La cristiana de Maestros de la Costura es expulsada como Eva del Paraíso, solo que vestida

Un trepidante momento de Maestros de la costura.

Antes de nada, me corrijo. Esto de Maestros de la costura es una de las mejores cosas que me han pasado en los últimos meses. No es que sea el programa del que me acordaré en mi lecho de muerte, con mi último suspiro, sonriendo pensando en un punto de bastilla.

Peeeeero, como es un tema nuevo que no suelo comentar me está dando una vidilla y un lucir que ni un corsé apretadito de los que te dejan los pulmones como una esponja escurrida.

Dicho esto, vamos a ver qué pasó en la segunda emisión de Maestros de la Costura.

En primer lugar comentar que Palomo Spain ha mejorado mucho su estilismo. De ser Torrente vestido para ir de boda ha pasado a ponerse un pijama de Hugh Hefner con un chaquetón para poder bajar la basura sin pasar frío.

¿Qué es lo que hacemos cuando nuestro hijo hace su primer dibujo? Preguntó Raquel Sánchez Silva. Pues ¿qué vamos a hacer? Poner cara de que es una obra de arte aunque sea un zurullo y te esté provocando cataratas.

Una mujer que lleva más de cuarenta años en el mundo de la moda. Joder, pues volver a La Tierra debe haber sido un shock después de cuarenta años en el mundo de la moda. Elena Benarroch, se llamaba la señora.

«Vives entre Madrid y Nueva York», le dijo Raquel Sánchez Silva. Si Elena vive entre Madrid y Nueva York es como Bob Esponja: vive en una piña debajo del mar.

Total, que el primer reto que les pusieron anoche fue hacer una falda tableada, que básicamente es la que te pones cuando quieres darle un punto picante a tu relación con Manolo y te lo quieres montar a lo colegiala, pero Manolo está viendo el Atleti-Real Madrid y te quedas para vestir santos.

Anda que es tonto el picarón de Palomo Spain, que les animó a hacer una falda escocesa de esas en las que los hombres no llevan nada debajo. Y dijo lo de NADA debajo con tanta ansia que le tiritaba el párpado de abajo del ojo derecho.

«Ya se están liando con los patrones«, dijo Caprile. Mira, como yo, que fui al Ayuntamiento de Madrid a empatronarme y acabé figurando como vecino de Burkina Faso. Lo bueno es que allí el IBI es más barato.

A Mahi, que es poligonera que donde ella mea crece una nave industrial, lo de hacer una falda de tablas le daba alergia. Era como un vampiro tocando un ajo, le ardían las manos.

Sin embargo, a los gemelos y a Vanessa se les caían las lágrimas de hacer una prenda casta y pura. Cada vez que cortaban tela en lugar de sonar un crujido sonaba el Alabaré.

«Costurera sin dedal, cose poco y cose mal«, dijo María Escoté, en un dicho poético que haría palidecer de envidia al mierda de Antonio Machado. El caso es que es un ripio que se puede aplicar a otras profesiones:

Charcutero sin chopped pork

ni vende embutido

ni jamon de York

o

Marujo sin delantal

se mancha la camisa

y la sopa de sobre sale mal

o

Nacho Vidal sin su gordal…

Bueno, os hacéis una idea.

El caso es que los miembros del jurado se marcaron un Marta Sánchez y homenajearon a España. Lo que pasa es que ellos lo hicieron dejando que Caprile currara haciendo una falda mientras María Cuellobarqué y Palomo Andorrain daban palique y se contaban batallitas. Son los obreros vagos del mundo de la costura.

El caso es que se montaron una falda en un pispás que esta gente en lugar de levantarse cinco minutos antes a ver qué se ponen se levantan cinco minutos antes para ver qué se cosen.

Mahi, cuyo pelo cambia más de color que un camaleón bañándose en confeti, se lleva para coser unas botas con alzas que podría pisar a Frankenstein y podría partirle el escafoides.

Vimos cómo uno de los gemelos reza el padrenuestro mientras cose. Tócate los cojones. Está ahí Dios atendiendo a gente que reza porque está a punto de morir y lo deja todo para ayudar Sergio porque no le sale la falda de tablas.

A tomar por culo los leprosos, joder, que la moda va primero. No me jodas, Dios, ahí, tirando milagros con los ciegos y los paralíticos de los cojones en lugar de estar poniendo corchetes a una falda.

Antonio triunfa entre sus compañeras y compañeros. Pero claro, es que el jodío va al taller de costura que veo menos bíceps en un gimnasio de extrarradio.

