Maestros de la costura retuerce sus pruebas hasta que consigue hacer llorar hasta al jurado

Lloros de llamar al seguro porque estás calando a la de abajo.

¿Queréis hacer llorar a alguien? ¡No uséis astillas de bambú debajo de las uñas! ¡Nada de ponerles el último episodio de David el Gnomo! ¡Que vá! Ponedles Maestros de la Costura y llorarán hasta que no les haga falta mear en un mes.

Porque entre llevar a familiares, ponerles vídeos de mucha pena y cambiarles y retorcerles las pruebas a la mitad, en el concurso de La1 lloraba hasta el perro de porcelana de la entrada.

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Antes de la primera prueba les dijeron que abrieran sus costureros y dentro había una tablet, que todo el mundo sabe que sirve para coger bajos de pantalones de chándal.

«Ay, qué guay, tecnología», dijo Alicia, que al parecer viene del siglo XIX y lo más tecnológico que había visto es un telégrafo. A Alicia le sigue flipando mazo ver el caballo de hierro del hombre blanco cruzar la pradera. Alicia no se deja hacer fotos porque te roban el alma. Todo el mundo lo sabe.

El caso es que en la tablet había vídeos de sus familiares, niños incluidos. Si al abrir la tablet hubiera salido una cobra escupidora y les hubiera llenado los ojos de ácido habrían llorado menos que con esos vídeos.

Antonio tenía un vídeo con su bebé y tras verlo acabó llorando más congestionado y rojo que colgado boca abajo.

Pa tiene tantos hijos que a ella no le habían puesto una tablet, le habían puesto una tele de 56 pulgadas. «Todos los días se come y se lava la ropa», le dijo su marido en el mensaje grabado y sólo le faltó posar con un periódico del día para darle a Pa una prueba de vida.

En el vídeo de Mahi se veía a sus padres, pero lo destacable eran los retratos de primera comunión que tenían en el salón, a tamaño natural, en los que Mahi no llevaba peluca ni esas pestañas que se pone, que parecen el alero de un convento.

Alicia lloró con el vídeo de sus padres que le chorreaba la cara más que un gordo en una sauna. Como sólo estaba echando lágrimas como un aspersor, y al programa le debió parecer poco, le dieron una carta de su padre que habría hecho llorar a Cruella de Vil.

Eduardo tenía un vídeo de su abuela. Creo que para demostrar que tiene, porque se echa tantos piropos él solo que parecía que no. Pero lo que también tiene es corazoncito y lloró.

Me encantó la familia de Luisa, que le dio ánimos con un ansia y un tono que más que en un programa de costura parecía que estaba jugándose el título mundial de pesos pesados contra Mike Tyson. A Luisa se le empañaron las gafas y tuvo que poner la calefacción por las rejillas de la luna.

Alvaro y Arnaud son los creadores de la firma Alvarno. Joder. Ni la alta costura se libra de la horterada de poner nombres fusionando el de los dueños. Así tenemos el bar Marinuel (Marisa y Manuel), la mercería Luisanda (Luisa y Fernanda) y el sex shop Felar (Fernando y Lara).

«Y dale con los anglicismos, que esto es la tele española… el oufit… ¡nuestros trajes!«, dijo Caprile ante la manía de Palomo Spain de decir una palabra en inglés de cada tres. CAPRILE FOR PRESIDENT.

El caso es que tenían que hacer unos trajes típicos de México (le tocó a Antonio), Japón (le tocó a Alicia), Marruecos (le tocó a Mahi), Tirol (Pa), India (Jaime), Rusia (le tocó a Luisa) o China (para Eduardo).

Caprile sigue obsesionado con que los concursantes no malgasten tela, que es muy cara. Creo que a alguien en RTVE le estaban dando los sudores fríos pensando en lo que les cuestan las telas. El próximo programa que produzca TVE va a ser Maestros de los Retales Baratos o Maestros del Papel Higiénico.

Mahi ayudó a Eduardo durante la prueba, pero cuando Mahi tuvo problemas con la máquina de bordar fue Alicia la que salió corriendo a ayudarla. Yo la veía corriendo hacia Mahi mientras una luz celestial se encendía entorno suya. Cuando Supermán está en problemas llama a Alicia.

A Eduardo le pareció que su maniquí era «raro». Para Eduardo que un maniquí tenga brazos y tetas es «raro». Eduardo sólo quiere vestir a señoras mancas con talla de sujetador de tabla de planchar con pezones.

El caso es que Alicia cosió el kimono como para ponérselo a Peter la Anguila, porque no se le podía dar la vuelta y sólo se podía acceder reptando. Alicia va a montar un taller de costura en horizontal y sus clientas van a tener que entrar como si hubiera alambre de espino y estuvieran disparándoles desde una trinchera. He aquí una clienta de Alicia, llegando al taller.

drunk fucked up GIF by Tomas Ferraro, Sports Editor

El caso es que mientras los concursantes esperaban en otro lado metieron a los familiares en el plató, para que ellos eligieran el traje que pensaban que había hecho su familiar. El caso de Eduardo era fácil: su traje era el del maniquí sin brazos. 

