Un ataque de ansiedad colectivo hace que se intenten fugar todas las participantes de ‘La isla de las tentaciones’

Rosario, respetando la intimidad de sus vecinos. (FOTO: TELECINCO)

Los mongoles emperrados en cruzar la Gran Muralla China para matar, quemar y robar eran gente tranquila al lado de las participantes de La isla de las tentaciones, que intentaron un asalto a la villa de al lado que si llega a ser la de Pablo Escobar el señor se rinde sin protestar.

Y es que a las chicas les dio un ataque de ansiedad colectivo, en el que se fueron alimentando las unas a las otras y acabaron todas medio histéricas, oyendo cosas raras y empeñadas en ir a ver a sus novios. ¿Para qué? Ni puñetera idea, pero ellas resueltas a ir, como si les fuera la vida en ello. E iba, pero la vida de sus novios, porque los pillan en ese estado de nervios y no responden.

Vamos a contar la historia desde el principio. Estaban las chicas después de la hoguera y de ver las imágenes de sus chavales que detrás de la oreja no tenían una mosca, tenían un abejorro del tamaño de un melón.

En un momento dado Gal.la oyó música en la villa de al lado y empezaron a convencerse entre ella y Zoe que la villa colindante era la de los chicos. Sí, claro. Es lo más tonto que podría pensarse, pero a ellas les pareció lo más normal del mundo. Es como si pones un gallinero al lado de una madriguera de zorros.

Y aunque los solteros les decían que no podía ser, ellas empezaron a decir que sí, que se oía música. Gal.la, entrando ya en el histerismo le dijo a Zoe: «No puede ser». Y Zoe, calmada como un chihuahua en una mascletá, se puso a decir: «Por qué no puede ser, por qué no puede ser, por qué no puede ser, por qué», con un tono que se lo dice al psiquiátra jefe de un frenopático y el señor se coge la baja laboral.

«No estoy loca, que no estoy, que no estoy», decía en bucle Zoe, desmintiéndose a sí misma un poquito más con cada «no estoy loca».

«¡Están ahí, acaban de decir ¡Ese es Darío!», dijeron ella y Gal.la, porque oyeron un grito en la villa de al lado. Cabe destacar que en República Dominicana Darío es como aquí el José de José María, José Luis, José Felipe, José, A Secas, etc.

«Te lo juro por mi hermana pequeña que están ahí», dijo Zoe. Me da que han jurado más por esa pobre chiquilla que por Dios. En primer borrador de Los Diez Mandamientos ponía: «No tomarás el nombre de Dios ni de la hermana de Zoe en vano», pero quitaron lo de Zoe porque era menos conocida.

Y empezaron todas a ponerse histéricas ya todas, dando vueltas las unas junto a las otras, chocándose, yendo y viniendo, murmurando cosas y haciendo cábalas a cada cual más incomprensible.

«SON ELLOS», dijo Zoe y salió corriendo porque ella no está loca y es la persona indicada para mandarla a la conquista de Marte en un viaje de tres años por el espacio por su mente fría y calculadora y su capacidad para el autocontrol y la gestión correcta de las adversidades.

«Alvarooooo, ALVAROOOOO«, se puso a chillar Rosario con voz de urraca afónica. En serio, que a mí me interroga Rosario y se me pone a gritar así al oído y le confieso lo que ella quiera, desde haber matado a los dinosaurios a ser el inventor de la pizza con piña.

Así que intentaron internarse en la selva más allá de los límites de su villa y eso parecía el Jumanji del césped artificial. Y al avanzar se encontraron con una valla de cañizo y se pusieron a espiar al otro lado.

Y OH, SORPRESA: NO ERAN SUS NOVIOS.

Había gente, pero no eran sus novios. SÍ: SE PUSIERON A MIRAR A LA CASA DE ALGUIEN.

La próxima vez que compréis una casa asguraos de que estas chicas no estén cerca, porque como digáis algo que les suene se os plantan en la ventana a ver si sois o no sois. Y joder qué susto mirar para fuera y ver a Zoe mirando fíjamente y diciendo «no estoy loca, no estoy loca». Te haces paté de oreo encima.

«No son, no son, porque nuestros novios son más guapos», dijo Sandra. O sea, que a los pobres desgraciados de los vecinos, además de espiarles, les llamaron feos. Esa gente no vuelve a alquilar apartamentos. La próxima vez se van de vacaciones a un búnker.

«Parecemos tontas», «parecemos gilipollas», se dijeron entre ellas, pero sólo después que la valla les frenara y cuando ya era evidente de que habían metido el cuezo. «Había uno bajito que no me cuadra con nadie», dijeron. Joder. Te gastas una pasta en una villa en la playa en República Dominicana y te espían, te llaman feo y te dicen que eres bajito. Depresión gratis.

