Mil doscientos años de historia para comprender (o no) Rusia

Soldados rusos vestidos con uniformes históricos participan en el desfile militar sobre la Plaza Roja de Moscú, en Rusia

Experto en la historia y asuntos de seguridad de la Rusia moderna, el inglés Mark Galleotti ha desembarcado a lo grande en España en plena guerra en Ucrania. Lo ha hecho con dos breves obras, Tenemos que hablar sobre Putin (traducción de Mireia Bofill Abelló, Capitán Swing 2022, y sobre el que mi compañero Emilio Ordiz le entrevistó hace unas semanas) y con Una historia breve de Rusia (traducción de Francisco Herrero, Capitán Swing, 2022), del que os voy a hablar hoy en esta entrada. Llevo unos meses muy rusos en XXSiglos, lo sé, entre cómics y ensayos para entender la guerra.

Galleotti se inscribe en la mejor tradición de divulgadores históricos británicos: al grano -es un libro breve-, estilo cercano, ideas fuerza claras que se repiten en distintas situaciones y conexiones clara con el presente que vive el lector. Eso lo mantiene y cumple en Una historia breve de Rusia que logra en apenas 150 páginas hacer un repaso de la Historia de Rusia desde los tiempos de los rus hasta los de Putin, pasando por los grandes zares y la revolución soviética.

Este especialista articula el relato en torno a la idea de que Rusia lleva viviendo en torno a un conflicto interno que le hace debatirse entre su alma europea y su alma asiática. El dejarse arrastrar por una u otra ha hecho avanzar y retroceder al país, inclinarse o despeñarse por momentos en la larga y compleja historia del, hoy por hoy, país más grande del planeta.

Galeotti repasa la llegada de los rus, la creación de los primeros estados, la unificación y expansión, la brillante época de los Romanov, su esplendor y su errática decadencia, repasa sus guerras con Occidente, Oriente y el Sur y finalmente la época soviética y esta nueva Rusia que trata de erigirse sobre determinadas miradas de sus distintos pasados imperiales. Por ahí desfilan Vladimir, Iván El Terrible, Pedro y Catalina la Grande, Lennin y Putin, entre otros muchos. El autor inglés construye un relato único, quizá a veces más efectivo que complejo, que sirve para trazar un relato comprensible del país que, en todo momento, habla y se relaciona directamente con el presente. Que se habla de los rus, pues repasa el debate normanista y la batalla que toca la actual guerra sobre si aquellos rus eran escandinavos o eslavos; que relata la guerra de Crimea, pues recuerda indefectiblemente que es uno escenario principal del actual conflicto… A algunos les puede fastidiar este ‘presentismo’, pero creo que a la mayoría de los lectores les resultará útil y lo agradecerán. Además, redondea cada capítulo con unas pocas y seleccionadas recomendaciones bibliográficos para ampliar conocimientos.

Otro punto muy a favor del libro es que Galeotti presta mucha atención a como la Rusia actual, la postsoviética de Putin, manipula y se sirve de sus pasados para conformar un relato nacional útil para el presente. Como algunos personajes son encumbrados y otros olvidados. No hay idealización en el retrato de Galeotti, es una historia oscura de un país fascinante.

El libro se bebe e informa. Resulta efectivo para hacerse con una panorámica histórica breve en estos tiempos de sobreinformación descontextualizada. Su brevedad y concisión, su habilidad sintética, lo convierte en una lectura recomendable para quienes aprovechen la actualidad para tratar de conocer y comprender la historia de un país que se antoja que va a seguir protagonizando los periódicos e informativos en los próximos años. Un buen ejemplo de divulgación histórica al pie de los telediarios.

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