Anna acabó la prueba súper bien. Eso si súper bien significara que cosió menos que un tiranosaurio haciendo calceta. Con la falda llena de alfileres se puso a decir lo que le había quedado por hacer y habría acabado antes diciendo «aquí un trozo de tela con vudú».

«Siempre ponemos tejidos trampa, elegid bien«, dijo Caprile. Joder que puto miedo. Vas a coger un terciopelo y te quedas sin manos de la explosión. Imágenes de un concursante de Maestros de la Costura volviendo de elegir telas:

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Me imagino a Caprile, Escoté y Palomo riendo desquiciados y echando ántrax en un rollo de pana para poner un tejido trampa.

La falda de Luisa era muy bonita. De diseño, porque el color era de un chicle chillón que no chilla más el chicle ni bajo tortura.

Eduardo hizo una falda sin acabar. O sea, que no hizo una falda. Me encanta la relación de amor-odio que tiene con Caprile, que lo mismo piensa en agarrarle del moño y clavarle unas tijeras en la yugular que se descojona con él.

Alicia está más buena que un bocata de chorizo de León con tomate y ajo, pero me está empezando a caer regular. Tiene un airecillo a empollona de clase que no me va. A mí, que era de los rebeldes de la clase, que me sigo sentando en la parte de atrás del autobús aunque lo conduzca yo.

«Tus pliegues están muy bien hechos«, le dijo Palomo Spain a Alicia. Sí, yo también tengo los pliegues bien hechos. Cuando me siento y me doblo para adelante me salen unos pliegues preciosos. Tres pliegues, con un ombligo en el medio que le da un toque sofisticado. Es un diseño que en París se conoce como «barrigué».

A Anna la pusieron a parir octillizos. «No te rías encima, acabas de echar una carcajadita«, le dijo Caprile a la muchacha, que estaba más triste que Bambi viendo a los cazadores elegir receta para guisar a su madre.

Jaime se puso a ayudarla, en plan «respira hondo, respira hondo», que no sé si quería que se calmara o que pariera encima de la máquina de coser.

A Sergio Dios no le escuchó. Su falda aparece en la página 325 de la Biblia como pecado de los gordos. La ira, la gula, la falda se Sergio, la lujuria, la avaricia, etc…

El caso es que los mejores fueron Pa (tercera), Alicia (segunda) y Luisa, la mejor. Alicia puso la misma cara que las actrices en los Oscar cuando están nominadas pero dicen el nombre de otra.

Llegó la prueba por equipos, que se hizo en una empresa de ropa. Luisa, como la mejor fue la capitana de uno de los equipos y Anna, por ser la peor, la jefa del otro.

«Me lo tomo para bien, a ver si puedo evolucionar«, dijo Anna sobre su responsabilidad. Sí, evolucionó a Annachu y de ahí digievolucionó de nuevo a Annamón nivel 10. Pero seguía cosiendo como el culo.

Aparecieron en el taller el dueño de la empresa y sus hijos, que eso parecían las urgencias de un hospital cuando se pone malo un patriarca gitano. El jefazo de la empresa dijo que «estamos aprovechando para incorporar gente joven que nos aporta ideas». O sea, becarios.

Estaban hablando de qué equipo podría ir a la prueba de expulsión cuando Eduardo, que es gracioso como ver a un unicornio desangrándose, dijo «se podía ir éste, que está repetido», refiriéndose al gemelo Sergio.

La cara que puso Sergio era muy de poner la otra mejilla. De poner la otra mejilla porque en la mejilla tienes pegado un cepo para osos para que al que te ha golpeado le conozcan en su barrio como ‘el manco’ a partir de ese momento.

Si a Sergio le dice Cristo lo de «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra» y el que está siendo lapidado es Eduardo, el gemelo le tira encima la puta pirámide de Keops.

Apareció una señora que al parecer era bloguera de moda y que invirtió más tiempo en vestirse esa mañana que el tiempo que estuvo en el programa. Entre su hola y su adiós no cabía ni Mario Vaquerizo metiendo barriga.

Eso sí, dijo que: «en mi armario hay más de cien camisas«, Joder, en su armario hay más de cien camisas y una familia numerosa de Teruel que cabía entre las camisas y el cajón de los calcetines. Para meter cien putas camisas en mi armario tendría que plegar el espacio tiempo.

Para la segunda prueba Palomo recuperó el estilo kinki que va a buscar a la novia en un Seat 1430 y de camino tiene que huir de la policía. Lleva más oros al cuello que MA Barracus el día de su boda. Su ropa es tan fea que le pones enfrente de un ejército de orcos y no le ataca nadie.

