Estaba el otro día pegándole en la radio un repaso a La pequeña tienda de los horrores, recordando todos los cameos de los que pudimos disfrutar, entre ellos John Candy, Steve Martin o Bill Murray que, como bien me apuntó una compañera, parece que tengo yo un problema con Bill Murray, que casi siempre aparece cuando hablo de los ’80, pero es que yo no tengo la culpa de que el hombre estuviera en todas partes.
Y, total, que también aparecía en la película Jim Besushi, que actualmente se da un aire un poquitín siniestro a Bertín Osborne y que era otro de los grandes e imprescindibles de la época, especialmente si hablamos de comedia y/o acción.
¿Sabes esa sensación de estar viendo una peli o una serie y saber que ya has visto a una persona antes, pero no la ubicas? A veces pasa: un/a niño/a se hace famoso con un trabajo, y luego pasa un tiempo en stand by hasta su siguiente «gran papel».
Hoy os traigo los cinco casos que más me han sorprendido en el último año:
Antes de nada, vamos a dejarlo claro: el niño de The NannyNO es Ryan Gosling.
En 1993, pleno apogeo de las sitcoms familiares americanas, nos encontramos con una histriónica niñera de cardados imposibles y rimel del todo a cien que se metió en una familia bien-muy-bien hasta el ’99. La niñera nos contó, durante seis temporadas, la historia de esta nanny, el viudo Maxwell Sheffield y sus tres hijos: Maggie (Nicholle Tom, la de Beethoven, ¿qué fue de ella?), Brighton y nuestra prota de hoy: Grace, interpretada por una Madeline Zima que aún tenía dientes de leche cuando empezó la serie.
Muerta, envuelta en plástico y más tiesa que la mojama. Así conocimos a Laura Palmer en el primer episodio de Twin Peaks en 1990. Un papelón, el de la actriz Sheryl Lee. Le quedaba como anillo al dedo, la chica popular cuyo asesinato nos traería a todos de cabeza durante mucho tiempo.
En esa época las grandes cuestiones del universo (¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos?) dejaron de tener sentido porque en nuestras cabezas solo había lugar para una pregunta: ¿Quién mató a Laura Palmer?
Para guiarnos en este misterio fraguado tan magistralmente por David Lynch teníamos al agente especial Cooper (Kyle MacLachlan) y una galería sin fin de personajes rarunos, buena parte de los 51.201 habitantes de Twin Peaks, todo ello aderezado con la maravillosa melodía de Angelo Badalamenti. ¡Ay, qué recuerdos!
Por fortuna para Sheryl Lee no solo encarnó a la famosa muerta sino también a su recatada prima, Maddy Ferguson, y tras el fin de la serie contó con una película propia: Twin Peaks: fuego camina conmigo que David Lynch tuvo a bien regalarnos en 1992. En ella se desvelaban las últimas semanas en la vida de la misteriosa Laura Palmer y descubriríamos que no es oro todo lo que reluce.
Yo me recuerdo escandalizada leyendo el libro El diario secreto de Laura Palmer, donde se contaba en primera persona y sin ningún atisbo de rubor todas sus intimidades.
Y ahora viene la segunda gran pregunta: ¿Qué fue de Sheryl Lee después de Laura Palmer?