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Entradas etiquetadas como ‘semana santa’

El Congreso de los Diputados, cerrado por vacaciones

Por Javier Prieto Pérez

Congreso de los Diputados (Archivo).

Congreso de los Diputados (Archivo).

Después de los tres meses transcurridos desde la celebración de las pasadas elecciones, nuestros políticos han llegado a un acuerdo en el Congreso. Por fin, sus señorías han mostrado una gran voluntad negociadora, lo cual habría sido motivo de júbilo si fuera en aras del bien común de todos los españoles. El problema es que dicho consenso, alcanzado en unos instantes, no tiene como fin establecer una coalición que permita la gobernabilidad en España. Ese pacto hace mención a las tres semanas de vacaciones que van a disfrutar los parlamentarios en Semana Santa.

Como consecuencia de esta medida, que supone la ampliación de su periodo de descanso, se pospone la Junta de Portavoces del 22 de marzo, y el Pleno del día 29 de marzo se retrasa al 5 de abril. Al margen de las cuestiones de calendario, resulta indignante comprobar cómo esos mismos diputados que se muestran intransigentes a la más mínima concesión del adversario, se transforman en camaradas y aliados de hemiciclo cuando sus intereses particulares están en juego.

Dicha actitud irrita a los ciudadanos por dos cuestiones. Porque España está sumida en una parálisis por culpa de su intransigencia, preocupados sólo de sus fines partidistas. Y, sobre todo, porque la lacra del desempleo golpea a más de 4 millones de personas que padecen graves problemas económicos.

Ante esta situación, nuestros representantes se permiten el lujo de interrumpir su actividad durante un espacio de tiempo tan prolongado. Demuestran que viven en una burbuja, de espaldas a la realidad, y lo que es peor, con el dinero del contribuyente, de cuyos problemas reales no se ocupan. Las dificultades graves se afrontan trabajando con energía y responsabilidad, no incrementado los periodos vacacionales.

 

El ‘postureo’ en Semana Santa

Por Javier Amez Waflar

Nazareno en una procesión de Semana Santa en Sevilla (EFE).

Nazareno en una procesión de Semana Santa en Sevilla (EFE).

Ahora se acerca la Semana Santa y con ella las cofradías, los palios, los costaleros, la mantilla, y renace un amor sobre Dios repentino. He podido observar una gran hipocresía en gran cantidad de personas que cerca de estas fechas vuelven a ser cristianos tras una temporada contradictoria.

Una palabra que está de moda en nuestro país es el ‘postureo‘, con esto me quiero referir a las personas que son cristianas durante una sola semana al año. O eres cristiano o no, pero respeta la tradición de numerosas personas que no lo hacen por la gente que los ve, sino por el amor y sacrificio que se ofrece al Señor.

 

 

 

Hacer negocio en Semana Santa en Sevilla

Por Simeón Ibáñez Llera

Semana Santa cordobesa EFE

Semana Santa cordobesa EFE

Los verdaderos cristianos que quieran acompañar estos días en los sufrimientos de su Pasión a Jesús no encontrarán mejor lugar que Sevilla. Pero el turista debe saber que no encontrará ya, ni a precios estratosféricos, un cobijo, ni le dejarán dormir en un pesebre (hoy parking o camping). Cerrado todo a cal y canto, con severidad musulmana, no encontrará un restaurante, ni una tienda dónde comprar comida o bebida; hasta los vendedores ambulantes son ahí  perseguidos a muerte, con ferocidad clasista y frecuentemente racista, por las autoridades.

¿Podrá, al menos, ver las procesiones? Si el turista es rico, y consigue alquilar una silla que le costará como un trono, sí; al turista normal le resultará imposible ver a Jesús o María, ni en los resquicios de los cruces de las calles del recorrido, porque la increíble avaricia de los que hoy les venden  les lleva al increíble extremo –por supuesto, ilegal-  de tapar con grandes telones negros esas rendijas gratuitas. Eso sí, al turista corriente su visita a Sevilla le resultará, por esos y otros detalles, inolvidable.

La calderilla de Monedero

Por Juan Fernández Sánchez

Juan Carlos Monedero (GTRES)

Juan Carlos Monedero (GTRES)

Poca cosa, parece ser que recibió algo más de 400.000 euros por lo bajini, eso sí, con gran esfuerzo mediante diversos trabajillos.

Aunque él, como los demás caudillos podemistas (con Iglesias a la cabeza) critican el pluriempleo de los “capitalistas fascistas” con esto de cobrar por diversas partes sin pagar muchos IVAs demuestran que, efectivamente, sólo con ellos en España podría haber democracia.

Para que no decaiga la fiesta de las ocurrencias podemistas, acaban de decir no sé qué cosas de abolir o modificar la celebración de la Semana Santa en Andalucía.

Todo basado en su gran ingenio y en su gran preparación intelectual, pues ya lo dijo el director de un periódico nacional en una tertulia cuando ya surgían algunas críticas contra los podemistas: “Es que es gente muy preparada”(sic) (!?). Y es que está clarísimo: la Semana Santa en Andalucía es un estorbo y no reporta económicamente nada a los tropecientos parados.

¿La procesión perfecta?

