Fotografía aérea de la Exposición Universal de 1889 (: Alphonse Liébert (1827–1913) / WIKIPEDIA)
Puede resultar un poco chocante decir que un jovencísimo escritor como Álvaro Arbina (Vitoria, 1990) se ha marcado un novelón, un folletón, del siglo XIX. Pero con La sinfonía del tiempo (Ediciones B, 2018), lo ha logrado. Es un novelón construido con los grandes elementos que hicieron reconocibles las grandes novelas de género decimonónicas. Y lo hace, y aquí viene el segundo mérito, traduciéndolo al gusto y convicciones del lector del siglo XXI.
El autor del notable debut, La mujer del reloj (2016), compone ahora una gran novela que transpira juego metaliterario, referencias cruzadas, misterio y emoción. Es juguetón Arbina y ya desde el principio llama la atención al lector de sus intenciones con él: «Presta atención», arranca la novela.
Y a continuación, lo arrastra por un atmosférico collage de la Belle Époque que salta en el tiempo y en el espacio por toda la segunda mitad del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX, desde palacios de nuevos ricos y minas del País Vasco, al Londres industrial; de la Sudáfrica de la Guerra de los Boérs, a la Viena de Freud o la Cuba colonial, entre otros, siguiendo a unos personajes que pretenden luchar contra el destino.
Decía que es un novelón del siglo XIX, una recopilación-homenaje de las grandes novelas de género del XIX y hay numerosas pruebas de ello: hay ecos de Dumas, referencias continuas a Verne y alguna a Conrad; hay virtuosismo y atmósfera de gran novela histórica; y misterios de aire y atmósfera sobrenatural, que recuerdan al gótico, a los primeros pasos del terror y el misterio de Poe; se nota hasta en la forma de describir y dialogar, en el ritmo de la narración. Pero también aseguraba que lo traduce al siglo XXI: así lo demuestran su estructura llena de saltos y elipsis traicioneras, su suspense de thriller contemporáneo o su visión histórica, tan crítica, tan llena de paralelismos con el tiempo actual, está lejos del romanticismo de los primeros pasos de la novela histórica; su atmósfera sobrenatural, del mismo modo, encuentra acomodo en el mundo de la razón…
Algunos dirán que no es novela histórica y no les faltará un punto de razón. Pero se equivocarán en lo más esencial. Arbina mima la ambientación y conciencia histórica y las aventuras de Elsa, Arnaud y compañía, además de un delicioso juego metaliterario, esconde poderosas reflexiones sobre el devenir de la historia.
Raro será que La sinfonía del tiempo no sea una de las grandes sorpresas (y éxitos) del 2018 literario.
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