José Luis Corral: «La clase dirigente española, desde el siglo XVI, ha sido pacata, egoísta y muy pagada de sí misma»

El historiador e historiador José Luis Corral en Tordesillas (©CARLOS RUIZ B.K. / CEDIDA POR EDITORIAL PLANETA)

El historiador y escritor José Luis Corral en Tordesillas (©CARLOS RUIZ B.K. / CEDIDA POR EDITORIAL PLANETA)

Campañas de propaganda contra rivales políticos, juego sucio, sexo, banqueros que compran voluntades, Cortes manipuladas, engaño y corrupción… No es una novela sobre el presente (o sí, según se mire) lo que nos trae el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza y uno de los popes de la novela histórica nacional, José Luis Corral, si no un relato del House of Cards renacentista en el que se convirtió el reino de Castilla tras la muerte de Isabel la Católica. Su título: Los Austrias. El vuelo del Águila (Planeta, 2016).

«La historia es un arma ideológica formidable que se utiliza para asentar sistemas de poder», me explica Corral en un hotel madrileño donde lleva gran parte de la mañana soportando turnos de entrevistas. «Mi obsesión es la manipulación que el poder ha hecho y sigue haciendo de la Historia de España», asegura. «Puedo explicar eso en un ensayo, pero no es tan directo como una novela, que es una forma de llegar a mucha más gente».

Guerrero como el Gran Capitán, secundario en esta novela, Corral asegura que quiere contar el siglo XVI porque ha sido «muy manipulado». Y la ficción, aunque histórica, le permite contar situaciones que desde el punto de vista del historiador tiene difícil demostrar. «Como la muerte de Felipe el Hermoso», ejemplifica, «resulta muy raro que en un juego de pelota, beba un vaso de agua y se muera. Me da la impresión de que fue envenenado. ¿Cómo cuentas eso sin haber estado allí y sin tener documentos? En la novela puedes, sin falsificar la Historia.»


La idea de Los Austrias es desmontar muchos tópicos sobre la unidad de España: con los Reyes Católicos no hubo una España unida, sino una unión dinástica


«La idea de la novela es desmontar muchos tópicos sobre la unidad de España», afirma el historiador de este thriller político trepidante, lleno de sombras, de unas 800 páginas.  «Me asombra como desde el centralismo españolista se critica el nacionalismo catalanista o vasquista, y viceversa. Todos manipulan la historia. Cataluña es una nación porque siempre ha sido una nación; falso. España es una nación porque siempre lo ha sido; falso. España nació con los Reyes Católicos; mentira. Como cuento en la novela, cuando se muere Isabel la Católica, no hay una España unida, había una unión dinástica», explica. «Pensaba que este era un momento muy oportuno para contar todas esas cosas».

¿No va a dejar contento a nadie? «No sé por qué la gente se va a molestar por la Historia, el problema es que los políticos la usan para manipular», asegura. Pero lo cierto, es que lejos de claudicar, sigue Corral batallador. «La historia de España está llena de luces y de sombras, pero más sombras que luces. Cierta derechona exagera y deforma nuestro pasado glorioso. Parte de la izquierda y los nacionalismos estrechan los éxitos y aumentan los defectos», analiza. «Esos éxitos no dependen de la gente, sino de los dirigentes y la clase dirigente española, por lo menos desde el siglo XVI, ha sido pacata, egoísta hasta límites increíbles y muy pagada de sí misma. Y lo sigue siendo. Este mundo no es tan distinto del de los Austrias«.


Cierta derechona exagera y deforma nuestro pasado glorioso. Parte de la izquierda y los nacionalismos estrechan los éxitos y aumentan los defectos


El vaivén entre pasado y presente es continuo en la conversación. Le pregunto si no siente que la sociedad española actual tiene déficit de conocimiento histórico. «Falta mucho conocimiento histórico. Mis alumnos de la universidad llegan con una historia de tópicos. La Historia se enseña como si fuera el catecismo. No enseñes fechas o nombres, enseña a buscar el por qué de las cosas. Así se cuenta bien la Historia. Eso crea ciudadanos maduros, críticos y reivindicativos. Por eso el poder nunca quiere ese tipo de enseñanza, no le interesa», explica.

Desencantado con el «gregarismo» de la sociedad española, Corral reivindica la parte de «ficción e imaginación» que requiere la historia y cita al belga Marc Bloch, asesinado por los nazis, cuando decía que esta última es la herramienta fundamental del historiador.

