Entradas etiquetadas como ‘Música’

¿Qué fue de Scatman?

¡Ho, ho! Aquí viene lo bueno 🙂

Corría 1994 y la letra del Scatman se convirtió en nuestro segundo juego de huellas dactilares: no había dos personas en el mundo que lo cantaran de la misma manera. ¿Sí o no? Ski bidí bidí bo ba do po, lo cantaba yo.

Todo el mundo conocía la canción, mucha gente había visto el vídeo, menos personas sabían que el «señor» de bigote que salía en el vídeo era el cantante genuino y no una figura de atrezzo, y menos personas aún sabían su nombre: John Paul Larkin. Aka Scatman John. ¿Qué fue de él?

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¿Qué fue de los miembros de Parchís?

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Madre mía… Parchís, amigos. Tremendo.

Durante los ’80 la música dirigida al público infantil tenía un estilo propio y un éxito más que notable en España. Artistas como Nins o Enrique y Ana lo petaban, y en 1979 la Compañía de Discos Belter decidió que quería un trocito de pastel para ellos. Que el pastel sería también de cumpleaños, digo yo. Por cierto, ¿qué fue de Ana, la de Enrique y Ana?

De modo que Belter creó un grupo de cinco pequeños integrantes coloridos cuan Parchís y a finales del ’79 lanzaron un primer disco, consistente básicamente en versiones de canciones ya conocidas, con algún plus como La Canción de Parchís, que fue su carta de presentación.

El éxito de la fórmula de los cinco niños de colores (porque, claro, también estaba el dado, a ver cómo juegas tú al parchís sin dado) tuvo tal éxito que para finales de 1980 ya estaban estrenando película propia: La guerra de los niños. Película de la que después, por supuesto, se publicó la banda sonora en LP.

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En los seis años de vida del grupo, del ’79 al ’85, editaron, por lo alto, como una veintena de LP’s, filmaron siete películas, vendieron millones de copias y dieron miles de conciertos. Luego nos hablan de explotación infantil y pensamos en plantaciones de cacao.

La cuestión es que pasado el Boom y crecidos los niños, Parchís se disolvió, y sus miembros, aunque siguieron manteniendo el contacto, se dispersaron. Con un documental sobre la historia de Parchís a las puertas de estrenarse a finales de 2018, ¿qué sabemos hoy sobre sus vidas?

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¿Qué fue de Psy, el de ‘Gangnam Style’?

No os lo vais a creer, pero hace ya CINCO AÑOS del Gangnam Style. Oh-My-Dog :O

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¿Os sabéis la de cuando el de ‘Gangnam Style’ se convirtió en El Gran Wyoming?

Psy arrasó en todo el mundo con su tema bandera, Gangnam Style. El Despacito coreano. Y, con él, se colocó en lo más alto de YouTube, reventando todos los récords, alcanzando (y superando) los 2.500 millones de reproducciones. Se rompió internet, ese día. Tremendo.

Y no es de extrañar: es cierto que de la canción, que está en coreano, no entendíamos nada (no como cuando están en inglés, claro, que lo entendemos todo). Ni falta que hacía, tampoco. Tenía una melodía pegadiza, unos golpes de ritmo que llamaban a moverse, un vídeo absurdo y divertido de ver, un baile absurdo y divertido de bailar y un estribillo que cualquiera puede cantar: «Op, op, op, op. Oppa gangnam style» (esto lo hizo en su día Vanilla Ice con Ice Ice Baby y le salió igual de bien).

Además, no solo batió el récord, sino que se mantuvo en el número uno del podio hasta este mismo año, cuando en un temprano verano lo sobrepasó Wiz Khalifa con See You Again, el tema homenaje a Paul Walker de Fast&Furious 7, que llevaba subido desde 2015. Le llevó dos años alcanzar al coreano.

Aunque a Khalifa le duró poquito el trono, porque, claro, este año ahí llegó Fonsi con su Despacito y ya el contador de visitas de YouTube se pasó de vueltas. Mientras escribo esto, el vídeo de Despacito supera los 4.300 millones de visitas, mientras que See You Again se ha quedado en 3.200 y Gangnam Style aún no llega a los 3.000.

Pero en fin, volviendo a Psy… ¿Dónde está? ¿Qué está haciendo? Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue de Café Quijano?

Si yo os digo que se llama Lola y tiene historia, seguramente penséis que más que historia… Sea un poema.

¡Enhorabuena! Pertenecéis a un selecto grupo de personas cuya juventud, en algún punto, transcurrió por 1999, a tiempo para despedir el milenio y conocer a La Lola de Café Quijano, ese grupo compuesto por los leoneses hermanos Quijano: Manuel (aka «el del sombrero» O «el que canta»), Óscar (aka «el de melenas») y Raúl (aka «el otro»).

