¿Qué fue de Enya, la cantante que decidió vivir aislada en su castillo?

Hace ya más de veinte años que Enya tomó la decisión de vivir al margen del mundo, recluida en un castillo victoriano. Aun así, es una de las artistas más ricas de su país.

Enya posa por la promoción de ‘Dark Sky Island’ en octubre de 2015, en Nueva York. (GTRES)

Hay quien dice que todas sus canciones suenan igual aunque, como diría mi predecesora en este blog, «si te gusta una, ¿cómo no te van a gustar las demás?». Tal vez ese sea el secreto del éxito para la cantante, y es que les sucede a muchos fieles: quieren más de lo de siempre. A mí me sucede con la saga de Pilares de Follet. Todos tenemos vicios.

Enya (recordemos) estuvo nominada a un Oscar, un Globo de Oro y un Grammy por May it be, parte de la BSO de El señor de los anillos, cuando Peter Jackson la rescató del semi olvido en el que se estaba cayendo a finales de los ’90 y principios de los 2000. Cosa que me encanta, por otro lado, porque el nombre real de Enya no puede parecer más élfico: Eithne Pádraigín Ní Bhraonáin. Bueno, a lo mejor para élfico le faltan eles; tal vez sea nombre enano.

Pero cuando acabó la fiebre por El Señor de los Anillos también Enya desapareció, como si hubiera sigo engullida por el agujero donde cayó el Balrog.

Y ya no supimos más de ella, salvo que había conseguido vender la friolera de  en torno a 100 millones de álbumes en el mundo, que había ganado por el camino unos 100 millones de euros (lo que la posicionó como la tercera mujer más rica de Irlanda, según Forbes) y que vivía retirada del mundo con sus queridos gatos en un casoplón de casi cuatro millones de euros.

En realidad, el castillo es su residencia desde 1996, situado en Killiney, cerca de Dublín, conocido como Manderley Castle. Fue originalmente llamado Castillo Victoria, en honor a la reina Victoria, pero Enya la rebautizó con el nombre de la famosa mansión de Rebecca, novela que adora.

Pues bien, nuestra amiga Eithne es bien conocida en el mundo anglosajón por su especial hermetismo. No deja entrever ni un resquicio de su vida privada, que protege con un costosísimo celo tras sufrir varios acosos.

Ya desde los años 80 era objeto de la obsesión de sus fans pero la gota que colmó el vaso fue un italiano que se apuñaló con una fotografía de Enya al cuello después de haber sido expulsado del pub que los padres de la cantante regentan en Dublín. Esto la llevó a comprarse su castillo, que fortificó como un auténtica ciudadela medieval.

Algunos medios cifraron en 320.00 euros los costes de seguridad con los que Enya se aisló del exterior: instaló nuevas puertas de entrada de madera maciza y elevó el muro de piedra circundante a casi tres metros de altura, además de colocar rejas de hierro adicionales en algunas secciones.

La humilde morada de Enya.

A pesar de todo ello, se produjeron dos fallos de seguridad en 2005. Dos hombres asaltaron la propiedad por separado, uno de ellos en agosto y otro en octubre. Este último incluso atacó a una de sus criadas y robó varios enseres de Enya mientras la cantante se refugiaba en una habitación del pánico, especialmente diseñada para estas situaciones.

La cantante no solo ha blindado su casa, sino también su intimidad. A sus 61 años ha tenido varias parejas, cuya identidad nunca ha trascendido, aunque se supo que uno de sus novios era de origen español. No se ha casado nunca ni ha tenido hijos. Ella siempre lo ha justificado por la intensidad con la que se vuelca en su trabajo.

Siempre he tratado de dejar claro que mi trabajo es lo primero, que necesito mi espacio —explicó en una entrevista a finales de los 90—. No he conocido a ningún hombre que pueda adaptarse a mí. Podría haber un elemento de miedo, sabiendo que nadie ha entendido mi fuerza de voluntad, mi necesidad. En cuanto a los niños, tengo suficientes sobrinos para llenar ese vacío.

Aunque esto no pilló a nadie por sorpresa, ya que lo había adelantado y dicho hasta la saciedad, por ejemplo, durante la promoción de Watermark, en 2011:

Nada —excepto la música— es relevante para mí y no es que me esté escondiendo o justificando; tal vez por ello no tengo novio ni pasatiempo alguno. Para crear la música que compongo todo debe ser dejado de lado para así concentrarme por completo y lograr la composición tal y como yo la quiero.

Sin embargo, en 2016 el Dublin Daily News publicó (y otros  medios se hicieron eco), basándose en los tuits de varios amigos de la cantante, que era posible que se hubiera casado en secreto con su pareja en una íntima ceremonia de fin de semana, ya que todo el mundo alababa a la «feliz pareja» y, además, habían sido vistos comprando un «escandaloso» anillo de diamantes en una joyería de la ciudad.

Con una fiabilidad tan abrumadora me quedaré con la duda; en todo caso le deseo lo mejor, en un sentido u otro.

Su octavo y, hasta la fecha, último álbum de estudio, Dark Sky Island, publicado en 2015, supuso su regreso a la música tras siete años de silencio. Dicen los entendidos que el primer single, Echoes In Rain, es lo mejor del álbum.

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