Mayte Zaldívar, hundida en Supervivientes 2018 y su novio, acusado de vago

Mayte Zaldívar es eso del fondo con gafas.

Hola a todas y todos.

Anoche nos pusimos al día de lo que pasa en Supervivientes 2018. Y una cosa os digo, está siendo una de las ediciones más interesantes y que más rápido han empezado de los últimos años. Aquí va a haber salseo para aliñar una ensalada de tonelada y media.

Lo primero que vimos es que cuando en la playa suena una caracola, que tiene un sonido como de Seat Panda con el claxon gripado, pueden ir a la valla que separa las playas a charlar los miembros de los dos equipos.

Y esa valla es… a su lado el de Jerusalén es el muro de las fiestas padre. Yo creo que el bambú con el que está hecho esa valla emana gas lacrimógeno, era acercarse y echarse a llorar hasta los besugos de las profundidades.

«Sin dormir bien, sin comer bien, de mal rollo…», describió la situación Fernando, el novio de Zaldívar, que al parecer pensaba que Supervivientes era un concurso de hacer catas diarias de empanada y valorar colchones.

Y es que una de las que están peor es Mayte Zaldívar. Se me está cayendo el mito de los expresidiarios, de verdad. Al final ir al talego va a ser como ir a colonias, qué poquito te prepara para la vida dura.

María Jesús y Saray están encantadas con la Fernando y Zaldívar. Eso si encantadas significara que preferirían ducharse con un zombi que estar con ellos en la playa. Y el otro día se pusieron a hablar con los del otro grupo y le hicieron a la pareja un despelleje de los que crean afición.

Vienen autobuses de japoneses para ver a estas dos poniendo a parir a un tercero. Su principal argumento es que Fernando es muy vago. La verdad es que al chaval lo mismo no le diagnostican hiperactividad. A Fernando en la isla tienes que pincharle con un palo de vez en cuando a ver si sigue vivo.

Mayte se quiere ir al otro equipo, donde la idolatran. De hecho, en el lado civilizado han dejado de comer, de hacer el refugio y de pescar y sólo dedican energías en tallarle un busto a Mayte.

Romina ha sido la primera en pescar. Saray, al ver el pez le dijo «¡¡Ole tu cho…!!», pero justo cortaron el vídeo. ¿Qué pudo haber dicho? ¿Ole tu chocolate? ¿Ole tu chófer? ¿Ole tu chorizo? ¿Ole tu chovinismo? Porque no creo que sea ole tu chocho.

El caso es que en el lado salvaje se llevan peor que en El señor de las moscas cuando las cosas se pusieron chungas. Cualquier excusa les vale para montar una buena bronca. Por ejemplo, unas chanclas de Romina Malaspina, que hace honor a su nombre y si no encuentra sus chanclas le da mala espina.

Y cuando las encontraron dijo «no son las mías, porque las dejé lavadas ayer«. Claro, todo el mundo sabe que tú lavas unas chanclas en la playa y se quedan limpias para toda la eternidad. Charlton Heston en el Planeta de los Simios se encontraba la estatua de la Libertad y las chanchas de Romina impecables sobre la arena.

«Hijochoto, pelotudo, inservible» y «viejo bizarro» son algunos de los maravillosos y originales insultos que usó Romina para definir a Fernando. Esta chica es un amor. Perdón, quise decir una amargada.

Y aquí llegó el momento desquicie de la noche, cuando Oriana, que es una muchacha que ha hecho… o sea, que es de profesión… que estudió… ha hecho realities, se puso a picar a Carmen Gahona, básicamente llamándola vieja de muy diversas maneras.

Y aunque estaban un poco en broma, Gahona acabó agarrando de los pelos a Oriana. Y aunque estaban un poco en broma, Oriana acabó con la cabeza como el nido de una cigüeña después de un tornado.

Oriana se puso como en el fútbol cuando el delantero se tira en el área a ver si con suerte le pitan un penalti. Pero pasaron de su fingido cabreo como de pelar higos chumbos con las nalgas.

Carmen Gahona, despiojando a Oriana por la vía del meneo.

Y ahí quedó la cosa… o no.

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