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En el ’99, en la sala de estar de mi casa, aún conservábamos un Telefunken de aquellos de sintonizar con una rosca (una para cada canal de los DOCE que tenía la tele, ojo). Y, amigos, hay que molar mucho, mucho, para que hasta en ese televisor se pudiera ver tu vídeo todos, todos los días. Así era Café Quijano, así era Lola, y así se metieron a lo grande en el panorama musical internacional, ya que, desde sus inicios, no sólo triunfaron en España, sino que conquistaron de pleno América latina.

La Lola era el tema principal de su segundo álbum, La extraordinaria paradoja del sonido Quijano, del que vendieron la friolera de más de medio millón de copias, y con sus siguientes álbumes (que seguro también recordáis), La taberna del Buda de 2001 y ¡Qué grande es esto del amor! de 2003 superaron las setecientas y ochocientas mil copias respectivamente.

¿Y luego? Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue de Coolio?

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Me surge una duda: ¿a partir de qué año creéis vosotros que tiene que haber nacido alguien para que no haya oído jamás hablar de Coolio y su Gangsta’s Paradise? Como sea, si sois demasiado jóvenes para recordar a Coolio, quedaos: os prometo que después os pongo algo de Harry Potter. Palabra.

Bueno, para quien sea demasiado joven para recordarlo, para los que nos aprendimos la letra grabando el vídeo en VHS cuando lo ponían en la MTV, e incluso para los que negaron que esto fuera rap, o que esto fuera siquiera música, aquí lo dejo: uno de los temas más sonados de los ’90. Disfrutad del remember:

No puedo decir que se me pongan los pelillos de punta, pero aún recuerdo algunos pasos de la coreo que me inventé en el pasillo de mi casa. Y eso mola, porque significa que no han de haber pasado tantos años.

Pongámonos un poco en situación: Coolio dice en la canción que tiene 23 años. Mentira cochina: tenía 32. Pero Gangsta’s Paradise era el tema principal de la BSO de Mentes peligrosas (Dangerous Minds), peliculón peliculero del ’95, en el que Michelle Pfeiffer da vida al personaje protagonista: la profesora Louanne Johnson, una marine retirada que ocupa un puesto de profesora en un barrio marginal de una ciudad pobre y segregada racialmente, donde todo son tiros y drogas pero la gente tiene buen fondo. Añadir que la película está basada en la novela autobiográfica de la propia (y real) Louanne Johnson, y que en 1995 reventó las taquillas a nivel internacional: con un presupuesto de 29 millónes de dólares, recaudó en su estreno mundial casi 180 millones.

Además de arrasar la película en taquilla, el Gangsta’s Paradise de Coolio, convertida en icono, recibió múltiples nominaciones a varios premios internacionales, y se alzó con dos MTV Video Music Awards (Mejor vídeo de rap y Mejor vídeo de película) y el Grammy a Mejor interpretación solista de rap. Casi nada. Algunos lo amaban y otros lo odiaban pero la cuestión es que, de la noche a la mañana, todo el mundo sabía quién era Coolio. ¿Y qué hizo después? Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue del grupo ‘Aqua’, los de ‘Barbie girl’?

-¡Hey, Barbie!

-¡Hey, Ken!

Lene, Renè, Søren y Claus fueron Aqua. Y lo petaron. «Come on Barbie! Let’s go party!»

Todo empezó, curiosamente, cuando Lene participó en un concurso musical en la televisión danesa. Dice la leyenda que, después del concurso, iba ella un día tranquilamente en un Ferry y Renè (el pelao), la reconoció y le propuso formar parte como vocalista de su grupo, entonces llamado Joyspeed. Lene aceptó, se unió al grupo, le cambiaron el nombre por el de Aqua y el resto es historia del pop-dance. Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue de los hermanos Hanson? ¡Pero si todavía tocan!

Isaac, Taylor y Zac Hanson fueron tres hermanos que, no es que fueran especialmente guapos, pero tenían un pelazo rubio larguísimo que allende los ’90 estaba muy de moda, así que por obra y gracia de sus melenas se plantaron en las carpetas de la mitad de la población adolescente. Y las cosas como son: se ponía a los tres porque siempre aparecían pegados y en paquete, que si no habría estado sólo Taylor, aunque con estos chicos pasaba una cosa curiosa que actualmente se conoce como «el efecto animadora» de Barney Stinson: parecían atractivos porque los veías a los tres juntos y con pelazo y eran resultones. Pero luego los examinabas uno por uno y estaban: el pequeño (que era demasiado pequeño), el mayor (que todo el mundo decía que era muy feo) y el mediano, Taylor, que parecía una chica. La gente elegía a Taylor por descarte, yo creo. Aunque confieso que esto lo digo de oídas, que yo nunca he sido ni de rubios ni de melenas.

