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Entradas etiquetadas como ‘trabajador’

Religiosidad inhumana en la India

Por Diego Mas

Un vídeo de Nueva Delhi muestra el atropello de un trabajador, que muere desangrado tras pasar indiferentes por su lado centenares de peatones, ciclistas y automóviles. El Gobierno proyecta ahora incentivar a quienes ayuden a las víctimas.

Pero hay que ir también a la raíz del problema. Porque, según la mentalidad aún predominante en la India, no sólo se puede, sino que se debe dejar morir de hambre, enfermedad o accidente a una persona, porque no sólo se lo merece por sus pecados anteriores, sino que remediar sus males impediría que se reencarnara después en una vida mejor.

Circulación en Nueva Delhi (EFE)

Circulación en Nueva Delhi (EFE)

¿Cabe mayor perversión, mentes más depravadas, lugar más tétrico y peligroso, como prueban los centenares de millones de víctimas de esa ideología?

¿Los sin casta, muchos de los cuales se han unido estos días, exigen que se cumpla la igualdad democrática que promete su Constitución?

¿Hay país que necesite mayor presión y colaboración mundial para ayudar a quienes desde dentro se esfuercen de verdad por eliminar por fin esa milenaria monstruosidad?

Todas las empresas deberían potenciar la motivación laboral

Por María José Viz

Cuando tenemos que elegir qué camino profesional seguir, en plena adolescencia, vemos muy difícil acertar con el adecuado; en muchos casos, lo resolvemos casi echándolo a suertes. Estudiamos una Formación Profesional o una carrera, sin tener ni idea de si terminaremos los estudios y, de hacerlo, si trabajaremos en las salidas profesionales que estos ofrecen. No menos importante es no tener ni idea de si nos gustará el trabajo elegido.
Estudiantes universitarios en una biblioteca (EFE).

Estudiantes universitarios en una biblioteca (EFE).

Por todo ello, me resulta encantador ver cómo muchos –permítanme que me incluya-, por azares de la vida, estamos desempeñando profesiones para las que no nos habíamos preparado, en un primer momento, y que, ahora, sentimos como la verdadera vocación de nuestras vidas.

Por supuesto, no quiero obviar una realidad imperante hoy en día, opuesta a lo dicho anteriormente: muchos trabajadores no se sienten realizados. Influye el hecho de que abunden los contratos temporales; en esas condiciones es muy difícil “enamorarse” de un oficio.
Un escollo enorme para sentirse a gusto en un trabajo colectivo es que haya empleados vagos, cizañeros y malos compañeros, preocupados tan solo de disfrutar de las ventajas del puesto, olvidándose de que también existen obligaciones. Se podría decir que son las ovejas negras que, desgraciadamente, empañan el prestigio de cualquier empresa, pública o privada.
Quizás sea ese desencanto generalizado el que me haga fijarme más en las vocaciones, innatas o adquiridas, de otra parte de la población. Todas las empresas deberían potenciar la motivación laboral pues es básica, tanto para que el proyecto funcione, como para que el trabajador o trabajadora se levante, cada día, con ilusión renovada.

Al hablar de desempleo, ¿qué hay de los que tenemos más de 40 años?

Por Xisco Marín Nadal

Cola en una oficina del INEM.

Cola en una oficina del INEM. (EFE)

Lejos de ser un tópico es una de las realidades que estamos sufriendo hoy en día muchos de nosotros. A mis cuarenta y seis primaveras me encuentro en una situación que nunca imaginé: estar sin empleo desde los cuarenta y uno. He llevado personalmente el CV, lo he modificado varias veces, estoy en varias páginas de empleo por internet, inscrito en agencias públicas y privadas de colocación. Una serie de herramientas que imagino también habréis utilizado.

En esta situación nos hacemos muchas preguntas sin obtener respuesta alguna, lo que hace aumentar nuestra desesperación y nuestra ansiedad. ¿Por qué no tengo un hueco en esta sociedad? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Sirve de algo lo que estoy haciendo? ¿Por qué no me llaman? Eres lo más cuestionado, pero por ti mismo. Estas preguntas son el reflejo de cómo uno se siente después de utilizar todo lo que el sistema nos da para, en teoría, hacernos más accesibles a ese empleo que nunca llega. La impotencia es tal que te pasan auténticas locuras por la cabeza. No ves salida ninguna, pero la mayoría de nosotros nos sobreponemos y no las llevamos a cabo.

Me considero joven, con ganas de trabajar, con una dilatada experiencia laboral, con más o menos estudios pero con conocimientos que sólo con el tiempo se adquieren, con las ideas muy claras y con las ganas más grandes del mundo de aprovechar una oportunidad. No pierdo la esperanza, pero soy consciente de que a partir de los cuarenta no somos lo suficientemente atractivos para las empresas. Laboralmente hay varios grupos en los cuales por la edad hay una serie de descuentos y/o ventajas para las empresas y los que nos corresponden a nosotros son insuficientes para que seamos “apetecibles” laboralmente hablando. Cuando hablan del desempleo en los medios siempre oímos hablar del paro juvenil, el primer empleo, la prejubilación, etc. Pero, ¿qué hay de los que tenemos de cuarenta para arriba? Apenas nos mencionan.