Después dejaron que los concursantes se fueran encontrando con sus familiares uno por uno. Caprile, que es más tierno y sensible que un queso de Burgos encima de una lavadora, se emocionó.

Al parecer Alicia y su madre van al gimnasio juntas, de compras juntas, cosen juntas… espero que tengan dos baños separados. «¿Y tiene que venir el día que me he equivocado?«, dijo Alicia, que es de las que se quejaban cuando sacaban sólo un 9,5 mientras tu mirabas tu 5 de mierda todo orgulloso.

Antonio se encontró con su mujer y le dio un abrazo que no la dejó preñada encima de una máquina de coser porque había gente mirando. Aunque peor fue lo de Luisa y su marido que se dieron unos besos y unos arrimes de cebolleta de seis rombos (ay, millenials, que no sabéis qué son los rombos…).

El padre de Mahi dijo que «nunca un padre estuvo más orgulloso que yo de ella«. Eso es cierto, tienes que estar muy orgulloso de tu hija para poner una foto de su comunión de tamaño póster en el salón.

Palomo Spain dijo que llevaba sin llorar ocho o nueve años y que ese día le había tocado. Y lloró lo de los nueve años seguidos. A Palomo Spain llorando así le llevas al desierto del Sáhara y te monta un cultivo de arrozal.

baby doll crying GIF

La madre de Eduardo llevaba puesto un diseño del retoño. «Eduardo dice que eres una Vedette«, le dijo Raquel Sánchez Silva, y la señora respondió: «pues como él».

Eduardo aprovechó para chivarse a su madre de Caprile, que le regaña. «Él no sabe lo que le espera cuando salga de aquí, él no me conoce», dijo la señora. Si yo fuera Caprile me compraba un chaleco antibalas.

Pero lo decía en broma, porque la mujer tenía mucha guasa y era bastante maja, así que al final le dijo a Caprile: «dadle caña, toda la disciplina que le deis le viene bien, porque él es muy suyo y por donde mete la cabeza quiere meter el cuerpo», dijo la señora.

La mujer de Jaime, embarazada de más de siete meses, también fue al plató. Hubo mucha emoción en el taller, tanta, que la señora estuvo a punto de romper aguas encima de los rollos de tejido. Y claro, se habría llevado una bronca de Caprile por estropear tela.

Como la madre de Eduardo se equivocó y pensó que el kimono era el que había cosido él, el muchacho respondió: «Ese era de mi archienemiga Alicia, esa rubia tan perfectilla«, mientras la madre ponía caras de Lina Morgan tomando LSD en Hostal Royal Manzanares.

El caso es que Antonio fue el mejor de la prueba, porque el jodío se pone a coser y no conoce. Si a Antonio le das media hora le hace un traje con camisa para todo el puto ejército de guerreros de terracota. Si le das media hora más te hace hasta chalecos a juego y te los deja vestidos.

La peor fue Alicia, aunque en realidad el kimono estaba bastante mejor que otros, pero claro, lo había acabado por las bravas, que poniéndole el traje a su maniquí parecía Hulk intentando ponerse un pantalón de la talla 38.

«Eduardo, voy a seguir en la misma línea porque tu madre me ha dado carta blanca«, le dijo Caprile a Eduardo, que a partir de esta prueba va a valorar las prendas de Eduardo con una pistola taser en la mano.

Para la prueba de exteriores el jefe de taller fue Antonio. Sí, de los dos equipos. Y como se le ocurrió decir que los equipos estaban equilibrados y que Eduardo era uno de los «pinches», pues Eduardo se rebotó, porque al parecer debía haberle dicho que es el puto amo y que a su lado Karl Lagerfeld no vale ni para coger bajos.

Para la prueba aparecieron Miranda Macarrón y Paula Andevás, que tienen la palabra postureo tatuada en una nalga y son influencers y bloggers de esas que piensan que si no subes una foto a Instagram cada 15 minutos el móvil explota. La prueba consistía en hacerles un vestido a medida a cada una de ellas.

Gracias a Raquel Sánchez Silva, que para complicar las pruebas sólo le falta soltar perros rabiosos en el plató mientras le pega fuego a todo, Miranda Macarrón decidió que quería que su vestido tuviera todos los putos colores que el ojo humano es capaz de distinguir. Y claro, eso complicó el vestido, que ya puesta la muchacha podría haber pedido para cinturón un puto acelerador de partículas.

Hoy en cosas que se ponen los miembros del jurado, empezamos por el ojo que llevaba colgado del cuello Palomo Spain, que yo pensaba que lo del tercer ojo era el ano, pero no, es uno que se lleva en la garganta. El caso es que los tres ojos de Palomo tenían la misma expresión de pasar de todo que si aparece Buñuel se lo rebana.

Palomo, con el tercer ojo. (TVE)

María Estoté llevaba una de esas combinaciones que si a mi me preguntan y lo veo en las perchas habría dicho que pegaban lo mismo que Torrebruno con Naomi Campbell. Pero luego le veías puesto un jersey amarillo de un tono que si lo ve Piolín se lo intenta copular y una falda blanca con líneas asimétricas y le quedaba de puturrú de fuá. O sea, muy bien.