Por Arturo Santos

Paso de Jesús del Gran Poder, en Madrid. (Xpao / WIKIMEDIA)

Imagen del Cristo del Gran Poder. (Xpao / WIKIMEDIA)

El pasado Jueves Santo estuve en la procesión del Cristo del Gran Poder por las calles de Madrid y tengo que decir que daba auténtico miedo la gran concentración de personas que confluyeron, que como en una tormenta perfecta podría haber desembocado en una catástrofe. Afortunadamente, para mí y los que estábamos allí, no pasó nada. Esta vez, el aforo lo determinaba el Ayuntamiento.

Se juntó un magnífico día de sol y calor, unas magníficas procesiones y un fin de semana de turismo y compras. Esa previsión que se le escapó al Ayuntamiento por falta de analistas dio como consecuencia una gigantesca multitud sin sitios para escapar o para socorrer a las personas, sin pasillos de asistencia.

Si bien es verdad que agente de la policía había a las afueras de las concentraciones y el camión de coordinación del Samur estaba en la Plaza Mayor, todo esto no habría valido de nada si hubiera sucedido algo. Se requieren mecanismos de prevención, no de reacción, pues luego son los juzgados y los noticiarios los que tienen que entrar a actuar.

Cada vez a más gente le gusta visitar Madrid, pero menos «relaxing cup» y más previsión, pues es la vida del que va la que está en juego.

Las aceras son de todos (incluso en Semana Santa)

Por Sol Duque

Acera de Sevilla en Semana Santa. (S. D.)

Acera de Sevilla en Semana Santa. (S. D.)

Nunca voy al centro de Sevilla en Semana Santa porque todo son obstáculos: gente que va muy perdida mirando al infinito, la cera en el suelo, los palcos desmontados esperando a que recoloquen sus sillas…

Esa zona, para los que vemos el mundo ‘sentados’, puede llegar a ser bastante estresante. Pero cuál fue mi sorpresa, que el otro día por la mañana me quise aventurar a dar un paseo por la zona de La Campana y de repente me vi que la circulación sí que estaba abierta a los coches y me quise montar en la acera para dejar paso sin molestar. En ese momento me di cuenta de que las subidas que tan bien conozco de todo el año las han tapado con asfalto para no perder el hueco para poner 2 o 3 sillas de madera.

Desde entonces, no dejo de darle vueltas a la cabeza. ¿Es más importante de verdad que ahí se puedan poner un par de sillas para ver unas procesiones que duran cinco horas que una persona discapacitada en silla de ruedas pueda pasear durante el resto del día por encima de las aceras como cualquier persona normal? Además del dinero que eso supondrá, ¿no se les caerá la cara de vergüenza, después de lo que nos está costando conseguir una Sevilla «accesible y adaptada», por quitar las rampas de las aceras para darle más importancia a los palcos?

El revival televisivo en Semana Santa

Por Robert Álvarez Sastre

Ahora que de nuevo estamos en Semana Santa y con la crisis que nos lleva a antiguas remembranzas de nuestra juventud, veo con alegría que en la televisión, a pesar de los muchos canales que ahora hay, se vuelve a poner un poco de orden en la programación.

Para esta Semana Santa hay programadas películas de romanos, de la biblia y de historias ejemplares, que buena falta nos hacen. También para los que no les guste el cine clásico, o no quieran repetir a Espartaco en el circo, pueden ver a alguna folclórica tirándose a la piscina desde diferentes alturas. Mira quién saltaYo les aconsejo que si quieren un revival completo prueben a quitar el color a la pantalla y déjenla en blanco y negro. Y para los más exigentes continúa habiendo fútbol a todo meter. No estoy seguro si hay alguna corrida, pero con tanto canal seguro que pueden encontrar alguna. Volvemos al desarrollismo de la mano del más absoluto reduccionismo. Así va el país.

¿Creencia religiosa o espectáculo de masas?

Por Agustín Arroyo Carro

La última semana de marzo, con motivo de la Semana Santa, España se movilizará para desempolvar santos, vírgenes, peanas, capirotes, cirios, velas, faroles, túnicas, pasos procesionales, tambores, cornetas y una omnipresente y envolvente staurolatría que anegará calles, plazas, templos, parroquias y catedrales.

Estas manifestaciones de religiosidad colectiva merecen todo el respeto que las creencias espirituales deben tener en una sociedad libre, plural y democrática. Sin embargo, se podría pensar, por parte de aquellos que no creemos en ninguna religión, ni semnconsideramos que la religiones sean imprescindibles para vertebrar una sólida estructura democrática, que la ocupación del espacio público, que también es plural y neutro, ha de estar regulado por normas estatales que estén en consonancia con los principios de legalidad y racionalidad constitucional que nos sirve de referencia para articular nuestra convivencia.

 

En España las autoridades eclesiásticas, deberían limitar esta inundación de supuesto pietismo y arrobo iconolátrico a ámbitos más restringidos. Digo esto porque la religión, su vivencia y su práctica,  que debería ser un profundo sentimiento, principalmente, de experiencia interior, no debería convertirse en un espectáculo de masas que, a veces, se asemeja más a una performance colorista de un folklorismo vacuo con más proyección turística que religiosa, que a esa religiosidad sincera que no necesita de este exceso escenográfico un poco agobiante.