Somos muchos y valemos mucho, solo pedimos una oportunidad, que nos permitan reciclarnos. Todos tenemos ese derecho. Si no, ¿cómo vamos a hacerlo? ¿Pagándonos el reciclaje con un dinero que no tenemos? Creo que el presupuesto dedicado a política social, en concreto el de formación y empleo, podría ser más equitativo y justo con nosotros. De esta manera las posibilidades de tener esa oportunidad que tanto deseamos serían mucho mayores. Mis palabras no son más que los sentimientos de una persona que día a día lo pasa muy mal para salir adelante. Espero que algún día esta carta pueda ser leída por todos vosotros y podamos compartir todo esto que tanto nos afecta pero que tanto nos une.

Diez nóminas sin cobrar

Por Vicen Jato

Aguirre enseña su nómina en 2011 para "transmitir transparencia". (EFE)

Aguirre enseña su nómina en 2011 para «transmitir transparencia». (EFE)

 

Habla mucho nuestro gobierno de la recuperación española y del crecimiento. De las formidables previsiones de futuro para los españoles y de la creación de empleo masivo. Genial

Pero sólo es hablar por hablar, y por ocultar la realidad. Mi empresa me sigue debiendo más nóminas que hace dos años, y, hablando con otras personas, resulta que mi caso es más común de lo que yo creía.

Porque si a mí me deben ya diez nóminas, hay trabajadores a los que les deben cuatro, cinco o más nóminas también. Esto ya no es genial, pero es la realidad, los pobres más pobres y los ricos más ricos, pero muy endeudados con los más pobres.

Lo hacemos por salvar los puestos de trabajo, sí. Lo hacemos por el bien de la empresa que argumenta que no puede pagar, también. Pero va pasando el tiempo y la recuperación yo no la noto. Mi jefe tampoco, pues sigue sin pagarme, o eso dice él.

Pero este gobierno solo mira al empresario, le da facilidades para casi todo: no pagar nóminas, salarios precarios, eres a diestro y siniestro sin justificación, despidos a la carta, congelación salarial o bajada de salarios…

Y no denuncies, pues, pierdes el precario puesto de trabajo y tardas una eternidad en cobrar lo que se te debe.

Si esta es la recuperación y el crecimiento de España, entonces no hay que salvar a las empresas, sino a sus trabajadores. Señores del gobierno, salven las empresas, pero sobre todo, salven a sus trabajadores.

La salud de los trabajadores es el acabose

Por Pedro Serrano Martínez

El rodillo del PP sigue empeñado en destruir derechos y bienestar por doquier. Al paso que va este Gobierno, dejará España como un campo de batalla después de la contienda. El último dislate lo podemos prever en el proyecto de real decreto, fechado el 17 de julio pasado, que regula la gestión y el control de los procesos de incapacidad temporal.79012

Las mutuas, que son asociaciones de empresarios, gestionan tanto las contingencias profesionales como las comunes. En los últimos años, la mayoría de las empresas han confiado la gestión de sus bajas comunes a las mutuas, en lugar de hacerlo al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que ya solo se ocupa del 20 %. De seguir adelante, este borrador de texto legal las facultaría para dar altas en caso de enfermedad común.

Es decir, más o menos, es como si a partir de ahora la empresa donde trabajamos se encargara de decidir cuándo un trabajador está ya curado y, por tanto, dejar de percibir el subsidio que le corresponde por derecho. A nadie se le escapa la canallada que supone para los trabajadores dejar su salud en manos de quien será juez y parte, pues, al fin y al cabo, las mutuas, como financiadoras de la prestación, tienen demasiados intereses en reducir el tiempo de baja.

Está claro que son insaciables y que no respetan nada ni a nadie: ya no se conforman con rebajarnos los sueldos, ahora nos quieren menguar la salud. Como decía mi madre, esto es el acabose.

No me voy, me echan

Por Ana Pérez (Málaga)

Estimados señores políticos:
Esto es una especie de carta de despedida. Me voy de España, bueno, mejor dicho lo han conseguido, me echan. Y no, no soy uno de esos «jóvenes con afán de aventura» que por lo visto se han multiplicado por miles en los últimos meses (debe ser que tanto Callejeros Viajeros nos ha animado, si al final la culpa iba a ser de la televisión…), soy una joven cansada de esto a la que han ofrecido una buena oportunidad fuera.

