Jamás lo he podido remediar: cuando un juego que acaba de salir al mercado ya tiene previstas una o más ampliaciones importantes, me da la sensación de que me están vendiendo un producto inacabado. ¿Por qué no me ofrecen esos contenidos desde el principio cuando ya están claramente diseñados y listos para ver la luz? La respuesta es sencilla, cuanto más contenido descargable, más dinero. Lógico, pero creo que muchas compañías aún no han encontrado el equilibrio entre ampliaciones justificadas y «negocio sacacuartos».
Veamos, los contenidos descargables tienen muchas ventajas: alargan la vida del juego, añaden contenidos inéditos y hacen que un título ya veterano recupere algo de juventud. El problema llega cuando esos añadidos no aportan absolutamente nada y, peor aún, dan la sensación de ser partes que pertenecían al juego original y que se quitaron para poder venderlas por separado.
Estoy cansado de leer a diario tropecientas informaciones sobre nuevos packs para videojuegos que llevan tiempo en el mercado e incluso para otros que ni siquiera han visto la luz: Call of Juarez: Bound in Blood recibirá tres packs de contenido descargable; Ice & Blood, primer contenido descargable de Sacred 2; contenido descargable de Socom: Confrontation; Red Faction Guerrilla tendrá contenido descargable a partir del mes de agosto; más contenido descargable de Mass Effect en camino; se estrena la expansion Point Lookout para Fallout 3… Hay días que resulta tedioso leer las webs especializadas.
Por fortuna, está empezando a popularizarse la oferta de contenido descargable gratuito y de calidad. Capcom y Electronic Arts son algunas de las compañías que empiezan a dar buen ejemplo. La primera ha empezado a alimentar con nuevo matrerial y sin coste alguno su exitoso Monster Hunter Freedom Unite para PSP mientras que la segunda ha anunciado dos contenidos gratuitos para su juego de boxeo Fight Night Round 4 y la ampliación, también gratis, de Mirror’s Edge para PS3.
Cuando se pone a la venta un contenido nuevo, lo suyo es que éste merezca el precio que pagamos por él. Un buen ejemplo sería Grand Theft Auto IV: The Lost and Damned, prácticamente un juego nuevo en sí mismo. Incluso las chorraditas (nuevos personajes, trajes alternativos, armas…), que en principio me parecen pijotadas por las que cada uno es libre de pagar por puro capricho, son en ocasiones indignantes. Buen cabreo me pillé cuando me enteré de que los trajes secundarios del Street Fighter IV no sólo eran descargas de pago sino que se vendían en pequeños packs independientes (también se vende el pack completo, sí, pero a un precio que me parece excesivo para un material así).
¿Qué pensías vosotros del actual sistema de descarga de contenidos?, ¿os parece justo o abusivo?, ¿es adecuado y conveniento u oportunista?