José Calvo Poyato: «A un personaje como Elcano, tan maltratado y desdeñado, tenemos que reivindicarlo»

José Calvo Poyato (Cedida)

Narró la gran aventura de la primera circunnavegación al planeta y la reivindicó, en justicia, para Juan Sebastián Elcano en 2019. Pero todavía tenía una cuenta pendiente. Y tras aquella La ruta infinita, el novelista e historiador José Calvo Poyato (Cabra, 1951), uno de los grandes de la novela histórica patria, sintió que todavía quedaba una deuda por saldar. «Siempre me ha llamado la atención el hecho de que Elcano desapareciera de los manuales de historia después de su hazaña», me explica el escritor.

En este 2021, aún en la celebración de aquella gesta marina, Calvo Poyato publica La travesía final y nos cuenta el después. El qué pasó con aquel marino vasco que cambió la forma del mundo tras su hazaña. Y lo que viene no es menos épico, Elcano no se quedó a disfrutar de éxito y gloria. Siguió navegando hasta la muerte. 

En las páginas de esta novela, Calvo Poyato nos traslada a las grandes luchas geoestratégicas de la época, a la alta política, a la lucha por ganar un nuevo mundo, pero también a otra gran aventura marítima, aunque menos conocida, la expedición de Jofré García de Loaysa.

Parece mentira, pero viendo la extensión y profundidad de La travesía final, comparada con La ruta infinita, sale solo decir eso de que la primera vuelta al mundo “solo” fue el principio…

La primera vuelta al mundo fue… mucha primera vuelta al mundo. Pero siempre me ha llamado la atención el hecho de que Elcano desaparecía de los manuales de historia después de su hazaña. Quizás porque no pocos se la adjudicaban equivocadamente a Magallanes. Pero, desde luego su desaparición era llamativa y la vida de Elcano seguía siendo muy atractiva en los años siguientes en que sucedieron importantes acontecimientos de nuestra historia.

Esta novela, ¿qué es respecto a la anterior? ¿una continuación o secuela directa? ¿Una novela diferente con un mismo protagonista?

Tiene continuidad cronológica con La ruta infinita. Lo que se cuenta en ella transcurre entre 1522 y 1526, con un epílogo final. Muchos de los hechos que se cuentan son consecuencia de la novela anterior, como por ejemplo el incremento de las tensiones entre España y Portugal por el dominio de la Especiería. En La travesía final el personaje en torno al que giran los acontecimientos es Juan Sebastián Elcano. Pero el lector se va a encontrar con realidades diferentes. Por ejemplo, la existencia de una Casa de la Contratación en La Coruña que Carlos I creará para que entendiera de todo lo relativo a las especias, que quedaría desligado de la Casa de la Contratación de Sevilla.

¿Por qué era importante rescatar lo que pasó con Elcano tras la primera circunnavegación al planeta?

Porque un personaje de la entidad de Elcano, maltratado por Pigafetta, que lo ignora en su Diario, que ha sido tradicionalmente la principal fuente de información de lo ocurrido en el viaje que culminó con la primera vuelta al mundo o que las palabras que le dedica Stefan Zweig en su biografía sobre Magallanes son desdeñosas, tenemos que reivindicarlo. Fue él quien dio la primera vuelta al mundo, desobedeciendo las órdenes de Carlos I. Magallanes murió incluso antes de llegar a las islas de las Especias.

¿No tiene esta novela, además del tono de gran aventura marítima y épica, un deje amargo, de ser una historia de sueños incumplidos, de proyectos fracasados?

La travesía final es una novela histórica y, aunque por ser novela, el autor se puede permitir ciertas libertades, ha de tenerse presente que los hechos no se alteran nunca. La expedición conocida con el nombre de García de Loaysa no logró sus objetivos, pero como muy bien señalas, fue algo épico y, por otro lado, Juan Sebastián Elcano, vio cumplido su sueño de ser el capitán general de una armada real. Aunque de una forma un tanto sorprendente.

Además de las aventuras y desventuras de Elcano, esta novela presta mucha atención a todo el contexto geopolítico de la época, ¿por qué era importante que estuviera en la novela?

Porque una novela histórica, al menos en mi opinión, más allá de centrarse en el asunto central, debe insertarse en el marco histórico en que tienen lugar los acontecimientos. Recoger, como dice José Luis Corral, el espíritu de la época. Me parece que el lector de novela histórica lo agradece. Por otro lado, en esos años tuvieron lugar acontecimientos extraordinarios. Se libró la batalla de Pavía, Francisco I estuvo preso en Madrid, Carlos I contrajo matrimonio con Isabel de Avis, una mujer extraordinaria. No podía dejar atrás esas cosas.

Hay varios hechos históricos importantes, pero llama la atención esa conferencia en Badajoz-Elvas donde Portugal y España tratan de repartirse las islas de las especias…

Como he señalado, las tensiones con Portugal fueron muy fuertes. Era mucho lo que había en juego. El valor de las especias era extraordinario. Los portugueses controlaban su comercio desde hacía años y Carlos I buscaba hacerse con la posesión de las islas donde se producían. Pero no deseaba una ruptura de hostilidades. Se estaban negociando los matrimonios de Juan III con Catalina de Habsburgo, la hermana pequeña del emperador y el de Carlos I con Isabel. Se intentó llegar a un acuerdo en esas reuniones que se celebraron junto a la frontera, en Badajoz y Elvas. En dichas juntas se dieron cita los más importantes geógrafos, cartógrafos, navegantes pilotos… de la época. Entre ellos Elcano.

