Estas semanas vuelve a estar en boca de todos, y no es para menos, porque el gran Eddie Murphy, a quien durante mucho tiempo no se puede decir que se le perdiera la pista pero, desde luego, dejó de ser un favorito de Hollywood, vuelve y lo hace a lo grande recuperando uno de nuestros clásicos más absolutos: El príncipe de Zamunda, ahora convertido en El rey de Zamunda.
Coming to America (que era el título original) se estrenó en 1988 y dejó algunas de las escenas para el recuerdo que más presentes tenemos aún hoy, 33 añazos después. Y si no «¡QUE TE JODAN A TI TAMBIÉN!», ¿os acordáis? Coming 2 America (segunda parte) lleva fraguándose más de tres años y, por fin, verá la luz el próximo 5 de marzo en Prime Video, y he pensado que es un buen momento para recuperar este post y darle un repaso a lo que ha sido la vida de Eddie:
Edward Regan Murphy, neoyorquino del ’61, es una de esas personalidades que durante los ’80 subieron tanto, pero tanto, tanto, tanto, que ya solo les quedaba ir hacia abajo. Igual que Jean Claude Van-Damme o Brendan Fraser.
Se estrenó en 1980 en el programa de entretenimiento Saturday Night Live, en el que estuvo hasta el ’84, y después de pasar por títulos como Límite: 48 horas o Entre pillos anda el juego, conquistó la gloria con su papel de Axel Foley en Superdetective en Hollywood. ¿Os acordáis? «Tengo que hablar con Víctor, no vaya a ser que se le caiga la pichula a cachos».
Después llegaron éxitos como El chico de oro, Boomerang, o Un vampiro suelto en Brooklyn (su barrio natal, por cierto). No sé si lo recordáis, pero Eddie le dio una soberana paliza con el palo de una fregona a un por entonces desconocido Samuel L. Jackson en El príncipe de Zamunda:
Noventa grandiosos segundos.
Eddie era, sin parangón, el rey de la comedia. Pero su luz se fue apagando y se tuvo que bajar del trono. ¿Qué le pasó?
Bueno, hay quien dice que, a pesar de que fue una película que en general funcionó bien, El Profesor Chiflado fue el principio del fin. Cuando uno lleva muchos años en comedia parece que se espera de su humor una evolución hacia lo inteligente, más refinado y dirigido a un público fiel que evoluciona junto a él. Pero en Nutty Professor la comedia (es decir, el motivo de risa) se centraba en un personaje obeso, que sudaba profusamente y cuya familia componía una orquesta de pedos. Explotaron la habilidad de transformación de Murphy (que interpretaba a todos los miembros de la familia) hasta lo grotesco. La crítica fue mayormente mala, y se empezó a cuestionar hacia dónde se dirigía Eddie.
Después de ser El Negociador en el ’97, el Dr. Dolittle en el ’98 (que aunque tuvo buena recaudación a nivel crítica fue un ni fu ni fa), El Gurú ese mismo año, y un casi redentor Kit Ramsey en Bowfinger, junto a Steve Martin, en el ’99, llegó el 2000 y se le ocurrió volver a lanzarse con la segunda parte de El profesor chiflado, esta vez más centrado en la familia.
Así que lo que menos había gustado de la primera película, que era ese trocito de humor grotesco, escatológico y absurdo de la familia, a alguien se le ocurrió que era buena idea cogerlo, explotarlo y convertirlo en una película entera. ¡MOOOOC! Craso error… Aunque es cierto que la cinta tiene momentos divertidos, que Janet Jackson lo hace bien y que no deja de sorprender la capacidad de metamorfosis del protagonista, la historia es lineal e insípida a más no poder. Y así, pues no se evoluciona. Y si no evolucionas, pues, literalmente, te estancas.
Durante los años siguientes (estaréis de acuerdo conmigo), y a pesar de que siguió acumulando títulos, como Pluto Nash, Papá canguro o la fatídica Norbit, su mejor papel, de lejos, fue el de Asno en todas las entregas de Shreck 🙂
No fue hasta 2011 que volvió a tener un papel en una película que -popularmente- no fuera un desastre, y ese fue de la mano de Ben Stiller en Un golpe de altura, en la que interpretaba a un ladrón profesional que participaba en un robo a un ex-jefe puñetero. El sueño de todo hombre (o algo así).
En 2013, aparecía en la secuela para televisión de Superdetective en Hollywood, protagonizada por Brandon T. Jackson, que narra la historia del policía Aaron Foley, hijo de Axel, que intenta hacer carrera a pesar de la sombra de su padre.
En 2017, protagonizó Mr. Church, una comedia dramática independiente que resultó tener muy, muy buena crítica, donde Eddie da vida a Henry Church, un talentoso cocinero que entabla una relación peculiar con una niña y su -agonizante- madre, y que ha resultado ser uno de los mejores trabajos interpretativos de Murphy.
Y ahora, como os decía, Murphy se convierte en una suerte de fénix con bigote y nos trae nos trae El rey de Zamunda, que es el renacer nostálgico de los éxitos ochenteros, dirigida por Craig Brewer y en cuya historia y guión ha participado el propio Eddie.
Y creo que, como remate final, os puedo ya dejar caer por aquí que, si bien Prime se ha quedado con el príncipe de Zamunda, será Netflix, el gigante de streaming, quien se quede con la otra joya que volverá a nuestras pantallas directa desde los ’80: la cuarta parte de Superdetective en Holywood.
¡Y hasta aquí el post de hoy! Casi no puedo esperar a ver estas secuelas. Aquí me quedo, dando botes en la silla y, mientras tanto, como diría el Príncipe Akeem… ¡Que os jodan! (Pero de buen rollo xD)
Se te ha olvidado el pelotazo que dio con Yo soy Dolemite, donde mete dramatismo e humor en una pelicula con critica social y aunque se estreno en Netflix si que fue el resurgir de su carrera.
09 febrero 2021 | 12:28 pm