Nueve temporadas de nada. Durante nueve temporadas, del ’95 al ’99, medio país dejó que Emilio Aragón, el inolvidable doctor Nacho Martín, entrara en su hogar.
Temporada tras temporada, se mantuvo en torno a un más que envidiable 40% de cuota de pantalla y acumuló premios, nominaciones y adaptaciones allende los mares.
Era Médico de familia, y durante cuatro años disfrutamos cada martes noche de la historia de Nacho, un joven médico viudo, al cargo de tres hijos (María, Chechu y Anita), un sobrino (Alberto) y su propio padre (el señor Manolo), que contaba con la inestimable ayuda de su asistenta Juani (Luisa Martín) y su cuñada Alicia (interpretada por Lydia Bosch). Era, yo creo, la relación que crecía entre Nacho y esta última lo que nos tenía a todos tan terriblemente enganchados a la pantalla.
Ya hemos contado en otras ocasiones lo que fue de la vida de los hijos de Nacho (Isabel Aboy, Aarón Guerrero y Marieta Bielsa), y hoy le toca el turno al sobrino, Alberto, interpretado por Iván Santos.
Los títulos ante cámara de Santos fueron más antes de Médico de familia que después. Tras la serie de Telecinco, al joven actor solo lo volvimos a ver en Géminis, de La1, interpretando a Tobías y en un episodio de Hospital Central, como Iván, en 2006.
Fuera de pantalla, eso sí, aún se dedicó al teatro. En 2009 hacía Terrorífica fiesta del pijama en el teatro Victoria Madrid y, además, era profesor de interpretación en el ayuntamiento de Barajas de Melo (Cuenca).
Sin embargo, el tiempo lo fue alejando de la interpretación y del foco mediático. Santos es uno de los actores de Médico de familia que menor repercusión pública mantiene hoy en día. Sus perfiles de facebook y twitter están inactivos desde 2018 y de su perfil de instagram ha borrado todas las publicaciones.