Si la aventura de Elcano durante la primera expedición fue dura, su viaje con Loaysa fue infernal…

Nos resulta difícil imaginarnos qué era un viaje por mar en aquella época. Las recreaciones de los barcos, las carabelas, las naos, los pataches… permiten hacernos una idea de sus reducidas dimensiones y en ellos habían de vivir docenas de hombres. La dotación de una carabela, por ejemplo, eran sesenta o setenta hombres. No tenían más de veinte o veinticinco metros de eslora y la manga eran diez o doce metros. Estaban hacinados. La comida racionada, escaseaba con frecuencia. Añádase a ello las enfermedades y hacer frente a tormentas, calmas y muchos otros peligros y… navegar en muchos casos por aguas desconocidas de las que no se tenían referencias o eran muy escasas. Con aquellos medios y en aquellas circunstancias los viajes eran épicos.

¿Por qué conocemos tan poco sobre ese viaje?

Tenemos la información que nos dejó Andrés de Urdaneta, que escribió un diario. Es como en el caso de la primera vuelta al mundo. Luego el testimonio de los supervivientes. También información acerca de cómo se organizó la expedición que partió de La Coruña. También hay algunas fuentes portuguesas. Algo de lo ocurrido está recogido en algunos cronistas de Indias. Le aseguro que se puede seguir el itinerario de la expedición y los acontecimientos acaecidos.

Y coincidieron en ella Elcano con Urdaneta, que mencionaba antes, el del tornaviaje…

Así es, Urdaneta, que luego se convertiría en uno de los grandes referentes de la navegación por el Pacífico y aportaría las claves para el tornaviaje que permitiría las travesías del llamado Galeón de Manila. Embarcó muy joven en esa expedición. Sólo tenía diecisiete años y nos dejó un relato sobre lo acaecido en la expedición desde la partida en julio de 1525 hasta 1535. Fue testigo del testamento otorgado por Elcano.

Varios novelistas me han comentado que las novelas marineras, son muy difíciles de escribir, por el conocimiento técnico que requieren y por lo difícil que es recrear épocas pasadas y lo fácil que es equivocarse, ¿es así?

Es cierto, el mundo del mar tiene su propio lenguaje y se utilizan términos específicos para referirse a los asuntos relativos a la navegación: babor, estribor, eslora manga, garrear, mesana, trinquete, mayor, proa, popa, sotavento, barlovento, pairo, cabotaje… Yo he tenido la suerte de contar con el asesoramiento del capitán de navío José García Velo. Me enseñó como se hacía frente a una tormenta o que la lluvia, que yo pensaba que era una pesadilla, era una bendición ¡Podían lavarse! Si en La travesía final o en La ruta infinita se encuentra algún error es culpa del alumno que no fue aplicado.

Lleva desde 1995 publicando novela histórica, ¿cómo ha cambiado el género en España desde entonces?

La novela histórica tiene unos cánones que se mantienen y a los que me he referido más arriba. Cambian la temática. En estos años ha habido preferencias por el mundo antiguo, la Edad Media, el imperio español… Hubo unos años en que los templarios ejercieron un dominio abrumador. El éxito de la novela histórica entre los lectores llevó a escribir novelas que tenían poco de históricas y mucho de ficción; simplemente se ambientaban en el pasado, como si eso diera marchamo de novela histórica. Creo que algo importante ocurrido en estos años ha sido que frente a los autores extranjeros se ha consagrado un grupo de autores españoles de tal relevancia que la novela histórica escrita por españoles ha sido muy traducida.

Y ¿cómo ha cambiado José Calvo Poyato como novelista?

Creo que con el bagaje de las novelas que he escrito a lo largo de estos años he aprendido mucho. He sostenido que, por mi condición de historiador, cuando comencé a escribir novela, había una especie de pulso entre el historiador y el novelista que todavía se mantiene. Quizá, en un principio, ese pulso lo ganaba el historiador. Hoy, sin duda, lo gana el novelista. Creo que es importante que el interés del lector no decaiga, que el ritmo de la narración se mantenga y eso te lleva a prescindir de detalles que no aportan gran cosa. Sin embargo, mi opinión es que el lector de novela histórica gusta de los detalles que ayudan a conformar la atmósfera en que transcurren los hechos. Sin embargo, hay algo que permanece: las gentes de otro tiempo comen, beben, miden, pesan —las gentes del siglo XVI no conocían el sistema métrico decimal—, se visten o se divierten de una determinada forma y en eso he procurado siempre ser muy cuidadoso. También he tenido presente que su escala de valores se sustentaba en criterios diferentes a los nuestros.

Le he leído que escribió parte de esta novela durante el confinamiento del año pasado… ¿La novela histórica, con su componente de viaje en el tiempo, es un género ideal para estos tiempos pandémicos? ¿Necesitamos grandes aventuras para estos días?

Nos está tocando vivir un tiempo complicado. No entraba en nuestros planteamientos que en la vieja Europa ocurrieran estas cosas. Esto de las epidemias era cosa del pasado o a lo sumo ocurría en otras partes del planeta. Nos ha sorprendido y nos ha descolocado. No estamos habituados a vivir confinados o con importantes restricciones a lo que consideramos como la normalidad, lo habitual. Hay ciertos indicadores de que el permanecer más tiempo en casa ha hecho incrementar la lectura. Quizá haya personas que han descubierto, en estas circunstancias el mundo que hay en las páginas de un libro. Vivir las aventuras que significaron algunos acontecimientos históricos de nuestro pasado es, me parece, una magnífica opción para sobrellevar este tiempo tan extraño para las formas de vida a las que estamos habituados. Quizá en el futuro alguien escriba una novela histórica sobre este momento.

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