Y los cuellos, joder, que no se miden en centímetros, que se miden en envergadura de las alas. Esos cuellos se los pones a los lados a un autobús y vuela.

Un Cuellobús 787-300.

El caso es que durante la prueba dijeron las palabras «hilo» y «contrahilo» medio millón de putas veces. Si las palabras se gastaran esas dos las borraban del diccionario para los restos.

El trabajo principal de Raquel Sánchez Silva en el programa es el de tocar los cojones. Pero no es que los toque, es que los amasa como si estuviera haciendo hogazas en la tahona del tío Paco. Si los concursantes tienen poco tiempo ahí está ella para recordárselo.

El soldado romano cabrón que le metía la lanza por el costado a Cristo era antepasado de esta mujer. Raquel Sánchez Silva no mete el dedo en la llaga, mete el brazo hasta el sobaco. «¡No tenéis ni un suspiro! ¡No os queda tiempo! ¡Lo habéis hecho todavía peor que la otra vez!», y alegrías así son sus aportaciones.

La prueba de expulsión comenzó con una subasta. Los concursantes debían pujar por elementos de ropa para poder añadir a un mono azul que tenían que transformar. Eso sí, pagaban con tiempo, desde un total de 90.

Luisa pujó por papel de cocina de colores. Vete tú a saber por qué. También les dieron hule de los que tienen las abuelas en la mesa de la cocina. Se pagaron hasta 35 minutos por unos trozos de hule. ¿Si voy al IKEA a por un colchón me dan cosas a cambio de tiempo?

Mahi y Jaime se volvieron locos y la muchacha acabó pagando 75 minutos por unos imperdibles. Eso le dejó 15 minutos para customizar el mono. «Se ve que yo bien de la cabeza no ando», dijo la muchacha. El primer paso es reconocerlo.

En otra caja había luces de led. Soy yo y pujo cinco años de mi vida si hace falta de lo que molaban. Las compró Antonio por 65 minutos, pero mereció la pena, porque ya tenía para customizar su vestido y para poner en la terraza en Navidad.

Todos fueron gilipollas, porque gastaron más tiempo del que era prudente gastar y en la última caja había anillas de lata, que Jaime se tuvo que comer por 20 minutos de tiempo. Anillas de lata de las de verdad, no de lata de la que cole pol la cañelías.

Me inquieta la cantidad de veces que Mahi se refiere a sí misma como loca. A esta muchacha la juntas con Harley Quinn y Harley Quinn es la responsable de las dos. «Mahi, tía, cómo te pasas», sería la frase estrella de Quinn. Y la del Jocker sería: «No me gusta tu amiga, desfasa demasiado».

Que un elefante me pise el pene y meter la cabeza en una máquina de compactar coches son cosas que no me gustan y luego está Eduardo. Qué tío más cansino, que es más torpe que el codo para sacarse un moco, y encima se pasa la vida soltándole pullitas a los demás y dando consejitos.

Vanessa considera que que el jurado se te acerque y te diga «¿no vas a usar más cuero?» cuando tu elemento es el cuero es «un consejo indirecto». Joder, indirecto, sólo les faltó darle unos planos con los pasos numerados, un tutorial de youtube y seis costureras para ayudarle.

Jaime hizo con sus chapas un pez bordado en el mono, en un trabajo fino y sofisticado como un paisaje hecho con macarrones pintados encima de una cartulina.

Vicente le puso tachuelas a su vestido como si fuera un planisferio de la galaxia Vomitea.

Mahi cortó el mono y cerró los cortes con imperdibles. Es como si un cirujano apuñalara a un señor sólo para poder darle puntos luego. Pero al jurado le gustó, vete a saber por qué.

Antonio hizo un vestido con las luces led que era la puta repanocha. Lo mismo te valía para una cena de gala que para señalizar un accidente. Con la luz que le puso se podía iluminar un campo de fútbol que tienen que salir los futbolistas con gafas de sol.

Anna hizo… no sé qué cojones era. Le recortó al vestido una T invertida como de niño escribiendo encima de una lavadora centrifugando y luego le puso un plástico transparente que parecía el escaparate de un ultramarinos.

Luisa apañó un vestido con el paño de cocina rojo que tenía más volantes que una fábrica de camiones. Y aún así al jurado le parecieron pocos elementos. Vamos no me jodas, si le pone más papel a ese mono le puedes limpiar el culo a una vaca con colitis.

