Covadonga y el saqueo del Vaticano… dos buenas novelas históricas medievales muy épicas para esta semana

Foto de Tengyart en Unsplash

En este 2022 que termina, dos autores -que además están conectados- han tenido una curiosa trayectoria paralela. Ambos han sacado dos exitosos ensayos de Historia y, en el mismo año, dos novelas históricas. Se trata del historiador José Soto Chica y del investigador, novelista y asesor histórico Yeyo Balbás. Ambos han publicado sendos ensayos en Desperta Ferro: El águila y los cuervos, el primero, y Espada, hambre y cautiverio, el segundo. Los entrevisté sobre los dos en 20minutos por si queréis ahondar sobre ellas.

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Pero hoy quería hablaros sobre sus dos novelas, también aparecidas en 2022. Balbás se alzó hace dos meses con el XI premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda con Cova Dónnica (Ediciones Pàmies) y Soto Chica ha publicado hace apenas unas semanas Bajo el fuego y la sal (Edhasa). Aunque son novelas bien diferentes, ambas comparten un conocimiento enciclopédico sobre la época, gusto por la épica y la aventura y la forma de la novela histórica más clásica.

Comenzaré por la segunda obra mencionada, donde este historiador de la Universidad de Granada se lanza a narrar una historia diría que nunca contada en la ficción histórica: el ataque y saqueo del Vaticano en agosto de 846 por parte de piratas musulmanes, entre ellos andalusíes. Soto Chica se marca una majestuosa y veloz novela de aventuras que viaja por un Mediterráneo peligroso, infestado de vikingos, piratas islámicos y naves imperiales. Utiliza con fino sentido narrativo el secreto de la fórmula del fuego griego como mcguffin hitchcockokiano, al que suma -¡como buena novela de aventuras!- un tesoro enterrado para mover a una serie de personajes muy diferentes en una serie de historias que acaban confluyendo en aquel brutal ataque a Roma.

Traiciones, cambios de bando, amoríos e intereses cruzados se van tejiendo en esta novela que, en no pocas ocasiones, parece recoger el espíritu de aquellas películas de golpes, atracos perfectos, de los años 50 y 60, tan llenas de giros y contragiros argumentales.

Y a la par que describe con maestría ataques navales, batallas desesperadas en playas norteafricanas y aquella feroz lucha en el Vaticano, Soto Chica desmenuza la compleja política de la Europa y el Mediterráneo de aquel siglo IX, tan llena de matices, de traiciones y ambigüedades.

Por su parte, Yeyo Balbás en Cova Dónnica, recoge la historia y los personajes que retratara en El reino imposible (2019), con los que contó el 711, para adentrarse en la siempre pantanosas y polémicas aguas de la batalla de Covadonga, en el 722, según la tradición. La novela se puede leer de manera independiente -aunque algunos matices se perderán sin haber leído la anterior, no se pierde la esencia de la obra-, pero mantiene varias conexiones con aquella, más allá de personajes y contextos, como una trama paralela ambientada en Bizancio, que sirve de contrapeso simbólico para mostrar la resistencia al Islam a ambos extremos del Mediterráneo.

Balbás narra con pulso y emoción la historia de cómo se llega a la mítica batalla y realiza una vibrante reconstrucción de cómo pudo haber sido. Arranca la trama principal con un interesantísimo retrato de la Córdoba, recién islamizada y llena de hijos de aristócratas godos rehenes, para desmenuzar la fragua de un levantamiento contra un ejército superior. Una historia de hombres y de intereses, que navega entre la leyenda y la historia de manera muy evocadora.

El autor cántabro sabe convertir el conocimiento histórico en ficción y la catapulta con acierto. Sus personajes resultan verosímiles para la época, nos los creemos y entendemos sus decisiones y emociones, aunque a veces sus comportamientos, de su tiempo, nos alejen de ellos como lectores del siglo XXI. Pero brilla notablemente el autor a la hora de coger las armas y su reconstrucción de la batalla, casi una serie de celadas y emboscadas, se nos antoja plausible, a la par que emocionante.

Quizá la trama bizantina no funcione tan bien como la principal, aunque se entienda su sentido simbólico. En cualquier caso, hay que reconocer que se lee con gusto y que tiene momentos muy potentes.

Ni Balbás ni Soto Chica buscan reinventar ni renovar la ficción histórica en modo alguno, pero no hace falta. Lo que hacen, por lo que apuestan, lo hacen bien. Las aventuras y la épica que han cautivado a millones de lectores durante décadas y siglos siguen funcionando a las mil maravillas como novelas como estas dos.

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