Feminismo para cambiar el sistema

Por Pilar Orenes

Estos días amanecíamos con un nuevo dato: 1000 mujeres víctimas de la violencia machista, asesinadas, desde el 2003. Terrible. Y sabemos que “no están todas las que son”, que quedan muchas fuera de esta estadística que solo reconoce a los asesinatos de mujeres en manos de parejas y exparejas. Valiosísima la labor de Feminicidio.net, observatorio de la sociedad civil que visibiliza el asesinato de mujeres. Y, claro, si amplias la mirada, entonces suben aún más las cifras transmitiéndonos el horror de historias de dolor, únicas e irrepetibles pero con un sesgo común: mujeres asesinadas por hombres el hecho de ser mujeres.

Porque no nos engañemos, no es solo un número que suma a la lista de sucesos violentos aislados que ocurren en nuestros días. Estamos ante un problema social que algunos todavía se niegan a reconocer diluyéndolo en la generalidad de los hechos que se producen en los ámbitos familiares y domésticos, sin entrar en la causa ni en el sujeto que los ejerce. Invisibilizándolo. Que no nos confundan.

Estamos ante un problema de Estado y como tal necesitamos acotarlo y seguir dando pasos decididos desde todos los ámbitos. Necesitamos asegurar que el Pacto de Estado contra la violencia de género firmado en el 2017 sea un compromiso real, dotado de los recursos necesarios para hacer que el sistema funcione y acabar con esta lacra. Recursos para sensibilizar hacia la denuncia (*), para que las administraciones cumplan con su deber de protección, para dar seguimiento a las condenas, para acompañar a las víctimas…

No nos cansemos de hacer entender y asimilar (que nos está costando) que la culpa no está en ellas ni en su manera de vestir ni en los lugares elegidos para pasear, que la culpa es del que mata. Y que no hay que centrarse en las justificaciones o motivos ad hoc, porque la causa genérica es el poder que determinados hombres ejercen contra las mujeres, un poder que usa la violencia para mantener el orden establecido y un poder que lleva al extremo de decidir sobre su vida, y quitársela.

Y como es un asunto que tiene solución, no podemos consentir que nos inmunicen ante él, no podemos permitir acostumbrarnos al constante incremento de asesinatos. No vale desconectar de las noticias, son pérdidas que nunca debieron ocurrir y pueden evitarse. Ya sabemos que el poder de cambiar políticas también lo tenemos la ciudadanía con nuestra capacidad de movilización para hacer que los temas estén en la agenda pública. La historia de cada una de estas mujeres, merece de nuestra indignación y nuestra lucha. Gracias a La Marea  y a su iniciativa denominada #PorTodas por acercárnoslas, por ponerle rostros a las estadísticas y ayudarnos a cambiar las narrativas para impulsar la reflexión y la acción colectiva. Gracias.

Movilicémonos sin esperar al próximo número “redondo”. Pero hagamos esta lucha desde el cuestionamiento del sistema porque la violencia machista es una situación estructural, arraigada en nuestra forma de entender el mundo. Los hombres van a seguir matando, acosando, o abusando de las mujeres si no tenemos el valor de ir a la raíz, si no tenemos el arrojo de reconocer en nuestras formas de vida y de entender el mundo los sesgos de una cultura patriarcal. Hace falta cambiar el contexto en el que estas violencias se dan. Y reconozcamos que es la lucha feminista la que tiene este valor de cuestionar las estructuras, la que está poniendo el dedo en la llaga y que es esa la razón por la que continuamente está siendo discutida, atacada y rechazada. Son los movimientos feministas los que están abanderando el derecho de las mujeres a la igualdad y a vivir con libertad. Gracias.

(*) 016, teléfono gratuito de atención a víctimas de violencia de género.

Pilar Orenes es Directora General Adjunta de Oxfam Intermón

5 comentarios

  1. Dice ser NO ES NO

    NO ES NO, y eso va también para el feminismo.

    Proteger la igualdad de derechos sí, pero sin dar prioridades y sin pisar los derechos de los demás.

    Que no tenga yo, como hombre que soy, que volver a entrar en una tienda a preguntar si tienen cinturones y me digan «de hombre no tenemos nada». Que no tenga que ver más carteles pidiendo exclusivamente mujeres para un puesto de trabajo. Que no tenga que ver más noticias de denuncias falsas a hombres en las noticias. Y un largo etcétera.

    ¿Igualdad? El feminismo NO ES IGUALDAD.

    17 junio 2019 | 11:02

  2. Dice ser La Negra Parca

    Cuando dejéis de utilizar ese tono recriminador con «los hombres» (así en general) y aprendáis a distinguir entre «los hombres» y «los agresores machistas», cuando admitáis que hay mujeres más malas que la tiña que no entran en vuestras absurdas batallas de colectivos, cuando entendáis que «los agresores machistas» son un porcentaje ínfimo de los hombres, entonces y sólo entonces, «los hombres» os tomarán en serio.

    Mientras tanto no dejáis de ser una pataleta con patas.

    Hala, y ahora censurad el comentario para que no aparezca y demostradme lo democráticas e inclusivas que sois.

    17 junio 2019 | 12:03

  3. Dice ser acerswap

    Mas propaganda de genero.

    17 junio 2019 | 12:22

  4. Dice ser AZULMARINOCASINEGRO

    Nadie en su sano juicio está en contra de la igualdad.
    Insisto NADIE.
    Pero el ACTUAL feminismo no busca la igualdad, se parapeta detrás de eso para revindicarse.
    El feminismo ACTUAL busca la guerra de sexos, la misandría y el odio al cromosoma XY.
    Lamentablemente es así

    19 junio 2019 | 19:53

  5. Dice ser Terelu

    En total desacuerdo con el tono panfletario, al igual que los cuatro comentaristas anteriores, pero te alabo la valentía y la integridad de dejar visibles opiniones contrarias a tu post. No todas las mujeres de este blog son como tú. De hecho… eres la excepción!

    16 julio 2019 | 02:02

Los comentarios están cerrados.