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Entradas etiquetadas como ‘discapacidad’

Barcelona, no tan accesible como anuncia la publicidad de TMB

Por Cristina Berruezo

Esta queja es para expresar mi incredulidad ante el anuncio que adjunto en la imagen. Como mujer con movilidad reducida que se desplaza en silla de ruedas, los mensajes que se exponen en la imagen insultan mi condición y mi constante frustración ante los transportes y estaciones de su servicio que a día de hoy siguen sin ser universalmente accesibles.

A continuación nombro algunas de las estaciones de metro inaccesibles: L1: Plaza España, Urquinaona, Clot, Torrassa, Plaça de Sants, Sant Andreu. L2: Passeig de gràcia, Clot. L3: Espanya, Catalunya, Paseig de gràcia, Vallcarca. L5: Conellà Centre, Plaça de Sants, Verdaguer, Maragall. L4: Maragall, Verdaguer, Urquinaona, Ciutadella.

Publicidad Barcelona

Anuncio publicitario de TMB.

A estas estaciones se suman por ejemplo Fabra i Puig (L1) para ir dirección Hospital de Bellvitge, que aunque se notifica como accesible queda un escalón del metro al andén que es imposible subir con la silla a no ser que la levanten.

Además cabe añadir que en el tren, aunque hay horarios en que pasa un tren «adaptado», sólo uno o dos vagones son realmente accesibles y no hay ninguna señalización en el andén que indique dónde quedará la puerta del vagón accesible, por lo que resulta toda una aventura adivinar a qué altura quedará para poder llegar a tiempo y entrar al vagón.

Y también los ascensores de las estaciones que constantemente están averiados, como pasa con los ascensores de Plaça de Catalunya. Así que sí: tenemos límites (a causa de esta inaccesibilidad) y sí, también tenéis barreras arquitectónicas que nos impiden el uso de su servicio de forma inclusiva.

Y por supuesto, y contrariamente a lo que el anuncio expresa, soy mucho más que mi manera de moverme, ya que como pueden comprobar la manera en que me muevo depende, desgraciadamente, de factores externos a mi persona. Así que no: mi manera de moverme no me define, pero sí define su servicio la manera en que posibilita o no mi desplazamiento.

 

Crónica de una opositora: «Menos teoría y más práctica»

Por Rosa Ortiz

Querido teléfono de la Consejería:

Ya que tus jefes no contestan, te voy a soltar el rollo a ti. Lo siento, chaval, te ha tocado. Seguro que tú también llevas un buen mosqueo porque no paras de sonar y no te hacen ni caso. Así que vamos a compartir frustraciones (¿los teléfonos bebéis cerveza?). Seguro que habrás oído hablar muchas veces de la inclusión, la igualdad de oportunidades, que todos tenemos los mismos derechos y bla bla bla. Todo muy bonito y esperanzador ¿verdad? Es lo que queremos todos. Por ello, teléfono mío, los aspirantes a querer ejercer mediante esos valores nuestro deseado papel en la docencia, tenemos que llevar a cabo las oposiciones. ¿Qué son las oposiciones? Unas pruebas que exigen una preparación constante y larga incluyendo unas serie de exámenes que piden todo tu ser volcado en ellas… incluso tu estado de ánimo y principios. Todo influye y no siempre se consigue a la primera, obviamente. Y cada uno/a debe decirse así mismo/a si lo ha dado todo o no para alcanzar su meta.

Yo creo en esos valores, pido que mis derechos de igualdad de oportunidades e inclusión sean cumplidos y espero que sea así.

Rosa Ortiz.

Rosa Ortiz.

Pues bien, colega inalámbrico o fijo…,una cosa es no aprobarlas por razones solo tuyas. Pero otra cosa es, que esos valores que tanto remarcan los de arriba (y en los 25 temas + la normativa), no se cumplan y no te aporten los medios de adaptación (mobiliario) necesarios.

