¡Ice, ice, baby! Tititi tiriri tititi.
Robert Matthew Van Winkle, aka Vanilla Ice, ese eterno chavalote de visera descomunal, nació ahí donde lo tenéis el mismo año que, por ejemplo, nuestro Javier Cámara. Pero es que los tejanos (personas de Texas, que no los pantalones) al parecer se conservan mejor que los riojanos (personas de La Rioja, que no los vinos). Bueno, ni mejor ni peor: se conservan diferente.
@SamuelMikulak pic.twitter.com/e8M8196WoY
— 2Scoops (@DetroitJayhawk) 24 de julio de 2016
Vanilla Ice inventó la ceja depilada de malote, el peinado hipster y los selfies con morritos.
Vanilla Ice hizo que millones de personas alrededor del mundo estrenáramos la decadente ridícula gloriosa década de los ’90 a ritmo de rap con Ice Ice Baby, una canción de la que poco importaba la letra (¿alguien sabe de qué va? Os lo digo yo: de un tiroteo) porque lo que petaba era el ritmo y un golpe de estribillo de tres palabras en inglés que cualquier amapola del campo podía cantar. El disfraz de globo terráqueo/bandera y el baile tío paco sufriendo un ataque ayudaban a redondear el efecto.
Además, fue el primer “gran rapero” blanco de los USA (entrecomillo “gran rapero” porque baso esto sólo en su fama, espacio reservado hasta entonces a raperos negros). Pero mucho ojo, porque este muchacho alcanzó la gloria bastante antes que iconos del estilo como Snoop Dogg o el mismísimo Tupac Shakur, que empezaron su carrera a principios de esa misma década.
Vendió millones de copias de aquél álbum (Extremely Live, 1991) en todo el planeta. ¿Y después?
Después, Madonna le mordió un pezón:
Sucedió en un álbum erótico que publicó en 1992, llamado Sex. Que no es que sea muy trascendente, pero a ver, tiene su aquello. Es Madonna.
Lo cierto es que el chico no ha parado de trabajar y ha continuado dedicado al mundo de la música, publicando álbumes con una periodicidad bastante regular, aunque no demasiado frecuente. Se le cuentan doce publicaciones después del éxito del 91 y hasta 2010. The Best of Vanilla Ice, del 99, llegó a ser disco de platino.
Ha hecho varios cameos en pequeña y gran pantalla, aunque pocos han llegado a nosotros. Hace relativamente poco (en 2012) pudimos verlo en la peli de Adam Sandler Desmadre de padre (That’s my boy). Tenía su gracia, porque con mucho sentido del humor y buena ironía se interpretaba a sí mismo, un músico afamado, pero que en la peli sobrevive vendiendo pollo frito «porque los derechos de Ice Ice Baby no le dan para pagar el alquiler».
Desde 2010, lleva las riendas de The Vanilla Ice Project, un reallity de briconsejos que ya cuenta con seis temporadas en antena y más de 70 episodios, y que el mismo Van Winkle promociona a menudo desde su cuenta de twitter, en la que tiene bastante actividad:
Building dreams. All new season of #VanillaIceProject coming this July on DIY 🎉@DIYNetwork pic.twitter.com/j3nFzQAIWS
— Vanilla Ice (@vanillaice) 25 de mayo de 2017
Aunque yo tengo que decir que lo mejor que he visto de Vanilla Ice en los últimos años fue la ESPECTACULAR imitación que hizo de él nuestro Pablo Puyol (sí, el de Upa Dance. Por cierto, ¿qué fue de MAM?) cuando fue en calidad de invitado en 2014 a Tu cara me suena, antes de su paso por el programa como concursante. Brutal. Os lo dejo aquí debajo para que lo disfrutéis, porque pone los pelos de punta.
¡Ice, Ice, Pablo!
ese puyol no llego ni al 10 porciento de vanilla ice,fea imitacion y corta
17 noviembre 2017 | 5:04 pm