No es programa para viejos se llama el despropósito televisivo que la ex diarista sádica estrenó anoche en Antena 3. Y lo hizo con un despliegue de originalidad: hablando de sexo. De sexo adolescente, y como apañado epílogo del primer episodio de la nueva temporada de Física o Química.
Brillante e innovador. De risa.
¿Cuántos talk shows de pacotilla hemos visto inaugurar con el sexo de los jóvenes? Desde Jesús Hermida a Mercedes Milá, desde Jordi González hasta Antxón Urrusolo o Juan Imedio, TODOS han recurrido en alguna ocasión al morbo de carnes prietas para inaugurar formatos con buena audiencia y confirmar la teoría de la tracción de las carretas.
Todo un clásico que Patricia, esa mujer que vende don de gentes y carece de empatía, quiso recuperar con una estética supuestamente contemporánea, multimedia y transgresora -videobloggers, la juventud bailando en directo, encuestas online… – pero que apestaba a rancio. A aquellas eternas discusiones en la televisión de los 70 sobre el divorcio, en los 80 sobre relaciones prematrimoniales, en los 90 sobre homosexualidades varias… y anoche sobre el despiporre sexual adolescente.
No es programa para viejos. Será eso. Que yo estoy mayorcísimo y no me interesó lo más mínimo. O que los responsables del espacio saben que no conviene que los adultos asistan a esta enésima revisión del teatrillo televisivo donde se enfrentan modernuquis despelucadas y fachas con raya al lado webcam mediante, las bobadas vacías circulan sin obedecer a la ley de la gravedad y la presentadora asiste despistada al movimiento de cámaras, pantallas y tangas al vapor. Un dejabugo total.
(Que rentree nos están dando: Maritere, ARQ, Patricia… ¡que alguien nos salve de este infierno! ¡Que vuelva Mayra Gómez Kemp YA!)