Cada vez que pregunto a mi entorno si es posible retrasar la edad a la que nuestros hijos acceden al móvil, parece que haya dicho la mayor de las aberraciones. «No, no es posible, no puedes» me dicen alarmados la mayoría de padres, madres y muchos maestros. De su expresión se diría que acabo de pronunciar un sacrilegio. Como si el tener móvil a una edad temprana fuese un derecho prehistórico adquirido por nuestros vástagos y no un reciente experimento colectivo repleto de riesgos inimaginables.
A raíz del impacto mediático que han tenido los trágicos intentos de suicidio y suicidio del pasado mes en nuestro país, en concreto las gemelas de Sallent y Pol, el joven de la Ràpita, el psicólogo Francisco Villar, coordinador de conducta suicida en adolescentes del hospital Sant Joan de Déu realizó las siguientes declaraciones, relacionando el suicidio con el acoso escolar y el uso de móviles: “con los smartphones, el bullying no se acaba en la escuela, te persigue hasta casa, en todas partes”. “Los niños no tendrían que tener móvil hasta los 16 años porque tiene un efecto dramático, sobre todo, en las chicas. Antes de los 16, es como si le dejo el coche y atropella a una familia. ¿De quién es la culpa? Es mía. Y no es una batalla perdida. Lo tenemos que hacer entre todos, en grupo”.
Pero ¿Qué significa hacerlo en grupo? Pues tomar medidas conjuntas entre los padres y las madres con otras familias y también con la escuela. En nuestra ya individualista sociedad, la pandemia de COVID agudizó la percepción de nuestro aislamiento, evaporando de nuestras mentes la posibilidad de realizar acciones conjuntas como ciudadanos. Bien, pues tal vez haya llegado la hora de recuperar esta capacidad esencial en todas las esferas vitales, también en la educación de nuestros hijos.
En el tema que nos refiere, lo podemos hacer rebelándonos frente al discurso único que dice que no podemos retrasar el uso del móvil/smartphone/redes sociales de nuestros hijos. Por supuesto que podemos. De hecho muchas familias ya lo están haciendo para empezar las de los gurús de Silicon Valley, como es bien sabido, que limitan de forma radical el acceso a pantallas de sus hijos, hasta el punto de contemplarlo en los contratos de sus niñeras. En el mismo sentido, Penélope Cruz afirmaba en una entrevista reciente, su determinación de mantener alejados de las pantallas a sus hijos hasta los dieciséis años. Afortunadamente, posicionamientos similares, no se limitan a ricos y famosos, como demuestran casos como el de Sole Domínguez y su familia.
Para conseguir posponer el uso de los dispositivos móviles de nuestros hijos, será de gran ayuda el juntarnos con otras familias con la misma determinación para apoyarnos los unos a los otros y evitar que los niños se sientan los raros de la clase. Como constato con familias que han elegido esta ruta, hacerlo no resultará fácil. Sin embargo, afrontar esta delicada decisión con valentía y determinación es nuestra responsabilidad como madres y padres, pues en un sentido u en otro, lo que hagamos nos pasará factura. Si seguimos la corriente de lo que hace todo el mundo la factura llegará potencialmente con problemas de desórdenes alimentarios, bullying, abusos sexuales, o incluso suicidio, por nombrar solo algunos.
En cambio si lo logramos, estaremos preservando la salud mental e integridad de nuestros hijos ayudándoles a alcanzar su potencial, al menos durante unos años críticos para desarrollo. En cualquier caso, el momento de librar esta batalla es ahora, antes de que sea demasiado tarde.
Te puede interesar:
¿Es posible adelantar los años que necesita una generación para aceptar los cambios de la nueva sin tener que censurar, demonizar, criminalizar las novedades porque, como siempre, prefieren censurar y no educar y cuando educan lo hacen mal porque el temario está lleno de tabúes y prejuicios?
01 marzo 2023 | 9:12 pm
Internet y los móviles no son un cambio de la generación nueva, sino de la anterior. Productos para adultos. Los niños y adolescentes actuales, que lo sequirán siendo hasta cerca de los 30, viven atascados en los avances y libertades que consiguieron las generaciones de sus padres y sus abuelos. Va a hacer mucho frío ahí afuera cuando ya estéis vosotros para hacer que esto funcione…
01 marzo 2023 | 11:20 pm
Hay que sacarla del fuego,que con darle más vuelas no ofrecerá mejores resultados.
Se habla de «adultos». Ese es otro mantra de quienes no quieren participar en la educación de los «menores» atendiendo al concepto que se tenía de menor en épocas pasadas, no digo ya prehistóricas. Un menor de hoy le da mil vueltas a los de aquellos tiempos, no digo ya a algunos «mayores» de estos presentes.
Y cuando se quiere educar en el presente, con las realidades del presente, prefieren cegarse y ampararse en las bondades de las épocas del nodo y similares que negaban rotundamente las realidades cotidianas de las gentes.
Todo es como el pezón en instagram. Se hacen creer que nunca lo han visto, y si lo han vito se desmemorian, y si se desmemorian son dignos y es la mejor manera de educar. Pasa que hoy el campo es más amplio, la juventud es más lista, ha visto más cosas, conoce más la verdad solapada de antaño y pasan olímpicamente de las medicinas alcanforadas, desnatadas y descafeinadas que dan en algunos medios para «curarlos» incluso habiendo pasado por los tiempos que dicen de libertad y no sé qué más que vivieron en sus épocas saladas… El pez que se muerde la cola no mira adelante ni al entorno en el que otros pececillos moran. Y harto de la cola, qué querrá comer tortilla…
02 marzo 2023 | 4:13 pm