Eso ocurrió aunque yo los solicitara y encima los responsables de la oposición me dijeron que no sabían qué hacer conmigo justo cuando iba a examinarme (justo al entrar en el aula… no una hora antes). Iban muy perdidos (taburete encima de la silla…para que te hagas una idea). Resultado, un dolor físico y emocional que me impidió darlo todo en esa primera parte… y no pude continuar con el resto.

Entonces ¿para qué tanto papeleo pidiéndolas y que te contesten que las vas a tener? Seguro que te estás preguntando lo que muchos me han preguntado ya…»¿por qué no te quejaste en ese momento?» Porque es la segunda vez que me lo hacen y te entra una rabia y una sensación de discriminación y exclusión enorme. Y eso me bloqueó, junto con los nervios y la clase llena de gente esperando a examinarse. ¿Entiendes mi queja? Examinarse de Pedagogía Terapéutica, estar en la lista de discapacitados y que no te pongan los medios prometidos suena a mal chiste… una ironía cruel.

Y ese mismo día les redacté y entregué una reclamación por escrito… que se habrá reencarnado en una pelota o en un avión de papel, vista su nula respuesta.

No esperaba que me repitieran la prueba…pasaba de ilusionarme y admito que sólo deseaba pasar de todo para dejara de escocer. Pero esto no podía quedar así.

Por ello, esperaba que tus «amigos» me contestaran y me aseguraran que no va a pasar otra vez o que podía hacer o una mera disculpa…jajaja. Nada de nada.

Pero oye, de lo perdido se saca lo que se puede. Aunque todavía escuece el guantazo, ahora sé que no puedo esperar nada de ellos y que me tocará ser una mosca cojonera que se asegura, con antelación, que se van a cumplir sus derechos. Y que hay que buscarse todo el apoyo necesario…vamos un ejército en este caso.

Así que, menos Conejo Blanco (conformismo y dejar que te domine la Reina de Corazones) y más Gato de Cheshire (mandar a tomar por culo a la Reina de Corazones y seguir pisando fuerte)

Hasta la próxima, teléfono de Consejería.

Falsa solidaridad con los discapacitados

Por Julio Avezuela Marqués

Este verano, con mi madre de 83 años y minusválida, he vuelto a comprobar cómo es discriminado este colectivo. En su pueblo de Ávila se inauguraba una casa parroquial, el párroco decidió enseñársela a los vecinos y fuimos a verla. El edificio tiene dos plantas y una silla eléctrica para que suba la gente imposibilitada. Pedimos al señor cura que dejase subir a mi madre en esta y nos contestó: “No tengo la llave para que funcione, además es muy complicada de usar».

Foto de un salvaescaleras. (WIKIMEDIA)

Foto de una instalación salvaescaleras. (WIKIMEDIA)

Nuestra sorpresa fue mayúscula, pero no es el primer caso que nos sucede. En Madrid muchos edificios oficiales —y no oficiales— disponen de dicha silla para personas discapacitadas pero no la tienen en uso, poniéndote cualquier disculpa para no poder usarla. ¡Señores! Si la tienen utilícenla, y si se rompe arréglenla. Si no la quieren utilizar no la pongan pero no hagan el paripé para quedar bien e ir de solidarios cuando en el fondo son unos hipócritas.

¿Por qué no se permite subir a dos sillas de ruedas en autobuses habilitados para ello de la EMT?

Por Enrique González Blanco

Soy un viajero habitual de la EMT de Madrid, usuario de silla de ruedas a consecuencia de una enfermedad muscular progresiva.

Hace unos días, me dirigía en mi silla de ruedas al Hospital 12 de Octubre en el autobús de la línea 121 de EMT de Madrid, cuando al llegar a una parada situada a la altura del Metro de San Francisco, en la Avenida de los Poblados, observé que había una madre con una niña de unos 8 o 10 añitos en silla de ruedas con un sombrerito y sin pelo, que se dirigía a recibir tratamiento de oncología al Hospital 12 de Octubre.

