Un ensayo en forma de cómic para adentrarse en la Rusia de Putin

Por Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram, y escuchar en el podcast de cómic La buhardilla de Venger.

Hará cuestión de un mes recibí un paquete con algunas novedades de la editorial Astiberri. Como en otras ocasiones el paquete contenía títulos que había pedido, pero también algún que otro ejemplar de obras que no había solicitado. Son como una especie de cebo para ver si picas y al final, te animas a leerlo, aunque no estuviera dentro de tus planes. Confieso que esta técnica pocas veces funciona conmigo.

He de decir que después de más de 120 días de la terrible Guerra que estamos viviendo en Ucrania, y con la gran cantidad de información sobre el conflicto y sus protagonistas que estamos recibiendo, lo último que me podía apetecer leer en estas circunstancias es un cómic titulado La Rusia de Putin.

Tras estar el cómic rondando en mi mesa de trabajo durante días, con una intensa portada de color rojo, y aprovechando varias conversaciones telefónicas para ojearlo y ver que hacía finalmente con él; me han animado a escribir sobre el mismo.

Antes de comentar un poco más sobre la obra, creo que he de decir que Darryl Cunningham y su editorial británica son bastante oportunistas y han publicado el libro quizás en el momento que más interés podía tener para el público. Coincidiendo con el estallido de la Guerra y la necesidad de intentar profundizar y entender que ha llevado a la Rusia de Putin, y sobre todo, al propio presidente ruso ha cometer la salvajada que estamos viendo día tras día en cualquiera de nuestras pantallas.

Darryl Cunningham

Su autor Darryl Cunningham se graduó en la Universidad de Bellas Artes de Leeds. Se inició en el mundo del cómic con obras de suspense y webcómics.

A fines de la década de 1990 se alejó de los cómics, pero no tardó en regresar con una serie de libros de periodismo gráfico en los que usa el medio de los cómics para profundizar en temas difíciles o de actualidad.

En España actualmente se pueden conseguir sus obras Pseudociencia (Léeme Libros, 2014) y Multimillonarios (Panini, 2020).

El concepto de periodismo gráfico no lo había escuchado hasta el día de hoy: según aparece definido en muchos sitios, es un género del periodismo que tiene que ver directamente con la fotografía, el diseño gráfico y el vídeo. Los periodistas que se dedican a este género son conocidos por lo general como reporteros gráficos o fotoperiodistas y en su mayoría son fotógrafos versados en el arte.

La definición no me acaba de dejar claro el concepto y me suena como algo muy abierto. De hecho, entiendo que el cómic La Rusia de Putin es periodismo gráfico. Sin embargo, sí creo tener algo claro, desde mi humilde opinión, la obra no es un cómic o una mal llamada novela gráfica, aunque nos la intenten vender como tal.

No entiendo el motivo de que a esta obra se le llame cómic en multitud de sitios y artículos. Debe ser, que por el hecho de que llevar «dibujitos», mentalmente la clasifica dentro del cajón del género. Para mí, más bien sería un ensayo con ilustraciones por la manera de contarnos las cosas, la gran cantidad de datos, como está conformado el relato y los aspectos que toca y como los toca. No tienen intencionalidad de ser un cómic y el que lo considere un cómic que venga y me lo explique por favor.

Insisto, como me pasa multitud de veces en el podcast y en otros foros, el hecho de estar ilustrado o tener dibujos no significa que algo sea un cómic. Se están realizando multitud de publicaciones de este estilo y al sentarnos a analizarlas nos llevamos una sorpresa. Me pasó hace poco también con la supuesta “novela gráfica” de Morder la manzana, de Leticia Dolera.

Esto también me recuerda a lo que pasa en la novela histórica, todo aquello que habla de historia y lo hace de una forma diferente a un ensayo, es novela histórica. Cuando existen otros términos más correctos como pueden ser biografías noveladas, historia novelada… quizás no se quieren utilizar estos términos ya que estas clasificaciones pueden ser menos comerciales.

Por lo que, atención queridos lectores, no estamos ante un cómic si no ante lo que yo opino que es un ensayo ilustrado sobre Putin y su ascenso al poder.

La Rusia de Putin

Que no sea un cómic no quita que la obra sea interesante y nos sirva como un recorrido por las varias décadas de vida de este deleznable personaje. De hecho, según avanzaba en sus páginas, iba recordando las noticias e imágenes que había visto a lo largo de los años en el televisor de mi casa. Evidentemente todo es historia moderna y ha sido procesado por la retina de nuestros ojos.

Episodios como el desastre del Kursk en el que aquel desafortunado submarino se echó a la mar con una tripulación inexperta y poco entrenada procedente de diversos buques. Además, el pecio estaba equipado con torpedos de entrenamiento caducados o que no habían pasado las medidas de seguridad adecuadas. De hecho, fue uno de estos torpedos el que se incendió y explotó acabando con la vida de los 118 tripulantes que componían la tripulación y a la que estuvimos asistiendo en sus intentos de ser rescatados durante varios días. Este episodio se considera, por ejemplo, la primera crisis de la administración Putin.

¿Recordáis también el ataque terrorista al Teatro Dubrovka de Moscú en el que murieron 130 personas o el de la escuela de Beslán que se saldó con 330 muertos? Grandes operativos desastrosos de los que el camarada Putin intentó salir indemne.

Cunningham investiga a fondo la trayectoria del dirigente ruso y su imparable ascenso, de matón de patio de colegio en el Leningrado de la era soviética, pasando por oficial del KGB hasta presidente de Rusia.

Analiza las guerras de Siria, Georgia o Ucrania; los envenenamientos de Salisbury, los asesinatos del político Borís Nemtsov y la periodista Anna Politkóvskaya, entre otros; o cómo el Gobierno ruso interfirió en las elecciones estadounidenses para favorecer la campaña de Donald Trump.

Desgrana además la trama de espionaje más tremenda de la historia, en la que caben guerras, asesinatos políticos, terrorismo, ciberataques y corrupción a una escala difícilmente imaginable.

De esta manera nos quiere intentar dar a conocer el megalómano y loco de Putin de una manera, entiendo sencilla y diferente. Aunque es cierto que la mayoría de esta historia ya las conocíamos y las hemos podido escuchar en muchísimos reportajes, especiales y noticias de estos últimos meses.

Desde mi punto de vista es una obra correcta, aunque no considero que sea un documento imprescindible para conocer mejor la Rusia de Putin. Sí, en cambio, podría servir como libro para repasar de una manera rápida y sencilla todo lo que tiene que ver con el personaje y su cronología. Sin grandes artificios y siendo muy directo nos pone rápidamente al día, refrescándonos lo que en muchos casos conocemos, que nunca está de más.

Seguiremos atentos a que ocurre en el futuro y esperamos que la Guerra de Ucrania y Putin acaben pronto para cerrar este capítulo tan negro de la historia mundial, y principalmente, de Rusia.

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