Sangre fría en el reality: Se hace un test de embarazo y se va a dormir sin mirar el resultado… para qué

Tom, leyendo el test como el que lee chino. (TELECINCO)

Hay dos cosas que no me entran en la cabeza: los gorros de baño y que no sepas si estás embarazada y pases de saberlo. Es el caso de Sandra en La casa fuerte, que tenía sus dudas. Dudas que trataban de asaltar a Sandra, pero ella tiene unas murallas que ni Constantinopla, y las dudas morían tratando de escalar.

Sandra y Tom, que debe ser que tienen quince años y han estado metiendo el ratón en la madriguera sin ponerle el impermeable porque la palabra profiláctico no les dice nada, pensaban que Sandra podría estar embarazada.

La organización les dio un test de embarazo. Por la mañana Sandra se levantó, le echó el pis a la cosa y… se fue a dormir porque «eso tarda un huevo que flipas». Y se quedó dormida, oiga, más tranquila que un gato al lado de una estufa.

El que no compartía esa tranquilidad es Tom, que desde que supo que podía haber embarazo ha tenido los huevos metidos en el cuerpo como una tortuga bicéfala acojonada.

«Ya me lo he hecho, pero no lo he mirado», le dijo ella a su maromo y Tom saltó de la cama como si hubiera una serpiente. Lo que pasa es que Tom ingeniero no es y a pesar de que en el test ponía «No embarazada» tardó en interpretarlo como media hora.

«Hacemos el amor para no embarazada… entonces no soy fuerte«, dijo después, porque tiene mentalidad de conejo y eso de no preñar lo lleva medio mal. Sí, amigos, Tom asocia la fuerza con la fertilidad. El día que vea un calendario y sepa que está en 2020 y no en 1600 ya verás qué susto.

Le veo matando una gallina y leyendo las vísceras para ver cuál es el día propicio para la fornicación. Y luego veo a Sandra negando lentamente con la cabeza y preguntándose qué habría en el colacao de La isla de las tentaciones.

Tanto es sabido el tema del fornicio sin condón que Samira usó uno para escribir el nombre de Tom en un espejo. Bueno, puso «TOMTO». Samira es así, te hace grafitis con un preservativo. Le das gel lubricante y te pinta una fachada.

«Esto es para que no procree más y así le hace un favor a la humanidad«, alegó la muchacha, que tiene un gran cariño por Tom. Cariño de meterle la cabeza en el váter hasta que dejase de patalear. Ese cariño.

Los comentarios están cerrados.