Al detenerse el autobús en la parada y la mamá hacer intención de subir al autobús, el conductor le expuso que no era posible porque en el espacio habilitado para personas de movilidad reducida (PMR), que en este caso era de doble plaza, ya viajaba una silla de ruedas (refiriéndose a mí). Al escuchar esto, expuse en voz alta al conductor que había espacio suficiente para ambos y yo no tenía inconveniente en colaborar lo necesario, pero él alegó que el reglamento no permite viajar dos sillas de ruedas ni en los autobuses de doble espacio PMR, arrancando de inmediato y dejando a la mamá y a la niña en la parada bajo un sol y un calor de justicia, ya que eran en torno a las 14.30 horas.

Un pasajero en silla de ruedas accede a un autobús. (ARCHIVO)

Un pasajero en silla de ruedas accede a un autobús. (ARCHIVO)

Debo decir que me sentí muy mal y me quedó un pesar muy grande de no haber podido reaccionar en esos breves segundos en que se detuvo el autobús en la parada, para pedir al conductor que me sacara la rampa de inmediato a fin de bajarme y así posibilitar que la niña y su mamá pudieran subir, porque me pareció una falta de humanismo tremenda el hecho de dejar en la parada a esa niñita, por mucho que diga el reglamento. Quizás sería necesario, como así expuse al conductor a mi llegada al hospital, que tanto él como quien ha elaborado ese absurdo reglamento de EMT, subiesen a la planta 8 del edificio materno-infantil del Hospital 12 de Octubre, donde se encuentra Oncología Infantil, para que conociesen a donde se dirigía esa niña con su mamá y tomasen conciencia.

Expuesto esto, deseo pedirle que desde el equipo de Gobierno municipal estudien el actual reglamento de viajeros de EMT en lo que respecta al trato hacia los viajeros con discapacidad, ya que no me parece normal que los autobuses de doble plaza PMR hayan sido pensados para alojar a dos cochecitos de niño y en cambio no hayan previsto la posibilidad de que viajen del mismo modo dos personas en su silla de ruedas. Asimismo, tampoco me parece lógico ni ético que continúen existiendo autobuses de EMT con una única plaza PMR y que estos aún no hayan sido modificados para aumentar ese espacio a dos plazas PMR.

Pido a los fiscales más sensibilidad con los discapacitados

Por Dolores Reyes

Niña de 18 años, con un grado de discapacidad del 79% (deficiencia-retraso mental, deficiencia expresiva) y la necesidad de una 3ª persona para la vida diaria (valorada por el equipo de valoración y orientación) con un nivel de comprensión equivalente a 3 años y dos meses (valoración por test neuropsicológico).

Sus padres, con todo el pesar del mundo, inician los trámites para confirmar legalmente su incapacidad. El juez titular del Juzgado de 1ª Instancia de Sabadell aprueba la solicitud. Nunca imaginé lo duro que podría resultar para unos padres, solicitar judicialmente la incapacidad para un hijo. La madre me comentaba, con lágrimas en los ojos, que «parecía que me quitaban una parte de mi hija».

La integración triunfa en la red, (ESTAMOSGRABANDO)

La integración triunfa en la red. (ESTAMOSGRABANDO)

Duro, costoso y devastador para los padres y, sin embargo, un caso más. Un fiscal sin pizca de sensibilidad recurre dicha sentencia. ¿El motivo? Que si bien reconoce la incapacidad de la niña, para el fiscal tiene la «capacidad» de poder ejercer su derecho de voto.

Recordemos que en todo momento estamos hablando de una niña con un grado de discapacidad del 79% (deficiencia-retraso mental, deficiencia expresiva) y la necesidad de una 3ª persona para la vida diaria y con un nivel de comprensión equivalente a 3 años y dos meses (valoración por test neuropsicológico). ¿La llamarán también para formar parte de una mesa electoral? ¿El voto ejercido por ella, sería personal?

Mediante este escrito pido humildemente al fiscal que los casos de incapacidad no sean tratados como un expediente más, que impliquen un poco de sensibilidad.