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Pero bueno, todo hay que decirlo: el éxito no les llegó sólo por obra y gracia de sus melenas. También tuvo mucho que ver el bombazo con el que lo petaron: Mmmbop. Aunque el grupo había empezado a trabajar a partir de 1990, fue en el ’97 cuando alcanzaron la fama internacional con ese tena, que fue a aquel verano lo que a otros han sido La Macarena, La Bomba o el Despacito. Chiringuitos y coches de choque de todo el mundo se rindieron a la pasión rubia. Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue de los Backstreet Boys?

Yo lloré. Y no  me avergüenza decirlo. Lloré desde la tercera fila de público del hipódromo de Las Mestas en Gijón, en aquel caluroso julio del ’99, cuando sonó la música y sobre el escenario aparecieron ellos: los Backstreet Boys. Lloré, sí, qué pasa. Dieciséis añines tenía. Los he buscado para escribirles un post, y me ha apetecido llorar otra vez. Aunque creo que no por las mismas razones que en el ’99.

Contexto: Boys Band. Un concepto que apareció de repente en la mente de algún lumbreras que dijo «¡Ey! ¡Si ponemos a cinco majetes en el escenario dando botes igual da lo mismo que las letras sean un truño!». Jolín, ¡y funcionó! Es así: NKOTB, Take That, BSB… Dime qué boys band te gustaba y te diré cuántos años tienes. Música puramente comercial, con una cara bonita y la esperanza para todas y cada una -y todos y cada uno- de los millones de fans adolescentes del planeta de que su cantante favorito se casaría con él/ella algún día. Yo me iba a casar con Brian. Pero luego me fueron surgiendo otras cosas…

Los BSB nació en 1993 con el número mágico de cinco integrantes, a los que el departamento de márketing dotó de la consabida historia «somos famosos de casualidad porque nosotros éramos normales como tú». En el ’96 lanzaron su primer sencillo, We’ve got it goin’ on, y de ahí a la gloria.

Esta canción aún la escucho por la radio de vez en cuando mientras conduzco, y ya no es que me arranque a cantar: es que me sale hasta la coreo. Elsa, maja, esto sí que es to LET IT GO.

La banda estuvo completamente en activo hasta 2002, cuando se separaron (ah, no, que sólo se estaban dando un tiempo) y volvieron en 2005 con el single Incomplete y el álbum Never gone. Desde entonces, no han vuelto a descansar. ¿Cómo han cambiado estos cinco chavales de la calle de atrás? Lee el resto de la entrada »

¿Qué fue de Vanilla Ice?

¡Ice, ice, baby! Tititi tiriri tititi.

Robert Matthew Van Winkle, aka Vanilla Ice, ese eterno chavalote de visera descomunal, nació ahí donde lo tenéis el mismo año que, por ejemplo, nuestro Javier Cámara. Pero es que los tejanos (personas de Texas, que no los pantalones) al parecer se conservan mejor que los riojanos (personas de La Rioja, que no los vinos). Bueno, ni mejor ni peor: se conservan diferente.

Vanilla Ice inventó la ceja depilada de malote, el peinado hipster y los selfies con morritos.

Vanilla Ice hizo que millones de personas alrededor del mundo estrenáramos la decadente ridícula gloriosa década de los ’90 a ritmo de rap con Ice Ice Baby, una canción de la que poco importaba la letra (¿alguien sabe de qué va? Os lo digo yo: de un tiroteo) porque lo que petaba era el ritmo y un golpe de estribillo de tres palabras en inglés que cualquier amapola del campo podía cantar. El disfraz de globo terráqueo/bandera y el baile tío paco sufriendo un ataque ayudaban a redondear el efecto.

Además, fue el primer “gran rapero” blanco de los USA (entrecomillo “gran rapero” porque baso esto sólo en su fama, espacio reservado hasta entonces a raperos negros). Pero mucho ojo, porque este muchacho alcanzó la gloria bastante antes que iconos del estilo como Snoop Dogg o el mismísimo Tupac Shakur, que empezaron su carrera a principios de esa misma década.

Vendió millones de copias de aquél álbum (Extremely Live, 1991) en todo el planeta. ¿Y después?

