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Entradas etiquetadas como ‘empresas’

No lo llames emprendedor cuando quieres decir autónomo

Por José Mª García Diago

En los años de bonanza económica ligada a la construcción asistimos a un aumento hasta límites insospechados el número de autónomos. Este crecimiento se debió al auge de la subcontratación por la que las grandes empresas buscan abaratar costes prescindiendo de trabajadores propios con el ahorro consiguiente en seguros sociales, y a la facilidad de los autónomos para ocultar a Hacienda los beneficios que proporcionaba el ladrillo ya que según algunos estudios permite ocultar entre el 25% y el 3’0% de la renta.

El negocio que creíamos que era seguro se fue ralentizando primero (solo sostenido por la obra pública) y terminó por «explotar» llevándose por delante constructoras, inmobiliarias, cajas de ahorro… y por supuesto a los autónomos. Autónomos

Unos años de dura crisis después, y ante la nula creación de empleo, nos empiezan a hablar de «emprendedores«, de perseguir nuestro sueño, de ser nuestro propio jefe, de aprovechar la coyuntura para sacar lo mejor de nosotros mismos… todo eso mientras el número de autónomos cae sin parar y el cierre de empresas no se ralentiza.

Cuando hablan de emprender lo que realmente quieren decir es que te hagas autónomo, que montes tu negocio (sin financiación, por supuesto), que aligeres los datos del paro y que si cierras (como suele pasar en la mayoría de los casos) no tendrás derecho a subsidio de desempleo. Un chollo. Los medios de comunicación nos muestran a los grandes emprendedores que han triunfado con ideas ligadas principalmente a las nuevas tecnologías, pero basta con darse una vuelta por cualquier ciudad para ver la nueva «burbuja» que viene: fruterías.  No lo llamen «emprendedor» cuando quieren decir «autónomo».

¿Cómo puedes trabajar en una tabacalera?

Por Ainhoa Quemada

Cuando con diecisiete años me dieron un trabajo en una tabacalera nadie me preguntó si estaba a favor o en contra, si tenía algún problema en hacerlo o si quiera si fumaba. Iba a trabajar en un sector que desde siempre ha estado muy regulado y, en principio, no molestaba a nadie si se cumplían todas las leyes.26902

Sin embargo, con los años he visto como las caras han cambiado cuando digo donde trabajo. Caras de «¿pero el tabaco no mata?», «¿cómo puedes trabajar ahí?». Una actitud infundada a raíz de las continuas políticas y leyes en contra de un sector que no sólo da trabajo a miles y miles de familias, sino que supone una gran fuente de ingresos para el país en concepto de impuestos. Nada despreciables tal y cómo está el panorama.

Tanto yo como mis compañeros no tenemos por qué sentirnos avergonzados al decir en qué sector empleamos más de ocho horas diarias para poder cobrar un sueldo. Somos trabajadores de empresas que ya cumplen cada una de las leyes que regulan la actividad. Legales. Pero es más práctico colgarse el cartel de «buenos políticos» y hacer la vista gorda a otros asuntos donde cada uno hace lo que le da la gana.

El timo de las ayudas a los emprendedores

Por Sonsoles Fernández de Córdoba

Esto es un hecho ocurrido esta semana en Madrid. Tres jóvenes han montado su propia empresa. Una sociedad con el poco capital que han podido reunir. La idea es buena, tienes ganas y están preparados. El momento también es bueno: hay ayudas para ello recientemente aprobadas.  Uno de ellos es designado Administrador Único porque es el que se ocupará directamente del negocio. Aún no tienen personal, pero ya lo tendrán. Están empezando: un local pequeño, los programas informáticos, la web… La Seguridad Social le reconoce el Alta como Autónomo con la bonificación aprobada por el famoso Decreto de Marzo para emprendedores autónomos: el 30% de las contingencias comunes. autonomo

Unos 80 Euros mensuales durante un año. No es mucho, pero para su economía sí lo es.  Llega el recibo que la Seguridad Social gira en Abril: 190 Euros; el de Mayo: 190 Euros. Perfecto. El de Junio 270 Euros. El joven cree que se han confundido y acude con los recibos a la oficina de la Seguridad Social más cercana para mostrar el error. El funcionario de turno le dice que no, que no hay error. ¿Cómo es posible? –pregunta.- Es que esa bonificación no vale para los Administradores de sociedades –responde- ¿Cómo no va a valer si la tengo reconocida por escrito por ustedes y me han pasado ya dos recibos bonificados? Respuesta: Ya, es que lo han cambiado. ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿En qué norma? –insiste el joven-  No, es que nos han mandado una circular interna diciéndolo, y lo tenemos que hacer así- contesta el funcionario-.

