unos azotes a Oriana ya me puse en alerta, como cuando tomas laxante y te dicen que tienes que hacer sentadillas, porque veía venir el asunto. Y ojo, que aún ahí me hizo cierta gracia por aquello de que Oriana habla con un deje pijo que parece la amiga elitista de Taburete y que no le van mal un par de azotes, dos hervores y siete milis para espabilarla.
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Luego llegó el tema de que Gaona le levantara la camiseta a Oriana para que se le vieran las domingas y ya me pareció regresar a tiempos funestos de la televisión, cuando se hacía ese tipo de cosas en los platós para escandalizar y se llevaban hombreras (esto último por puro mal gusto).
Y ya, en el colmo del aburrimiento y lo previsible, Gaona le intentó echar agua (cosa que acabó haciendo JJV, en plan escena porno para emitir en una residencia de ancianos) a la joven.
Y anoche Gaona, que es original como ir de negro a un funeral, intentó levantarle la falda a Oriana para que se le viera el marisco pelusero, en el colmo del bochorno (porque, de hecho, se le vio el bígaro).
Carmen Gaona, explorándole el bancal a Oriana.
¿Y por qué? Porque haciendo eso pillan minutos de tele, protagonismo, titulares (ups, como el mío) y dar el cante, cosa que no hacen con sus opiniones sobre el concurso.
Alguien debería decirles que ya no estamos en los años ochenta y que enseñar cacha de una señorita no es un reclamo. ¿Qué van a volver, las mamachicho? ¿Sabrina paseando el pezón?
En fin, por lo demás la gala de anoche no estuvo nada mal y hubo momentos memorables, por ejemplo:
Joao ha abrazado a un árbol. Sí, os lo juro. Y le ha pedido perdón. ¿Por talarlo? No, por hacerle rituales.
El caso es que después de hostiarse al pie del árbol y meterse una rama en la pierna que parecía una quinquillera intendando esconder una barra de lomo para sacarla del súper, regresó al lugar del crimen.
Y le dijo «hola árbol». Bueno, pues claro, a ver cómo si no vas a saludar a un árbol. Bueno, le podrías decir «¿Quéeeeee paaaaasa trooooncooo«. JA JA JA JA
Soy un genio del humor.
«Si te molestó algo que hice cuando venía por las noches lo siento, ha sido culpa mía», le dijo el maestro Joao al árbol, antes de abrazarle.
¿Pero qué cojones le hacía Joao al árbol por las noches? Con razón está siempre el maestro tan sonriente, si anda por las noches fornicando vegetales de tallo duro. Joao, joder, usa aceite de coco o algo, pobre planta, que le vas a borrar los anillos de crecimiento. ¿Puede un humano preñar a un árbol? Y si Joao fecunda al árbol, ¿de ahí qué sale? ¿un bonsai tullido?.
Joao, teniendo preliminares con un árbol.
Cambiando de tercio, hay dos cosas que se pueden blanquear pero que dan mucho repelús: un ano y Sofía. Y a falta de blanqueamiento anal estamos en plena campaña de blanqueamiento de Sofía.
Ahora es una balsa de aceite. Es un puñetero trasantlántico de aceite. Ahora es todo candor y buen rollo y pesca mucho y se junta con Hugo de buenas… que no empiece a ir por las casas pidiendo con la hucha de la Cruz Roja.
Ha estado días enteros machacando en insultando a Hugo que si eso se lo haces a un antidisturbios en una manifestación se va a su casa llorando para chivarse a su madre. Le ha llamado de todo, le ha provocado, vejado… y ahora… ahora sólo le falta traerle las zapatillas y el periódico un domingo por la mañana.
Ahora Sofía está en modo coqueteo. No es que pele la pava, es que la pela, la despluma, la rella y la asa con patatas. «Esto no quiere decir que te perdone, es un pause», le dijo. Sí, un pause. Es un rewind de manual.
Sofía se dió cuenta de que se estaba pasando, de que si era verdugo no podía ser víctima y ha iniciado una nueva fase que como siga así de santa un par de semanas más para cuando vuelva a España está canonizada y tiene una capilla en la catedral de León.
Más.
María Jesús rompió el último condón que les quedaba intentando hacer fuego. Qué manera más triste de romper un condón. Aunque si lo dices en un bar tal cual lo mismo hasta quedas bien. «He roto un condón haciendo fuego». Y la gente se piensa que estabas empotrando que tenías el pene ya de un naranja vivo y salía humo como del escape de un diésel de 13 años.
«Cuando se ha roto el condón en mis manos he sentido rabia e impotencia«, dijo María Jesús. Pues si se te llega a romper dentro pasas un acojone que te cagas. Ya te lo digo. Lo sé porque me lo ha contado un amigo.
Los tres maromos, Logan, el cabecilla, Sergio, el gorritas y Hugo, el tatuado, decidieron por votación que para la prueba de líder dejaban fuera a Raquel Mosquera. Estos machaquitas de gimnasio son lo peor. Se piensan que son lo más, los únicos válidos y que si tienes más de 30 años deberías echarte a una cuneta y dejarte morir porque ya eres inútil.
En el otro grupo dejaron fuera a Francisco, que se cogió un cabreo. Bueno, la verdad es que Francisco no es que se coja cabreos, es que no los suelta. Tiene un criadero de cabreos.
¿Y qué hace Francisco cuando se cabrea? Pues se pone a andar de una forma amorfa que hace que Rajoy moviendo los bracitos parezca Usain Bolt en los 200 metros.
El caso es que ambos se llevaron un puesto en la final del juego de líder del jueves. O sea, que los demás se partieron la crisma para ganar su plaza y Francisco y Raquel se la llevaron por ser los rechazados. Hala, a tomar por saco los maromos.
«Yo prefiero irme el jueves ya. Estoy al límite. La situación es crítica«, dijo Franciso casi echándose a llorar.
«No acepto tu rendición», le dijo JJV, que si fuera tu sargento y tuvieras que asaltar un puesto de ametralladoras, te vería cosido a balazos y con las tripas fuera y te diría: «no acepto tu rendición», así acabaras matando al enemigo a golpes con tu intestino.
Vamos acabando: a Raquel le dieron la misión de robar en el campamento del equipo rival. Se puso morada. Se llevó toda la comida, la sartén… hasta las puñeteras cremas solares, que se las da la organización y tienen las que quieran. Si en lugar de tres minutos le dan seis, llega el otro equipo y no tienen ni la puta isla.
«Me da vergüenza, pobrecillos, no voy a robar más, voy a ser buena», dijo después de desvalijar al equipo de Joao, María Jesús, Romina, Franciso y Alberto Isla. Joder, pues menos mal que no le dio por ser mala, porque si se pone en plan chungo, les espera y les atraca a mano armada.
Francisco hizo lo propio en el territorio del equipo contrario y se llevó la comida también, además del kit de pesca, los peces que tenían… y todo se lo llevó en un barreño que parecía que venía de recoger la ropa tendida. Tengo las imágenes:
