Por Juan José Pérez Rodríguez
«Todos somos iguales ante la ley»
Viendo con qué diligencia la Fiscalía del Régimen, que no del Estado, ha recurrido la imputación de la infanta Cristina para evitar la pena de telediario, la otra se diluirá con el tiempo, pues las presiones son y serán tremendas. Aquí hay una justicia para todos y la paralela, de la que corruptos y corruptores se sienten inmunes y se la pasan por el arco del triunfo el personal. No es que estén a salvo del castigo, sino que están a salvo del delito.
No puede ser que esté imputado su secretario, la mujer de Torres y no esté la consorte (Cristina), -cuando menos cooperadora necesaria-, como figura en todo este entramado presuntamente delictivo. Los cortesanos están preocupados porque el tinglado se viene abajo.
La casa real ha reaccionado tarde y mal: “sorprendida” con el juez y “conforme” con el fiscal. Cuando se ha abierto la cortina de la opaca institución, se ha visto que la aluminosis tiene corroídas sus estructuras, como las restantes del Estado. Aquí no hay una democracia, sino una verdadera cloaca, con un olor pestilente.
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Por Jesús de Vega
«La infanta y el fiscal»
Los ciudadanos de a pie, los que no entendemos de leyes, aunque seamos los únicos obligados a cumplirlas, nos hemos quedado, una vez más —y ya son unas cuantas—, estupefactos ante la actuación del fiscal anticorrupción en el caso de la imputación de la infanta Cristina.
Se supone que dicho fiscal está para perseguir posibles casos de corrupción, no para protegerlos. En este Estado pre-democrático y de corrupción al que nos ha llevado el PP, tiene cabida todo tipo de actuaciones, sean del calado que sean. La Fiscalía Anticorrupción está entorpeciendo la labor judicial, se trate del ‘caso Bárcenas’, de la infanta o de los banqueros saqueadores.
La gente honrada, insultada y perseguida, los ladrones indemnizados y los corruptos aplaudidos. En fin, ya estamos donde un antiguo ‘líder’ el PP quería: con «todo atado y bien atado».