Después, Madonna le mordió un pezón: Lee el resto de la entrada »

Sting deja los experimentos y regresa a ritmo de rock

Grandes noticias: Sting vuelve, ¡y regresa a ritmo de rock! Este noviembre lanza su álbum número 12 en solitario, se llama 57th & 9th y es su primer disco como los de antes en muchos años, desde Sacred love (2003). Por fin se deja de experimentos y vuelve a ser el Sting que todos recordamos.

Y no es que estos últimos años hayan sido en balde, hemos podido degustar delicias como Songs from the Labyrinth (2006), un viaje a la música renacentista en el que cambia la guitarra eléctrica por el laúd y explora el bardo que hay en él; If on a winter’s night (2009), con canciones navideñas; el recopilatorio sinfónico Symphonicities (2010) y The last ship (2013), banda sonora de un musical para Broadway inspirado en su propia infancia.

Tras un intenso verano de gira con su gran amigo Peter Gabriel, Sting vuelve lleno de energías y yo ya me muerdo las uñas esperando a este trabajo cuyo nombre proviene de la intersección que el británico debía cruzar cada vez que se dirigía al estudio de grabación en Nueva York.

El disco estará lleno de grandes temas, algunos de ellos dedicados a la muerte de Prince, el cambio climático y la crisis de refugiados.

Para ir abriendo la boca, Sting nos ha dejado este adelanto, I Cant’t Stop Thinking About You:

A sus 64 años, Gordon Matthew Thomas Sumner demuestra que está en plena forma física y profesional. En su haber cuenta con más de 100 millones de discos vendidos solo por su cuenta (aparte de Police) y sus reconocimientos son enormes: 16 Grammy, un Globo de Oro a la mejor canción original, un Emmy y tres nominaciones a los Oscar también como compositor. Hasta cuenta con su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Porque él lo vale.

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Inolvidable su interpretación del malvado Feyd Rautha en Dune, un regalo para la vista que siempre agradeceré a David Lynch, que también coló a otro famoso cantante, Michael Bolton, en un curioso cameo tambor en mano como un fremen más.

Sting ha mostrado ampliamente sus dotes como actor: desde Quadrophenia (1979), la ópera rock de The Who, a Julia y Julia (1987) junto a Kathleen Turner y Gabriel Byrne; Las aventuras del barón Munchausen (1988) con Robin Williams y las delirantes Lock & Stock de Guy Ritchie y Zoolander 2 (2016) donde se interpretaba a sí mismo.

En Perverso (1995), donde Sting interpretaba el papel de un mayordomo manipulador, coincidió con su gran compañera de vida: la actriz y productora Trudie Styler.

Pero si hay algo que realmente me conmueve de Sting es su activismo.

Ya desde principios de los años 80 se volcó con Amnistía Internacional, participando en sus galas con temas como Roxanne (sobre la prostitución). Uno de sus temas más potentes con Police que para mí cobró una nueva dimensión en Moulin Rouge.

 

 

«He sido miembro de Amnistía desde hace cinco años —comentó en 1986—. Antes de saber que existía, antes de conocer su trabajo, no tenía idea de todas las torturas que ocurrían en el mundo».

En 1988 se unió a Peter Gabriel y Bruce Springsteen en una gira por los derechos humanos, celebrando el 40 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Sting ha utilizado su música frecuentemente como medio de denuncia y concienciación: Driven to Tears, una acusación contra la apatía política y social ante el hambre en el mundo, Do They Know It’s Christmas?, que interpretó en un gran concierto en el Wembley Stadium también contra el hambre o They Dance Alone (Cueca Solo) sobre la difícil situación de las madres, esposas e hijas de los «desaparecidos» durante la dictadura de Pinochet en Chile, canción que también contó con una versión en español, Ellas bailan solas.

Pero sin duda una de las grandes luchas de Sting ha sido el medio ambiente. Ha hecho casi de todo, desde conciertos benéficos, documentales y denuncias formales hasta ponerle voz al villano Zarm, el destructor de Gaia en la ecológica serie de dibujos animados Capitán Planeta y los planetarios.

 

También ha participado en iniciativas solidarias para toda clase de causas y desastres: en 1997 cantó en un concierto para ayudar a las víctimas del volcán que destruyó la isla caribeña de Montserrat, en 2001 recaudó fondos para las familias de los fallecidos en los atentados del 11 de septiembre y en 2005 organizó un concierto en Australia que recaudó 4 millones de dólares para los afectados por el tsunami del océano Índico.