El joven se queda atónito: o sea – piensa- que la ley dice una cosa, que a mí se me reconoce un derecho, y que ahora por una circular interna,  que ni si quiera muestra el funcionario, va a ser que no. ¿Pero esto qué es?  Esto es un timo. Mañana nos contarán que el empleo ha mejorado, que hay más cotizantes, que yo qué sé….  Mentiras, mentiras, mentiras. Y el joven piensa que, definitivamente, al Sr. Montoro se le ha ido la “olla”.  Ellos, que se habían creído que de verdad pensaban apoyar a los emprendedores, concluyen: este país no tiene arreglo. Son todo mentiras.

Juan Lanzas no es Miguel Blesa

Por Francisco Javier España Moscoso

Y podríamos establecer la misma analogía entre el juez Elpidio José Silva Pacheco y la jueza Mercedes Alaya. A saber:

Demos un breve repaso a los procedimientos de ambos jueces. Por un lado, la jueza Alaya mantiene las imputaciones basándose en: primero; las declaraciones del chófer del que fuera director general de Trabajo de la Junta de Andalucía, que en un alarde auto inculpatorio, dijo que era cocainómano y que compraba la droga con el dinero de los ERE. Segundo: un camello que corrobora lo dicho por este. Tercero: un mensajero que vende al mejor postor y en este caso al periódico de la conspiración del 11-M que Juan Lanzas le daba sobres llenos de dinero que llevaba a un bar cercano a las instituciones de la Junta, sin dar más detalles. Cuarto: en el rastreo del dinero, aparecen solo 80.000€ en la casa de Juan Lanzas, alias “el conseguidor”.

Blesa y LanzasPor otro lado, el juez Elpidio José Silva, está llevando dos procedimientos contra Miguel Blesa; uno relativo al crédito de 26,6 millones concedido a las empresas de Gerardo Díaz Ferrán sin las garantías necesarias y otro proceso abierto por la ruinosa compra por parte de Caja Madrid del banco City National Bank de Florida, que ya ha dejado unas pérdidas de 500 millones al banco; pero resulta que la cosa no se queda ahí porque parece que hay algún correo electrónico que habla de que en la operación sobran 100 millones y está claro que el deber del juez es rastrear dicho sobrante.

Tenemos la costumbre de ensalzar la actitud combativa de ciertos jueces en el desarrollo de su trabajo, pero es notorio que la norma se rompe cuando el justiciable pertenece a esa casta que podríamos calificar como la de “los intocables”, y de ahí que ciertos fiscales actúen como abogados defensores, o que se intente amedrentar a los jueces con la querella por prevaricación.

Y es que ni Juan Lanzas es Miguel Blesa ni Elpidio José Silva es Mercedes Alaya.

 

Despedida a los 57 años

Por Tere Marcos

Después de trabajar 25 años en la misma empresa, el pasado 14 de diciembre me vi en la calle con una indemnización de 20 días. Según consta en la carta de despido el motivo son “causas objetivas”. Bajo este epígrafe las grandes empresas, que siguen ganando mucho dinero, aunque algo menos, se amparan para deshacerse impunemente de empleados con mucha antigüempresaedad a un bajo coste.

De nada sirve una trayectoria impecable en la compañía, ni los premios obtenidos mientras estuve trabajando allí, ni tampoco el que sepan que a mi edad me han convertido en una parada de larga duración, porque si la gente de 25, 35 o 45 años lo tiene difícil para encontrar trabajo, a los 57 es imposible. Esta empresa ha salido recientemente en la prensa vanagloriándose de los logros conseguidos y de los muchos millones de euros que van a seguir ganando, pero han aprovechado la ocasión que les han puesto en bandeja para despedir, entre otras muchas, a 6 personas de entre 48 y 59 años y a 6 madres con jornada reducida por el cuidado de sus hijos.