Que se ponga, por un momento, en el lugar de los padres. Que piense en el dolor, totalmente innecesario, que se les produce al recurrir una sentencia así. Que piense igualmente en el gasto que se les genera y sobre todo que evite el daño psicológico que se les vuelve a hacer gratuitamente a esos padres, ya sea por desconocimiento o a instancias de más altas jerarquías.

La odisea de Barajas para trasladar a sus pasajeros en silla de ruedas

Por Pedro Martínez Romero

A raíz de la queja publicada sobre el servicio «Sin Barreras» en este blog, me gustaría expresar mi desacuerdo con el protocolo que usa AENA para dar solución a no tener adaptados los trenes en la T4 para situaciones de emergencia y de no emergencia.

Bien, la T4 es la terminal de vuelos internacionales de Barajas y es muy grande con lo cual hay trenes que te acercan a las puertas de embarque (desconozco si es siempre así). Yo he viajado a Nueva York en 2012 y 2015. En 2012 cogí este tren sin ningún problema, aunque efectivamente no había sistemas de sujeción en estos trenes relativamente nuevos.

Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. (GTRES)

Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. (GTRES)

En noviembre de 2015 volví a hacer el viaje y mi sorpresa fue que (iba con 2 acompañantes) para ir a la puerta de embarque debía de ir solo con un acompañante y encontrarme después con el otro. Es una faena porque es un lugar desconocido, pero así lo hicimos.

El otro acompañante fue en el tren normal a la puerta de embarque, nosotros tuvimos que cruzar media T4 para salir a las pistas y coger una furgoneta. La espera de esta furgoneta fue de una hora o más y el trayecto en furgoneta de una media hora.

La explicación de hacer esta chapuza se debe que a principios de 2015 hubo una situación de emergencia por parada del tren de la T4, situación ante la cual un usuario en silla de ruedas no tiene sitio por donde salir. Una faena para ir de viaje.

Apelación a la conciencia social

Por Joaquín Benita Mendieta

Un hombre en silla de ruedas. (GTRES)

Un hombre en silla de ruedas. (GTRES)

A los concejales de Tráfico, Movilidad y Seguridad Ciudadana de todos los ayuntamientos y a los encargados de los parkings de los centros comerciales les propongo una campaña de conciencia de personas con movilidad reducida.

De tal forma, lograremos un mayor respeto entre los conductores por los estacionamientos reservados para estas personas.

Mientras, para todos los conductores infractores, podríamos simplemente fijar en la parte inferior de la señalización propia de estos aparcamientos mensajes tipo: “¿De verdad quieres estar en mi lugar? Para ti puede ser solo cuestión de minutos, para mí, una barrera que franquear todos los días”. Es decir, mensajes que traten de concienciar al conductor e insistir en la empatía por los demás.

Es simplemente una apelación a la conciencia, a lograr un mayor respeto para todos sin importar la condición de cada uno.

La ignorancia es la madre del atrevimiento

Por Mª Eugenia Corraliza

Esta frase la usaba mi madre y la utilizo para resumir la negativa del señor Ruiz Gallardón a incluir la malformación del feto dentro de los supuestos para abortar. Utiliza su puesto de responsabilidad para aplicar su moral al resto de españoles.

Mi hijo tiene 20 años y alto grado de discapacidad. Tuvimos conocimiento de la malformación en su primer año de vida por lo que no vivimos la dificilísima situación de decidir si queríamos ser padres de una persona con muchos problemas que requiere apoyo y supervisión constantes.gallardon

Tener un hijo con discapacidad no es el deseo que habría pedido a los Reyes Magos, pero hoy no lo cambio por nada en el mundo. Es de lo mejor que me ha pasado en la vida y me enseña a superar las dificultades que la vida nos pone por delante. Lucho constantemente para que su discapacidad no le limite las oportunidades.

