Marta Peñate se marca un Mercedes Milá y confiesa lo que hace en la ducha

Marta, en postura de relajarse. (FOTO: TELECINCO)

Hace ya unos años Mercedes Milá rompió un tabú social de primera índole: ¿sexual, social, político? No, dijo que meaba en la ducha. Aquella revelación hizo correr ríos de tinta y mucha lejía en bañeras y platos de ducha.

Pues si Milá fue pionera, ahora Marta Peñate, en una entrevista dentro de La Casa Fuerte, ha confesado que también le gusta jugar a ser Desatranques Jaén con su agüita amarilla.

«Cuando estoy en la ducha, con oír el agua caliente, me relajo tanto que orino… qué mal he quedado… aquí no lo he hecho, porque me ducho con agua fría», decía la muchacha. Recordad, si convivís con Marta, u os ducháis antes que ella o apagáis la caldera.

Y es que ya son dos las personalidades televisivas que se declaran fans del río Amarillo o Huang He. En el caso de Marta, espero que no se relaje nunca demasiado en la ducha. No sé si me explico, que hay cosas que flotan y no caben por un desagüe normal.

Y aunque lo de abrir compuertas urinarias allá donde estés tranquila pueda ser discutible, me gusta que Marta sea sincera y no tenga filtros a la hora de hablar estas cosas. Es verdad que la muchacha tiene menos equilibrio que un funambulista borracho en un terremoto, pero se muestra como es y eso es valiente.

Marta también confesó, OH, SORPRESA, que le gusta Albert. El hecho de que le mire como un caniche mira un filete no nos había dado pistas.

Y es que Marta no se cierra puertas. «No he tenido relación con personas de mi mismo sexo, pero sí piquitos absurdos. Pero tener relación con alguien del mismo sexo es algo que no descarto, cuidado, que nunca se sabe», dijo. Claro, eso es abrir tu mercado a todo el espectro de consumidores potenciales, con lo que aumentas las probabilidades de pillar cacho. Matemáticamente impecable.

Volviendo a lo de que Marta tenga un carácter con subidas y bajadas que haría vomitar del mareo a un piloto de caza de combate, dijo que se cambiaría por Mahi, «porque es una chica simpática, alegre, nunca está triste, nunca está embajonada y siempre tiene algo gracioso que decir. Querría ver cómo sería tener un día entero siendo lineal, feliz, con equilibrio».

Creo que Marta una vez estuvo dos horas con el estado de ánimo estable y fue al médico preocupada porque le pasaba algo. La verdad es que, con todas las reservas, es de las que más juego dan en la casa y a pesar de que tiene cosas como para meterla interna en un colegio militar, es de mis preferidas.

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