En las páginas de Los Austrias, una ficticia familia de médicos judíos conversos y el pulso entre Fernando de Aragón y los Austrias son las herramientas que van destrozando mitos y figuras históricas. Reyes, reinas y nobles se adentran en el lado oscuro. Aquel mundo no es tan diferente de este, repite. «Este es un país sin ideología, sin líderes importantes… porque el líder importante es aquel que va delante pero pegado a la gente. Es el primero que entra y el último que sale. Y de eso no hay», asegura. ¿Encuentra algún líder íntegro en la Historia de España? «Manuel Azaña sería uno de los más respetables. No hay personajes beatíficos en el poder, para mantenerse ahí, hay que tener un colmillo muy afilado«.


No hay personajes beatíficos en el poder, para mantenerse ahí, hay que tener un colmillo muy afilado


«La ficción es un modo muy interesante de contar la realidad», explica este historiador y novelista, «pero la novela histórica tiene dos problemas: los historiadores dicen que no es Historia y los críticos exquisitos dicen que no es literatura. ¿Así que Guerra y Paz o La fiesta del Chivo no es literatura?»

Y a pesar del desencanto, pasado y presente, y de los dardos de ballesta que lanza Corral, desliza un punto de esperanza. «Llevamos 500 años intentado hundir este país entre todos y hemos sobrevivido. Este país es demasiado rico porque a pesar de todo, de la corrupción, de Panamá, sigue siendo mereciendo la pena. Y los españoles deberíamos reflexionar sobre eso. Como teniendo un país así, consentimos que pasen cosas como las que han pasado desde el siglo XVI hasta ahora«.

Corral, por cierto, pretende que Los Austrias sea una serie de novelas que narre todo el siglo XVI y que le llevaría unos cuatro o cinco años, pero, prudente, afirma que se quedará «en lo que los lectores quieran».

 

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5 comentarios

  1. Dice ser casi siempre arrastran casdenas y las mantienen

    O sea, incompetentes para con los tiempos que viven. Así anda el mundo…
    Entre tanta educación supuestamente elevada y escogida, luego la hipócrita presunción de seres superiores aada a la de aparentar de cara a la galería, provoca un entramado de tabúes y de histerias colectivas que repercuten negativamente en el desarrollo de las neuronas bípedas. Conceptos tomados como verdad inmutable, códigos éticos inamovibles… que se mueven má sque un terremoto de 14 dentro de ellos mismos…

    En fin, ya llegarán tiempos mejores de gestión de las realidades. De aquí al fin del mundo.. aún hay esperanza de que espabilen.

    07 junio 2016 | 11:44

  2. Dice ser DioSDiNeRo

    Si un psicólogo analizase lo que solo hay personas que se guían a través de las ideas y que los conceptos -como los estados- pasaban por la mente de unos cuantos.

    Pues eso: no hay uniones ni separaciones sino que siempre son personas que se guían -o no- a través de las ideas.

    Lo lógico es que un profesional domine la disciplina que ha estudiado y que los demás simplemente tengan un conocimiento superficial de todo incluído los conceptos estado y nación.

    No te fíes de las ideas que las puedes modificar a tu antojo o abandonar definitivamente.

    07 junio 2016 | 12:59

  3. Dice ser Todo volverá a ser restablecido y la basura será arrojada al esterccolero

    Los Reyes Católicos expulsaron a toda la basura e inmundicia cosa que no ocurrirá con la visita en julio de un personaje el cual no se sabe bien que es, negro, musulmán, mestizo…y gran responsable de los acontecimientos funestos que estamos viviendo en gran parte del orbe.

    Amén.

    07 junio 2016 | 15:43

  4. Dice ser ALF

    Este señor tan ilustrado del que el concpeto de rey y nación iban parejos entre si, de tal manera que se podría afirmar que en los casos de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla los Reyes Catolicos eran sus propios Reinos en si. Es decir, el Rey era Aragón y Aragon era el Rey, o Isabel era Castilla y Castilla era Isabel, .Por lo tanto, el hecho de que a la unión de los reinos por medio de la unión dinástica que se produjo en el silgo XVI no fuera con el nombre de España recuperando el nombre latín de Hispania.

    07 junio 2016 | 19:08

  5. Dice ser Pues la clase dirigente americana, lo peor de lopeor, vaya, ESCORÏA

    Los reyes Católicos expulsaron toda la basura e inmundicia.

    No obstante, no parece que vaya ser igual con la visita en julio en Madrid del gran perraco negro desolador.

    Ay, ay, ay de todos vosotros que estáis prostituidos con toda clase de inmundicias.

    Seréis devorados por vuestras propias iniquidades.

    Alabado Sea.

    Salut!

    08 junio 2016 | 02:41

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