Si tuviera que aconsejar sobre la opción de tener un hijo con discapacidad me limitaría a informarle y respetaría su decisión. Ser madre de una persona con discapacidad requiere mucha capacidad física, mental, emocional y económica. Estar dispuesta a dejar de vivir para ti. Es un camino con muchas barreras en el que tendrás que tirar y empujar, caer y volver a levantarte y, lo más importante, vivirlo con alegría, sin desperdiciar ningún momento de disfrute con él. Si tu hijo percibe que es una carga, le generará infelicidad.

Entrarás a formar parte de un grupo de dificultad social: las babas provocan asco, los cuerpos y rasgos físicos extraños generan rechazo. Tendrás que aprender a no pasar desapercibida.

Invito al señor Gallardón a vivir un día con nosotros antes de tomar una decisión que afectará a personas con y sin discapacidad.

Sobre el voto de los discapacitados

Por Núria Virgili

Recuento de votos en un colegio electoral. (Raúl Caro / EFE)

Recuento de votos en un colegio electoral. (Raúl Caro / EFE)

Trabajo en una entidad que presta servicio a más de 180 personas con discapacidad intelectual. Cada vez que se acercan elecciones, sean municipales, autonómicas, nacionales o europeas, recibimos cientos de cartas de propaganda electoral dirigidas a las personas que residen en nuestros centros.

Si tenemos en cuenta sólo los principales partidos políticos, se recibe una media de 1.000 cartas. En la mayoría de los casos son personas incapacitadas legalmente y que por tanto, no disponen de las capacidades para poder decidir.

En el padrón no constan los datos de incapacidad ni los grados de discapacidad y por esta razón van recibiendo toda la propaganda electoral de forma indiscriminada.

Por otro lado también reciben las tarjetas censales, por lo que se les adjudica también un local electoral. Podrían incluso ser reclamados para formar parte de una mesa electoral.

Reflexiono sobre este tema esperando que pronto dejen de suceder fenómenos que no tienen ningún sentido, ya que estas personas no votan y no podrán votar nunca.

Los recursos que destinan los partidos políticos a imprimir y enviar todo este papeleo podría ser reinvertido en servicios dirigidos a mejorar la calidad de vida y a incrementar los servicios de los colectivos que más lo necesitan.

Anciana invidente estafada por un taxista

Por R. P.

A la atención de un taxista de Sevilla.

Taxis en una parada de Sevilla. (ARCHIVO)

Taxis en una parada de Sevilla. (ARCHIVO)

«Me he enterado de un asunto muy desagradable referente a una carrera que hiciste desde la estación de trenes de Santa Justa hasta la estación de autobuses de Plaza de Armas. Una carrera en la que llevaste a una señora mayor que además era invidente.

Cuando la recogiste en Santa Justa te aseguraste de meter su maleta en el maletero, así empezaba la jugada. Después, en lugar de llevarla directamente a su destino, diste mil vueltas por la ciudad creyendo que la viajera no conocía Sevilla. Cuando por fin consideraste que era demasiado descarado seguir dando vueltas y decidiste dejarla en Plaza de Armas, sólo tenías que bajar la bandera y poner la mano. Le costó, a esa anciana invidente, 80 euros la mala suerte de haberle tocado a ti como taxista, y 80 euros sucios que te metiste en el bolsillo.

Ella protestó, como es lógico, se negaba a pagar semejante cantidad, pero para eso tenías su maleta secuestrada en tu maletero. Amenazaste con dejar a la mujer tirada y llevarte su equipaje si no soltaba el dinero.

Espero que te lo hayas pasado bien en la Feria de Abril con esos cochinos 80 euros que conseguiste extorsionando a una anciana discapacitada. A saber cuánto dinero te habrás embolsado con esta práctica.

Pero tú sigue así, sin dar la cara, no vaya a ser que los taxistas que sí son honrados se te echen encima. Sigue aprovechándote de los turistas, los discapacitados y la buena gente que no tiene por costumbre desconfiar de los demás.

Hasta que algún día te pillen. Hasta que algún día, a alguien que caiga en tus redes y que previamente haya leído esta carta, le dé por exigirte una factura en la que se indique el trayecto realizado (origen y destino), el importe y tu número de licencia«.