En 2007 se unió a un concierto en apoyo del Tibet y el Dalai Lama, en 2010 ayudó a las víctimas del terremoto de Haití, en 2012 a los del huracán Sandy

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En un concierto solidario. (GTRES)

También ha cantado para luchar contra el sida (es patrón de la fundación de Elton John contra el sida), para promover la apicultura y para conseguir la paz.

En 2011, Sting se unió a otras 30 personalidades en una carta abierta dirigida al Primer Ministro británico David Cameron  para «despenalizar de forma inmediata la posesión de drogas«, por considerar que su política al respecto era totalmente ineficaz. «Penalizar a los jóvenes por posesión de drogas sirve de poco, es momento de pensar en formas más imaginativas de abordar el consumo de drogas en nuestra sociedad», afirmó.

En 2014, ante el referéndum por la independencia de Escocia, Sting firmó una carta en The Guardian para apoyar la permanencia del país en Gran Bretaña.

Pero, de todas sus luchas, creo que su mayor contribución ha sido inaugurar junto a su mujer Trudie Styler la organización Rainforest Foundation para ayudar a conservar las selvas y a los indígenas que viven en ella.

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Visitando la tribu del jefe Raoni en el Amazonas, Brazil, 1990. (GTRES)

Y su labor en este sentido ha sido tan importante y entregada que una especie de rana endémica de Colombia, la Dendropsophus stingi, lleva su nombre en su honor; un reconocimiento al músico por su «esfuerzo y compromiso para salvar la selva húmeda».

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Su mujer Trudie Styler siempre ha compartido en igualdad sus batallas. Sting estuvo casado anteriormente con otra actriz, Frances Tomelty, de la que se divorció en 1984 tras ocho años de matrimonio y dos hijos en común: Joseph (nacido en 1976), que siguió los pasos de su padre y es miembro de la banda Fiction Plane, y Fuchsia Katherine (nacida en 1982).

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Con su hija Fuchsia, que prefiere ser conocida como Kate Sumner. (GTRES)

Sting se separó de Frances tras el nacimiento de su hija Fuchsia y comenzó a vivir con Trudie Styler, con la que se casó diez años después.

Sting y Trudie Styler

Con su mujer, Trudie Styler, en 2006. (GTRES)

Sting y Styler han tenido cuatro hijos juntos: Brigitte Michael («Mickey», nacida en 1984) que ha querido seguir los pasos de su madre en el cine y también es modelo; Jake (nacido en 1985), que también ha hecho sus pinitos como modelo; Eliot Pauline (llamada ‘Coco’, nacida en 1990) y Giacomo Luke (nacido en 1995).

Coco también es cantante como su padre, líder del grupo londinense I Blame Coco.

Aunque Sting es multimillonario (se le estima una fortuna de 210 millones de euros) y cuenta con varias propiedades en Reino Unido y en Estados Unidos (una finca en Salisbury, una casa de campo en el Distrito de los lagos, un piso en Nueva York, una casa en la playa de Malibú…), siempre ha querido que sus hijos crecieran con humildad, y afirma que ninguno de ellos heredará su fortuna: «no va a quedar mucho, lo estamos gastando todo», aseguró en una ocasión.

Actualmente ha establecido su hogar en la región de Toscana (Italia), donde cuenta con una extensa propiedad, las bondades del clima y una huerta envidiable.

Sting es considerado uno de los 10 músicos británicos más ricos y también uno de los más saludables, añadiría yo.

Ha participado en numerosas carreras solidarias, es vegano estricto y desde 1990 practica yoga de forma asidua.

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Practicando posturas en el mar de las Antillas, en 2015. (GTRES)

A principios de 2005 Sting proclamó su pasión por el hinduismo y declaró que quería pasar mucho más tiempo en la India por cuya cultura se siente fascinado. «En este momento lo que más me gusta es la religión hindú, me he convertido en un adicto a la India. Querría pasar el resto de mi vida descubriendo ese precioso país», confesó en una entrevista.

En 2007 escribió un prólogo al libro Yoga: más allá de creencia, escrito por Ganga Blanca y en 2008 contó que practicaba la técnica de Meditación Trascendental de Maharishi Mahesh Yogi.

Esa afinidad del cantante por el yoga ha alimentado todas clase de rumores sobre su sexualidad, entre ellos que es capaz de mantener sexo con su mujer durante 8 horas.

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En el terreno religioso, y aun con su afinidad por el hinduismo, Sting se ha declarado agnóstico en muchas ocasiones. «No tengo ningún problema con Dios. Tengo problemas con la religión. He elegido vivir mi vida junto a mi esposa sin las certezas de la fe religiosa, creo que son peligrosos. La música es algo que le da el valor de mi vida y consuelo espiritual«.

Amén, añado yo.