A estas alturas del partido no me sorprende que tan pocos medios se hagan eco de propuestas como la que hoy os traigo. Estoy más que acostumbrado a que las tendencias musicales, y especialmente en el terreno del indie nacional, sigan patrones que nunca he acertado a entender, y se dediquen a encumbrar a grupos de medio pelo que, por alguna razón, vuelven locos a inmensas cantidades de gente. El de hoy, muy probablemente, nunca lo hará. Y aunque no me sorprenda, me da un poco por el culo. Porque son discos tan llenos de buen gusto como este los que verdaderamente dignifican la música que se hace en este país.
eh!, escrito así, con minúscula y exclamación, es el arriesgado proyecto personal de Elías Egido, ex bajista de los barceloneses Standstill afincado en Madrid. Rodeado de un equipo de experimentados músicos procedentes de bandas como Tokyo Sex Destruction o Lisabö y haciéndose cargo de los bajos, contrabajos y programaciones, además de la dirección musical, Elías ha dado forma a este magno «36 de 48» (bcore). Un disco puramente instrumental, lleno de recovecos por explorar e ideal para conformar la banda sonora de una película de cine negro.
Ese gusto por las bandas sonoras, tan presente en este álbum, ha llevado a algunos a hablar de la influencia en Elías de maestros del género como Ennio Morricone o John Barry e incluso a calificar su música con el apelativo de «filmcore». También a que comparen su trabajo con la experimentación de bandas como Tortoise. En la práctica, y más allá de comparaciones, estamos ante un disco que destila libertad creativa por los cuatro costados: diez canciones que introducen al oyente en un singular e impredecible carrusel de emociones a través de estilos tan dispares como el jazz, el rock o la electrónica, y en el que sorprende el empleo de instrumentos tan poco habituales como theremin, la calimba o el serrucho con arco. Un disco envolvente y adictivo. Un disco mayúsculo. Aunque se escriba en caja baja.
que bien ¡¡¡ yo es que soy mas de gitaneo
28 abril 2009 | 20:42
Me has convencido. Voy a ver si me lo consigo.Ahora no, porque estoy en una fase de Dream Theater intensiva, pero mañana seguro que lo escucho 😛
28 abril 2009 | 21:02
Qué tiempos los del hechizo jónico y el construyendo…
28 abril 2009 | 21:44
The ionic spell (standstill) y Ezarian (lisabö) que se me olvida… jeje
28 abril 2009 | 21:45
Para bajo bueno, mi amigo Jose Bao, si miras su historia ha tocado con todo lo mejor de España empezando con Baron Rojo, Los últimos de la fila y cientos de grupos y artistas desde acompañar a Lola flores, Cruz Casal, y como ya he dicho, cientos más.Clica sobre mi nombre
28 abril 2009 | 22:00
este tío era la clave de Standstill, sino la clave el único cuyo corazón guardaba un poco de dignidad y autenticidad, de respeto a lo que Standstill un día fueron y el producto en el que se conviertieron con el infame Vivalaguerra.grande Elías.
28 abril 2009 | 23:41
Curioso lo de dignificar la música. Ya no sé que pensar. Aparece un grupo de retrasados mentales analfabetos que hacen un grupo y seguro que aparecerá alguien diciendo que es sublime.Aparecen productos de marketing y de laboratorio, basados en la imagen y la coreografía, con canciones compuestas por músicos profesionales (ni de coña la gente que aparece en el grupo) y arrasan con las listas de éxitos y radiofórmulas.Otros grupos su filosofía de vida es hacer cancioncillas para forrarse cuando la gente se baje la canción por el móvil o el «tono» o «politono». Otros para la serie de moda de la TV.Otros grupos se apuntan al marketing «indie» para parecer más guays y que supuestamente no van por circuitos masivos, cuando hacen música ultraretrógrada nauseabunda de hace décadas y hay emisoras de radio que solo ponen ese tipo de grupos (no eran indies y no se emitían por circuitos masivos???).¿Dignificar la música?.
29 abril 2009 | 09:54
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29 abril 2009 | 11:02