Geel, el pueblo que ama a los enfermos mentales

Por Rafael Huertas*

La historia que vamos a contar transcurre en la aldea belga de Geel, situada en la provincia de Amberes y a unos 70 kilómetros de Bruselas. Cuenta la leyenda que a finales del siglo VI, Dimphna, una princesa irlandesa convertida al cristianismo, huyó de su país en compañía de su confesor, un viejo anacoreta llamado Gerebernus, para escapar de las proposiciones incestuosas de su padre. Perseguidos y capturados en Geel, ambos tuvieron un final trágico: el rey de Irlanda ordenó ejecutar a Gerebernus y decapitó personalmente a su hija. En aquel preciso instante, y ante la barbarie del acto, algunos locos presentes recuperaron la razón y, posteriormente, se observaron milagrosas curaciones ante la tumba de la joven mártir.

zvzvc

Santa Dimphna nació en Irlanda en el siglo VII / Wikipedia

A partir del siglo XII, y por razones no bien definidas, Geel se convirtió en un lugar de peregrinación; allí acudían muchas personas con desarreglos mentales con la esperanza de curarse. Dimphna fue canonizada y se construyó una iglesia en su honor a la que se adosó una cámara de enfermos, donde los pacientes tenían que estar recluidos nueve días antes de ser sometidos a un rito para ser exorcizados. Este consistía en pasar en cuclillas por debajo de una especie de altar donde se colocaba una urna con las reliquias de la santa. Dimphna se convirtió así no solo en la patrona de los locos, sino en un instrumento de curación.

Poco a poco, la costumbre de ver locos y convivir con ellos fue arraigando y los canónigos de la iglesia de santa Dimphna fueron confiando a las familias de la ciudad a los cada vez más numerosos enfermos no curados. Esta tradición, iniciada en la Edad Media, se mantuvo en el tiempo y suscitó gran interés y debate entre los alienistas –médicos dedicados al estudio y curación de las enfermedades mentales– del siglo XIX, pues los locos que paseaban libremente por las calles de Geel, con el beneplácito de los vecinos, contrastaban fuertemente con los que eran sometidos al encierro en el manicomio.

sdgdf

Una calle de Geel con la iglesia dedicada a Santa Dimphna al fondo / Wikipedia

Más recientemente, la comunidad de Geel, con unos 35.000 habitantes, se ha considerado un antecedente de las colonias terapéuticas e, incluso, un ejemplo con el que ilustrar la necesaria integración de los servicios de salud mental en el resto de las estructuras sociales. El objetivo sería superar el aislamiento, la estigmatización, la extrema dependencia y la pérdida de autonomía que el asilo produce sobre los enfermos mentales.

Hoy unas 250 familias acogen en sus hogares a enfermos mentales, manteniendo así viva una tradición que comenzó hace siete siglos.

 

 

* Rafael Huertas es historiador de la ciencia en el Instituto de Historia del CSIC. Este post es un extracto de su libro La locura (CSIC-Catarata).

1 comentario

  1. Dice ser Sicólogo Astral

    Pues yo no lo conozco.

    30 marzo 2015 | 18:22

Los comentarios están cerrados.