Vanessa, la profe de religión, apenas usó cuero para su mono. Pero claro, es normal, porque lo del cuero es muy provocativo y muy de pecar. Cuando menos cuero llevéis encima menos pecaréis. Excepto si te pones en cueros, claro, que entonces se peca mucho. Aunque sea uno mismo y por darse un homenaje.

El caso es que la expulsada fue Vanessa. Bueno, no pasa nada, porque ella es católica y la religión católica es muy de expulsar a gente de sitios: A Eva y Adán del Paraíso, a los mercaderes del templo, al demonio de la niña del exorcista…

«Me he dado cuenta de que me puedo relacionar con gente muy diferente«, dijo ella antes de irse. Porque al parecer antes de Maestros de la costura la mujer pensaba que los no practicantes son como los zombis, que si te muerden dejas de ser cristiana.

Y se acabó lo que se daba, amigas y amigos.

12 comentarios

  1. Dice ser Vicente Roman

    Seguro que quereis decir que el programa expulsó a una catolica. El cristianismo no tiene nada que ver con los rituales, liturgias y sacramentos que con toda seguridad practica esta señora que es profesora de religión católica.

    20 febrero 2018 | 09:06

  2. Dice ser para el 1

    a ti te mola más un musulmán, donde vamos a parar con los rituales tan bonitos como degollar ovejas en medio de la calle por ejemplo

    20 febrero 2018 | 09:29

  3. Dice ser Valentina

    Impresionante su artículo. ¿20 minutos no tiene blogueros que escriban mejor que Vd?. Irreverente, maleducado, poco critico y con falta de recursos lingüísticos para expresar lo que quiere decir. Una pena de critica.
    Le sobran «cojones» y le falta pensamiento y lenguaje.

    20 febrero 2018 | 10:03

  4. Dice ser Consejo

    Solo una cosa… Yo no veo esta mierda de programa, pero sería una ayuda que pusieras fotos o pantallazos del programa para poder ver lo que comentas… me quedo con las ganas de ver al «PALOMINO» con el pijama… o los pliegues tan bien hechos de Alicia…

    20 febrero 2018 | 11:29

  5. Dice ser María

    Me ha encantado tu post, me he reído muchísimo, no veo el programa pero tú lo haces interesante por el aporte que le das de humor. Aún así seguiré sin verlo, prefiero leerte.
    Hoy las personas por desgracia les falta humor y el sentido de la ironía.

    Un abrazo.

    20 febrero 2018 | 11:41

  6. Dice ser Eladio

    Genial tu artículo, la tal Vanessa fue expulsada con todo merecimiento, es posible que sepa coser pero la creatividad no es algo que Dios le dío.

    20 febrero 2018 | 11:46

  7. Dice ser Cynara

    Me ha encantado tu desmembramiento del programa, muy gracioso.
    Me parece un programa muy estresante y con poco tiempo para confeccionar las prendas, por eso tienen esos resultados tan catastróficos.
    » Pasarela a la fama» me parece mucho mejor, lucen más los concursantes y sus obras.

    20 febrero 2018 | 12:48

  8. Dice ser preciosa libertad de pensamiento

    Gracias, dioses, por liberarme de todas las humanas religiones.

    20 febrero 2018 | 14:05

  9. Dice ser Jorsi Orellana

    La religion limitaba su capacidad de crear. .

    20 febrero 2018 | 14:05

  10. Dice ser se acabaron las colonias

    Negocio de barrigas de alquiler para perfumar habitaciones de lugares concurridos. Se toman las pastillas de los pedos de fresa y chocolate y por cada pedo un euro. La quiebra de las colonias por reyes ha llegado. De ahora en adelante, anuncios de barrigas gaseísticas y culos ventoleros. Aquí huele algo raro. Tírate un pedo. Pttt mmm olor a primavera. ¿Te ahs duchado? Ahora un masajito y una colonia. No. Ahora el masajito eln la barriguita y el par de pedos y hacer la espiral de giro completo y tirabuzón para captar todo el aroma y a al calle a vivir en esplendor. Ya no harta falta nacer con una flor en el culo.

    20 febrero 2018 | 22:26

  11. Dice ser Alucianada

    Muy bueno Gus, muy bueno. ¡Como me río siempre contigo!

    21 febrero 2018 | 08:52

  12. Dice ser web

    Articulo muy divertido de principio a fin, es que el programa este te lo tienes que tomar en ese plan.

    22 febrero 2018 | 03:48

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