Sandra aún empeñada en que los chicos andaban cerca, porque ella es como un cerdo trufero de los novios infieles, los huele, dijo que detrás de esa villa había otra y que la villa de los novios era la de detrás. Así, descartando villas podían haber estado allanando moradas de allí a Argentina.

«Me puedo montar lo que me salga del pichín», dijo Rosario sobre sus pajas mentales cuando los chicos le dijeron que se estaban imaginando cosas raras. A Rosario del pichín le salen cosas raras. La gente pensándose que la eyaculación femenina mola cuando Rosario es capaz de sacarse películas. Y encima dramas.

«Vamos a parecer aquí las locas de España», dijo Sandra. NOOO, Qué va. NO, POR DIOS, NO. Cualquiera habría hecho lo mismo que vosotras. Cualquiera que esté más para allá que para acá, claro.

Y Como Rosario empezó a entrar en razón y a decir que cómo iban a ir a la otra casa, Zoe se cabreó. «Que a tí te importe una mierda tu novio...«, le dijo Zoe a Rosario. Y se lió parda, claro.

«Te he pedido disculpas», decía Zoe y Rosario contestaba con más reproches. Y disculpas. Y reproche. Y disculpas. Y reproche. Y así tres cuartos de hora largos. Si no les interrumpen se van de allí las compañeras, el equipo de La isla de las tentaciones y en el fin de los tiempos se las encuentran los jinetes del Apocalipsis ahí que si disculpas, que si tú me dijiste.

Habían pasado solo dos días en la isla y no habían visto nada y ya estaban que podían llenar unos grandes almacenes de ansiedad y empezar a venderla a granel.

Para tranquilizarse por la noche se pusieron a pensar en cuál de los novios habría caído, porque la alarma había sonado. Sí, el típico juego que te deja tranquilo. Lo mejor para dormir es la dormidina y especular sobre si tu novio se está tirando a otra.

«La ansiedad lleva a la desesperación y la desesperación fabula mucho«, dijo la psicóloga del programa, que es la hija de Yoda y piensa que un jedi lo mismo se va al lado oscuro que se pone a fabular en busca de su novio.

También vimos a las chicas después de las imágenes de los primeros días de sus novios, o sea, lo que desencadenó en buena parte el problema.

Zoe pululaba en torno a la cama mientras las demás hablaban y ella iba farfullando cosas como insultos hacia Josué. «No puede ser, tío, no puede ser, no sé qué hago aquí», decía mientras daba vueltas hablando con el suelo, en un típico comportamiento cuerdo.

«Qué puto asco, qué puto asco de hombre, se lo dije, que no hiciera comentarios de umpa-lumpa», decía Zoe, que claro, hacer comentarios no, pero eh, si quiere mojar el churro con otras, bueno.

«Coges y te la follas o haces lo que te dé la gana, pero a mí me guardas el respeto, le guardas respeto a tu novia«, decía Zoe en su ataque de celos. Eso, follar y eso sí, como si la quieres dejar preñada de trillizos, pero sin hacer comentarios, eso no.

Así que Zoe iba andando por toda la villa hablando en voz alta ella sola. Zoe se queda de náufraga en una isla desierta y ni lo nota.

En un momento dado estaban las chicas en una cama hablando del asunto cuando llegó Zoe llorando a moco tendido, a lágrima viva y hecha una magdalena, la santísima trinidad del drama.

«Perdón de parte de Josué porque es un inoportuno y un umpa lumpa y va a arrastrar a vuestros novios«, les dijo y ellas se quedaron mirándola como a un señor vestido de Espinete de cintura para abajo que te pide fuego en arameo antiguo.

Una vez que consiguieron procesar lo que les decía Zoe le contestaron que si sus novios hacían algo era culpa suya porque ya tenían pelos ahí abajo. Ya se sabe que tener pelos ahí abajo te inculpa de cualquier cosa.

– ¿Mató usted a aquella vieja para robarle un cupón de los ciegos caducado?

– No, señoría, en el momento del crimen yo estaba a 10.000 km, tengo pruebas irrefutables.

– ¿Pero tiene pelos ahí abajo?

– Sí, señoría, pero no sé que tiene que ver y…

– ¡¡CONDENADO, LLÉVENSELO A PRISIÓN Y QUE NO SALGA JAMÁS!

«No puede rebajar su umpalumpismo, [Zoe va a acabar consiguiendo que Arturo Pérez Reverte proponga «umpalumpismo» como concepto en el diccionario] necesita ser el que más liga de España (comienza el sollozo arrastrado) y el que más weefnwrf dww  verferfer fergergteg  efwepffb», ni puta idea de lo que decía entre moco y aspiración. Bueno, algo así como «fhfwbefwfbwewp fwefwrfr».

Y para que Zoe se tranquilizara, dejara de rayarse y volviera en sí, Sandra le dijo: «Josué tiene una pinta de que te la va a liar por tres…». A tomar por culo. Es como encontrarte un cartucho de dinamita y echarlo a la estufa a ver si se apaga.

Seguiremos informando!!

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