Raquel Sánchez Silva llevaba un vestido estampado de flores como para camuflarse delante de un rosal. Si un día camináis por una rosaleda que sepáis que Raquel Sánchez Silva puede salir de la nada y atracaros sin que os deis cuenta.

¿Dónde está Raquel? (FOTO: esmadrid).

El caso es que las dos bloggers tenían que subir una foto con los vestidos puestos a sus redes sociales. Así lo hicieron. Y lo mismo les cayó algún que otro unfollow. Pero no muchos… alguno… vamos, que ahora en sus redes sociales tienen dos seguidores: su madre y una cuenta falsa que se han hecho ellas para no tener sólo un follower.

Total, que a la prueba de expulsión se fueron Luisa, Eduardo, Pa y Antonio, al que le metieron ahí no sé muy bien por qué.

Y si antes digo lo de hacer Maestros del Reciclado para ahorrar, pues van y lo hacen. En la prueba de expulsión había telas y materiales que provenían de materiales reciclados, botellas de plástico, una red de pesca… espero que esa red no oliera como la de un puerto, porque si no, lo único que podías hacer es un traje de besugo puesto a secar al sol.

El caso es que llevaron a un tipo que tiene una empresa llamada Ecoalf que coge cualquier cosa de plástico y la convierte en una prenda muy chula. También había una señora que también es influencer de esas que hizo un discurso de entrevista de concurso de Miss Universo.

El caso es que en la prueba, como en casi todas, Antonio fue el mejor y sin pedir ayuda. Pero le pusieron más pegas que a Antonio Lobato para trabajar en Loreal. «No podemos admitir que trabajes sólo a un 20% de tus capacidades«, le dijeron al pobre muchacho, que si lo llevas a un taller ilegal de costura en un sótano, cose tan deprisa que los compañeros le empiezan a llamar pelota.

A Eduardo le piropearon porque su chaqueta de neopreno le salió muy bien. También a Luisa, que se apañó requetebien…

Y se fue a la calle… ¡¡PA!!

Y hala, más lloros. Y más lágrimas. Luisa llorando como si a Pa la fueran a fusilar. Jaime llorando como si a Pa la fuera a tirar a un foso con leones. Alicia llorando como si Pa tuviera que llevar el anillo único a Mordor. Eduardo… Eduardo bien, gracias.

Y se acabó lo que se daba, amigas.

9 comentarios

  1. Me encanta la crónica que has hecho con tanta ironía. La verdad es que como seguidora del programa que lo ha estado esperando desde hace muuuucho tiempo (de hecho desde que se rumoreaba con un tal «cosido a mano»), me siento con la capacidad de ser crítica con cómo se está desarrollando. Me parece una idea muy chula que no termina de cuajar; el programa se basa en hacer una putada tras otra a los aprendices, no entiendo ese concepto de reality en el que se busca tanta caña. Antonio fue a la prueba de eliminación por puro morbo. Qué sentido tiene que te pongan a copiar un vestido adaptándolo a las medidas de una persona, pero que no te dejen tomar las medidas (porque sólo les daba 3 minutos, y así no se puede medir bien, te lo digo yo que lo hago a diario). Veo vacíos de contenido, faltas de concordancias y un pelín de mala uva en el programa. Muchas cosas buenas, pero cosas negativas que es necesario pulir!!!

    27 marzo 2018 | 12:04

  2. Dice ser Amoa

    Esta etapa lacrimógena ya no me está gustando tanto, qué pereza…

    27 marzo 2018 | 12:15

  3. Dice ser Rosa

    Todo vende en la TV!!!

    27 marzo 2018 | 12:48

  4. Dice ser josep333

    He visto algunos momentos del concurso y mi conclusión es:
    El bobierno nos quiere convertir en modistillas (algo necesario, pues debemos aprender a remendar la ropa ya que con los sueldos actuales no puedes comprar de nueva) a base de mostrarnos toda una extensa exhibición de mariconchis.
    Bueno… aun se salva alguna chavalita de buen ver…

    27 marzo 2018 | 12:51

  5. Dice ser Lola

    Lo de ayer parecía un culebrón, sólo faltaban Luis Alberto y el papuchi.

    27 marzo 2018 | 17:15

  6. Dice ser mehagolasueca

    Ay qué bueno tú resumen!! Ya puedo tener un día de m…. que te leo y se me quitan todos los males. Por cierto, en la imagen que has puesto de Palomo se me ha venido a la mente Albert Rivera. La verdad es que pasarían por hermanos no crees?

    27 marzo 2018 | 18:07

  7. Dice ser Berta

    Te puede gustar el programa o no. Que fuera lacrimógeno, pués vale. Pero la crónica me parece de lo más soez…

    27 marzo 2018 | 19:22

  8. Dice ser Jordi

    Vaya dias, entre el programa de ayer y la detención de Puigdemont no he dejado de llorar

    27 marzo 2018 | 20:47

  9. Dice ser ajimort

    El caso es que he contado 8 o 9 veces la misma expresión al principio de los párrafos

    27 marzo 2018 | 22:49

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