Al periodista, corresponsal de guerra, dramaturgo y novelista de origen húngaro, afincado en Nueva York, Ferenc Molnár lo invitaron a acudir a un estreno teatral junto a un amigo.
Poco rato después de haber comenzado la función, Molnár se puso en pie con intención de marcharse, pero su amigo le susurró:
«No nos podemos ir. Hemos sido invitados por los productores»
Molnar volvió a sentarse resignado, pero un minuto después se volvió a levantar
«¿Y ahora dónde vas, Ferenc?»
«A la taquilla, a comprar dos entradas desde las que nos podamos ir»