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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

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‘Marzo negro’

A modo de protesta por el reciente cierre de Megaupload y la posible aprobación de la ley SOPA en EE UU, Anonymous convoca estos días a los internautas a un ‘marzo negro’ en el que, piden, no se compre ningún disco, libro o videojuego ni se vaya al cine. El planteamiento da por hecho que todos los artistas son enemigos y, por tanto, culpables, una premisa absurda que recuerda mucho a aquella de la que partía el canon digital de la SGAE o la propia SOPA, pero a la inversa. Un dato: en España, el 80% de los discos se publican a través de sellos independientes. La gran mayoría de sus artistas malviven a base de sangre, sudor y lágrimas. No tienen mansiones en Miami. Muchos tocan por una cantidad irrisoria o incluso pierden dinero. Los más afortunados sobreviven a base de giras maratonianas en furgoneta. Son tan currantes como el que más. Si los apoyos a la ley SOPA provienen principalmente de las grandes multinacionales del entretenimiento, así como de otra serie de empresas cuyo nombre se puede consultar en la Red, sólo ellas deberían ser, en todo caso, el objetivo de los ataques. Porque un ciudadano informado debe ser un ciudadano crítico, pero también un ciudadano ético. El resto sólo es activismo barato de sofá.

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Reflexiones sobre el cierre de Megaupload

Ha sido una noche movida en la Red. Y lo que nos queda. A estas alturas, pocos quedarán ya que no se hayan enterado del cierre de Megaupload y de las reacciones que está suscitando. Entre el debate por la posible aprobación de la muy totalitaria y peligrosa ley SOPA y la noticia con la que hemos amanecido, existe la sensación de que estamos ante un momento que marcará de forma decisiva el futuro de Internet tal y como lo conocemos. Es el momento de reflexionar sobre todo ello.

– El cierre de Megaupload no sólo no contribuirá a acabar con las descargas, sino que muy probablemente provocará que surgan nuevas y más depuradas webs o sistemas para compartir archivos. Tal y como muy acertadamente señala Enrique Dans en su blog, este no es más que un nuevo ejemplo de lo complicado que resulta ponerle puertas al campo. La experiencia de Napster así lo demuestra. Por otra parte, ¿qué ocurre con la gente que tenía alojados en Megaupload contenidos que nada tienen que ver con los derechos de autor y que ahora mismo han pasado a manos del FBI? La hay. Yo era uno de ellos.

– Dicho lo anterior, una cosa debe quedar clara: los responsables de Megaupload han amasado una fortuna a costa del trabajo de otros, alojando publicidad en su web y cobrando suscripciones por permitir el acceso a contenidos protegidos con derechos de autor. Que el FBI les acabase cerrando el chiringuito parecía cuestión de tiempo. ¿Se ha hecho justicia o estasmos ante el principio de un estado policial en la Red? Juzguen ustedes mismos, pero una cosa es compartir archivos sin ánimo de lucro y otra hacerse de oro con ello. Y el matiz es importante.

– Sé que hoy por hoy es políticamente incorrecto pensar así, pero ya lo he dicho en otras ocasiones: pretender no pagar nunca por nada es insostenible y propio de un país en el que la cultura se valora muy poco. La frase: «si puedo tener algo gratis, para qué pagar» define al español medio. Y ello provoca que se valore cada vez menos el esfuerzo que cuesta grabar un disco, rodar una película o escribir un libro. Evidentemente la industria ha mantenido políticas deleznables, entre otras con los precios. Soy, de hecho, el primero que ha bajado cientos de discos a través de Megaupload, Soulseek y otras plataformas, y defiendo el derecho a poder hacerlo. También el primero que se alegrará el día que caigan algunos de los dinosaurios que han monopolizado el negocio de la música durante décadas. Pero procuro retribuír, en la medida de mis modestas posibilidades, a aquellos artistas que me aportan cosas. Yendo a sus conciertos o comprando sus discos, en el caso de la música. Como sea. Porque creo que es lo más ético. No deja de ser curioso, por otra parte, que muchos de los que enarbolan la bandera del «cultura libre para todos» sean personas que en su vida han estado interesadas por la cultura más allá de la basura para las masas que ofrecen los canales convencionales.

– Una última reflexión: comprendo y comparto gran parte de la postura de los que llaman a un levantamiento contra el cierre de Megaupload, pero ¿cómo es posible que con la que está cayendo sólo reaccionemos en masa cuando nos quitan la posibilidad de ver películas y descargarnos discos gratis? Recortes sociales, deshaucios diarios, desempleo asfixiante, políticos corruptos, beneficios multimillonarios para los banqueros…

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