Solo espero que los jueces sepan ver lo evidente y obliguen a estas empresas a readmitir a los despedidos o si no a pagarles el máximo de indemnización por la improcedencia de los despidos.

Empresas que dan empleo… y que se lucran con la guerra

Por Josune García

Soy alumna de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao. La semana pasada ha tenido lugar en la Universidad el Programa de jornadas de empleo y presentación de empresas, algo positivo para el alumnado que nos permite conocer la realidad industrial y establecer un primer contacto con el mundo laboral. Ha habido muchas empresas, pero algunas como Indra, Sener, ITP, Aernnova, Siemens o Sisteplant obtienen parte de sus beneficios mediante la fabricación de armamento, como cazas, helicópteros de combate y misiles. En otras palabras, se lucran con la guerra, se lucran con el mayor crimen contra la humanidad, se lucran con la muerte de personas. Y, claro, eso no se ha dicho en las charlas.Armas

Además, estas empresas reciben grandes cantidades de dinero público en contratos y subvenciones… que sale de lo que en el País Vasco se destina a gasto militar: 666 euros por persona y año. La educación debe ser un medio para mejorar nuestra sociedad. Resulta paradójico e indignante que se invite a la universidad pública a empresas de carácter armamentístico. Las guerras las sufren personas que viven muy lejos de nuestras casas. Sin embargo, empiezan aquí, junto a nuestras casas, en fábricas y empresas que se enriquecen gracias al sufrimiento y la muerte.

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Por Xabier Eguskizaga*

Sisteplant no fabrica productos para el sector militar. La actividad empresarial de Sisteplant se limita a ofrecer servicios de ingeniería, consultoría y desarrollo y comercialización de software. Dichos servicios son prestados a diversas empresas del ámbito industrial y de servicios. Es cierto que algunas de ellas pertenecen al sector militar pero son las mínimas. Por supuesto no recibimos ningún tipo de subvención por prestar estos servicios.

*Área de marketing de Sisteplant

La emoción de su primera reválida

Por Fernando Arribas Portugués

Como padre, recibo con inmensa emoción la noticia de que mi hija de cinco añitos va a realizar su primera reválida, su primer “control de calidad”, así sabré el grado de utilidad que tendrá en esta sociedad y, en caso de no superar los estándares, confío en que con la nueva Ley Wert (LOMCE), sabrán derivarla rápido a algún programa de exclusión educativa, para que no suponga un coste excesivo al sistema. Así podrán orientarle hacia el nuevo modelo laboral tipo Eurovegas.Wert

Mi hijo de ocho años parece más listo, aunque aún sin confirmar por ninguna reválida. Me alegro de que con la LOMCE ya no tenga que cursar Música, Plástica o Tecnología, que distraen, y pueda cursar Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial ya desde 1º de la ESO y pueda “competir con éxito en la arena internacional”, tal como reza la LOMCE. Así estará en el grupo selecto de los que trabajando poco cobran mucho, aunque una inmensa mayoría deba trabajar mucho y cobrar poco, tal como nos aconsejan los responsables de la patronal y nuestros gobernantes, puesto que el sistema no está para mantener enfermos, personas dependientes o alumnos con dificultades.

Revisiones de gas: ¿Quién protege a nuestros mayores?

Por Soledad Navas

El motivo de este artículo es el denunciar el abuso  que sufren  las personas mayores  e indefensas por parte de empresas supuestamente legales y pero sin escrúpulos. Concretamente,  le ha ocurrido a mi madre (88 años). Una empresa de mantenimiento y revisión de gas, sita en Parla (Madrid), cobró una cantidad abusiva incitando a realizar un servicio supuestamente obligatorio.

