Sophie Benedict: «Grace Kelly adquirió la frialdad a modo de caparazón para sobreponerse a un mundo machista»

La actriz Grace Kelly en Atrapa a un ladrón (1955)

Grace Kelly fue un mito del cine de Hollywood que acabó convirtiéndose en la princesa que soñaban muchos de sus admiradores que era al casarse con el príncipe Rainiero de Mónaco. El cine y la realeza construyeron su vida. Actriz recordada e idolatrada por su rubicunda belleza, tuvo papeles en películas míticas como Mogambo, Sólo ante el peligro o sus tres colaboraciones con Alfred Hitchcock en Atrapa un ladrón, La ventana indiscreta y Crimen Perfecto. Fue, pese a su breve carrera cinematográfica, un mito que amplió su leyenda gracias a su vida privada.

Según pasan las décadas desde su vida y muerte en 1982 parece convertirse en un personaje que pide novelarse. Que ofrece el suficiente interés y las suficientes lagunas para poder crear ficción a su alrededor. Si las grandes intérpretes del teatro del Siglo de Oro dan para novelas, ¿por qué no van a darlo las grandes estrellas del Hollywood clásico?

Eso debió pensar la escritora alemana Sophie Benedict (seudónimo de Steffi von Wolf, escritora nacida en Frankfurt en 1966) cuando afrontó la creación de La decisión de Grace Kelly (traducción de Albert Vitó i Godina, Espasa, 2021). Biografía novelada que abarca desde el año 1941, cuando es una desconocida joven de Filadelfia, hasta su boda con Rainiero III de Mónaco en 1956. Cuando Kelly abandonó su exitosa carrera cinematográfica, con Óscar incluido, todavía tenía recorrido.

Entrevisto a Benedict sobre esta novela biográfica que cabalga entre el amor al cine, el glamour y la mitomanía. «Era un placer tener a Grace tan cerca de mí, aunque fuera a través del teclado», asegura la escritora.

La escritora Sophie Benedict (CEDIDA POR ESPASA)

¿Resulta difícil convertir en personaje de ficción a alguien cuya imagen está tan presente en el imaginario colectivo como Grace Kelly?

Por supuesto que fue difícil: se necesita un poco de imaginación y un verdadero interés por el personaje, cosas que yo tuve la suerte de tener. Fue divertido dar vida a Grace en mi cabeza y darle forma según mis deseos. En general, sin embargo, hay que tener cuidado de no dejarse llevar por la imaginación y los deseos para que Grace continúe siendo Grace. Reconozco que esto me resultaba problemático de vez en cuando, porque era un placer tener a Grace tan cerca de mí, aunque fuera a través del teclado.

Grace Kelly en una fotografía de estudio de 1955

¿De dónde le viene su interés por este personaje?

Mi querida abuela es la responsable de eso. Siempre tenía esas maravillosas revistas sobre celebridades y realeza por ahí, y yo las leía con entusiasmo. Por supuesto, también se hablaba mucho de la familia real monegasca y a menudo me imaginaba que las hijas de Grace eran mis hermanas y que yo también podría vivir en ese hermoso palacio. Además, la princesa siempre me pareció alguien fascinante. Ya de niña veía las películas de Grace Kelly, y creo que casi puedo contarlas de memoria…

¿Cómo se documentó para esta novela?

Escribí al Príncipe Alberto, pero lamentablemente no recibí respuesta. Me hubiera gustado ir a Mónaco para hablar con él y con sus hermanas Caroline y Stéphanie en el palacio, para preguntarles por su madre, pero desgraciadamente no pudo ser. Así que acudí a los archivos de las revistas y a Internet, vi documentales y entrevistas, y perdí la noción del tiempo. Mi libro trata de los años anteriores a la boda con el Príncipe Rainiero, y fue muy interesante bucear en las profundidades.

En su novela da mucha importancia al carácter de la actriz, ¿por qué era tan diferencial?

Creo que Grace tuvo que acostumbrarse a la nueva libertad que tenía después de dejar la casa de sus padres; antes era «simplemente» una hija y además tenía un padre muy autoritario que no toleraba que le llevaran la contraria. Después de todo, después de que ella se fuese a Nueva York, este dijo que «Gracie volverá en unas semanas». Creo que primero tuvo que encontrar su camino en la nueva libertad, que seguro disfrutó mucho, y probablemente sólo entonces se dio cuenta de su verdadero temperamento, y le sirvió de mucho a partir de ese momento.

Grace Kelly y James Steward en ‘La ventana indiscreta’

¿Su aparente frialdad fue necesaria para triunfar en un mundo machista como el Hollywood de la época?

Sí, estoy firmemente convencida de ello. Las mujeres eran consideradas muy a menudo como una presa fácil y eran sometidas frecuentemente a salidas de tono, a veces incluso más que eso. Grace adquirió esa frialdad a modo de caparazón, la cual le ayudó a sobreponerse a ese mundo machista.

Después de haber trabajado a Grace Kelly y su biografía, ¿le quedan algunos misterios sobre aquella mujer que no logra responder?

Todavía no estoy segura al cien por cien de si el matrimonio con Rainiero se produjo realmente por amor o si ambos llegaron a un acuerdo. Aparentemente, la relación siempre parecía muy cálida y cariñosa. Pero seguramente no podré averiguarlo.

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