Vigueras, con el uniforme del Atlético (Dominio público).
Vamos a cerrar la semana con una historia peculiar que conocí de la pluma de Alfredo Relaño, director del diario AS. Es la de Fernando Vigueras.
Fernando Vigueras Domínguez nació el 30 de septiembre de 1908 en Sevilla. Hijo de un capitán de navío y procedente de una familia rica de Utrera, Vigueras jugaba como centrocampista en el Atlético de Madrid a principios de los años 30.
El verano de 1933, antes de empezar su primera temporada en el Atleti (fue fichado del Real Murcia), Vigueras y sus compañeros se embarcaron en una gira por Argelia. Tras jugar cuatro partidos en el país africano, algunos jugadores colchoneros salen por la noche a tomar algo. Se trata de Castillo, de Martínez, de Mendaro y de Vigueras.
Al salir de un cabaret de Argel, llamado Le Perroquet, los futbolistas españoles intervinieron en una pelea entre dos mujeres. Llegó la Policía francesa (en aquella época, Argelia era un protectorado francés) y detuvieron a tres de los españoles (Mendaro fue agredido pero no detenido). Una vez en comisaría, los cuatro policías (uno de ellos, curiosamente de origen español) se ensañaron con los futbolistas a base de golpes. Pero con Vigueras se les fue la mano: le rompieron los dos maxilares (perdió piezas dentales), fractura del hueso frontal a la altura de la ceja izquierda con casi vaciamiento del ojo de ese lado, fractura del occipital y hematomas y contusiones por todo el cuerpo. Fue ingresado en un centro hospitalario, pero falleció a causa de sus heridas. Era el 25 de junio de 1933.
Castillo y Martínez permanecieron detenidos algunos días más y en Argel se quedó con ellos Enrique Ocerín, delegado de la expedición. Los jugadores no son liberados hasta que Ocerín no firma un documento admitiendo que la muerte de Vigueras fue un accidente y que murió por las heridas que se produjo al caer por una escalera. Ante las súplicas de los jugadores, Ocerín acepta.
Una vez de regreso en España, Enrique Ocerín cuenta la verdad y el club pide ayuda al Gobierno, que a su vez interpela al Gobierno francés. Pero por desgracia, las autoridades del protectorado cerraron el caso, escudándose en el documento firmado por Ocerín, por lo que la muerte de Vigueras nunca fue resarcida por la justicia.
Hasta el miércoles.