Durante varios días la llamaron y acosaron  por teléfono para que realizase una revisión del gas en su vivienda; ella se negaba argumentado que Gas natural ya la había realizado, pero  el comercial insistía en que era obligatoria; la amenazaron diciendo que si no la realizaba le cortarían el suministro del gas y que ella sería responsable de cualquier accidente. Temiendo las consecuencias, consintió en hacerla a un coste de 60 euros.

GasSe presentaron en su domicilio efectuando una  rápida revisión. Finalizada la misma le dijeron que tenía un coste de 267,05 euros. Ella se quejó del importe,  les dijo que era pensionista y no podía pagar tanto dinero, hicieron caso omiso indicando que reclamase a la empresa, pero que tenía que pagar en el momento y en efectivo. Amedrentada por la situación, una persona mayor sola en su domicilio con dos individuos, hizo frente al pago ya que acababa de cobrar la pensión de 600 euros, siendo consciente del perjuicio económico que le suponía. Me puse en contacto con la empresa y al pedir explicaciones la persona que me atendió intentó embaucarme  no sabiendo explicarme el servicio que habían prestado, y al carecer de argumentos terminó colgándome el teléfono de muy malas maneras.

He puesto una denuncia en el Ayuntamiento de Madrid, aunque con tanta corrupción ¿a quién le va importar el abuso de nuestros mayores? ¿Servirá pará algo? Ya no es cuestión de recuperar el dinero, sino de que no vuelvan a engañar y abusar de personas mayores e indefensas amparándose en la legalidad.

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Por Diana [15-2-2013]

“No hay duda, es un timo”

Mi carta es en apoyo a la publicada el 13 de Febrero, escrita por Soledad Navas [sobre estas líneas]. Mi madre tiene 60 años, no vive sola. Recibió una llamada de un supuesto técnico de gas para realizar la revisión cuanto antes, en esa misma tarde, que costaría unos 60 euros y que era obligatoria… mi madre, desconfiada de esa llamada, les dijo que nadie la había avisado antes para hacer esa revisión y que no le venía bien en ese momento. Minutos después volvió a llamar, la misma persona, diciéndola que estaban ya cerca de su domicilio e insistiendo en que iban a proceder a realizar la revisión… Mi madre, más mosqueada aún todavía, les dijo que no fueran a su casa porque no les iba a abrir la puerta y les colgó el teléfono. Unos cinco minutos más tarde volvieron a llamar, insistiendo más aún en la urgencia de esa revisión; mi madre ya no les dejó hablar más y les dijo en un tono muy contundente que bajo ningún concepto se atrevieran a presentarse en su casa, y volvió a colgar el teléfono. No acudieron al domicilio.

En cuanto me lo contó recordé la carta que había leído de Soledad. No hay duda, es un timo y estoy casi segura de que buscan a personas a partir de cierta edad. Afortunadamente, a mi madre no lograron estafarla. Quiero poner así en aviso a todas las personas para que no se produzca ninguna estafa más.

Huelga a la antijaponesa

Por Julián Salas Camarero

Estoy cansado de que los zánganos no secunden las huelgas y de que sean siempre las personas más trabajadoras las que lo hagan. Hay excepciones, claro, pero esa es la regla (mira a tú alrededor si tienes dudas). Resultado: el daño económico y el riesgo de represalias siempre lo padecen los que menos lo merecen.

Para evitar tamaña injusticia propongo lo siguiente: la huelga a la antijaponesa. Si en la japonesa se trabaja más para provocar grandes trastornos a los empresarios (exceso de producción, caída general de los precios…), la antijaponesa consistiría en hacer lo menos posible y no hacer trabajar a los demás. Esto es, no mandar trabajos a los compañeros y ralentizar en la medida de lo posible lo que nos manden hacer. Vamos, trabajar como lo hacen los zánganos que no hacen las huelgas. Para ello habría que simular que trabajamos mucho: mover papeles, quejarse, bufar, hablar por teléfono (con la familia y bajito), estar media hora en el baño… (Si no sabes cómo, fíjate en tus compañeros esquiroles, son profesionales en hacerlo sin que se les note.)

Ventajas: descendería la producción, no nos tocarían el sueldo y los vagos, por fin, apoyarían la huelga. Éxito total.