Mi historia supongo, es de las que invariablemente se repite en estos últimos tiempos. Después de trabajar durante casi cuatro años para un organismo oficial, durante los cuales me han hecho 8 contratos diferentes para no tener que hacerme fija (eso sí, haciéndome el “favor” de contratarme como podían e instándome a apuntarme al paro cada una de las veces que se acababa un contrato, por eso de cobrar la subvención) en septiembre llegó la noticia…»no podían hacer nada más por mí», me iba a la calle definitivamente porque además, y según sus propias palabras “hemos firmado varios contratos ilegales y claro, como venga una inspección se nos cae el pelo, así que tenemos que sacarte del sistema”. En este punto también aprovecho para dar las gracias por esa gran reforma laboral que permite hacer estas cosas sin impunidad. Por supuesto también por la ley de tasas gracias a la cual, si te han despedido de manera ilegal, para defenderte además de pagar un abogado tienes que pagar por denunciar una situación ilegal… grandes avances en un gran país.

viajeroAsí que de esta manera comenzó mi particular «vida de parada», la cual he aprovechado para hacer un máster, estudiar dos idiomas y por supuesto, buscar trabajo. Con un CV de 4 páginas (versión resumida), un máster, 4 idiomas, aparte de experiencia, estancias internacionales etc etc, cuando llegué al INEM el primer día la mujer que estaba sentada con cara de aburrida escuchando mi historia me dijo que tenía demasiados cursos, que ya me daba ella una clave y que me entretuviera en meterlos yo en internet…cosas que pasan. Durante estos meses las dos únicas ofertas razonables de trabajo que he recibido han sido extranjeras y no se vayan ustedes a creer que no lo he intentado, he enviado currículum a cientos pero por lo visto en España ahora mismo sólo aceptan becarios sin experiencia, si tienes más de 4 líneas de CV ya no vales porque tendrían que pagarte más de 500 euros… En este punto mi agradecimiento también a lo bien que funciona el INEM y a todas esas ofertas que nunca me enviaron.

Así que he decidido pegar el salto y me voy, me voy porque no lo soporto más, porque el único futuro que me espera aquí es que se termine el paro y tenga que volver a vivir con mis padres, que por otra parte tampoco están muy bien por cierto. Mi padre trabajaba en el sector construcción y ahora…bueno, imagínense, 60 años, ninguna posibilidad de encontrar trabajo y con la jubilación cada vez más lejos (otra cosa por la que estar agradecidos, las pensiones y el retraso de la edad de jubilación); el hombre no lo lleva nada bien y está deprimido y no sale de casa, a mí tampoco me gusta cuando voy a verlo abrir la nevera y encontrarla vacía… su orgullo de padre le impide pedir ayuda, así que cuando puedo le dejo en un cajoncito 50 euros pero no puede pagar esa casa, ¡mi casa! y se que a la larga esta situación es insostenible. Así que otro motivo más para irme, poder enviarle dinero desde el extranjero.

Con estas premisas me voy a trabajar fuera, en un lugar donde parece que se reconoce mi valía profesional. Me voy, y mi novio (y mi gato) se vienen conmigo, nos hubiera gustado formar una familia en España, nuestro país, lo teníamos todo planeado…pero he aprendido que a veces las cosas no salen como uno quiere. Me voy, con un pen drive hasta arriba de CV de amigos míos que quieren irse también. Me voy con este sentimiento de tristeza, rabia e impotencia, hasta se me están escapando unas lagrimitas mientras escribo esto. Dejamos atrás familia, amigos, ilusiones y sueños, nuestra casa y nuestra vida, y ¿por qué? Sería diferente si lo hubiéramos elegido nosotros pero no, gracias señores por echarnos, por obligarnos a dejarlo todo para poder vivir de una manera digna.

Los empresarios y su descontrol de calidad

Por M. M.

En los cuatro años que pertenecí a una empresa importante de transportes en el departamento de Control de Calidad usaba este juego de palabras para ironizar sobre la verdadera misión de este departamento: “des-control de calidad”, porque mi jefe daba más importancia a la existencia de un informe de calidad que realmente al control físico de la misma. A qué viene esto. Actualmente estoy en paro por el despido de un gran empresario el cual –a través de los palmeros de alrededor- me consideraba un buen empleado por la polivalencia y por una docilidad que les venía muy bien. Dinero para subverncionesMis contratos han sido un cúmulo de ilegalidades y ahora los he denunciado. He estado en la calle Princesa 5 en un acto de conciliación y no he llegado a ningún acuerdo.

Pero lo que de verdad más me ha sorprendido es la cantidad de personas (trabajadores despedidos) a los que los abogados de las empresas denunciadas intentaban convencer para “liquidar” la relación laboral con el trabajador con una patada en el trasero lo más fuerte posible. Sé que no es bueno generalizar pero solo los casos en los que conseguí “pegar la oreja” me parecían increíbles: utilizando una comparación es como un combate de boxeo en la que el trabajador lleva las manos atrás atadas.

Los grandes empresarios usan a los trabajadores para conseguir subvenciones millonarias que rara vez revierten en el trabajador. No son empresarios, son gestores de subvenciones y cuando se las bajan o quitan, para ellos la razón de ser de la empresa no tiene sentido y la elimina. En España hay jóvenes emprendedores con una actitud productiva para formar empresas sin ayudas económicas porque creen en ello, pero hay una cantidad de empresarios rancios y viejos que se han subido en el carro de las subvenciones; es un des-control de la calidad de los empresarios españoles. Mi apuesta es por los jóvenes empresarios y por el control de la calidad del empresario.