La promesa del amor vence a la del sexo en ¿Quién quiere casarse con mi hijo?

Vamos con la segunda parte del resumen de lo acontecido (da danta penica que debería decir el resumen de lo cariacontecido) en ¿Quién quiere casarse con mi hijo?

 

ROI

Su madre y demás parientes que no quieren hacerle daño con la verdad dicen siempre que Roi que es sofisticado. Cuando ellos dicen sofisticado mi cerebro registra como oída la palabra hortera.

Hola, me pongo pantalones de colores chillones que harían avergonzarse al payaso de Micolor y zapatos raros y creo que soy sofisticado. ¿Habéis visto esa gente que combina pantalones de chándal con camisa? Yo sí. Llamé a Chuck Norris y él se ocupó de los susodichos. Ahora combinan mármol, cruz y un agujero en el suelo. Pero de buen rollo.

El caso es que Roi salió de paseo con Puppy en su versión no demoníaca. Puppy se siente apartado de los demás, porque piensa que está para hacer la gracia. No, hijo, no, te cogieron porque te pareces a Brad Pitt en Troya.

De cualquier modo yo, que tengo un olfato para los negocios que incluso trabajé muchos años olfateando trufas, he decidido escribir la historia de Puppy, la historia de una drag-queen ninguneada que emocionó a Spielberg.

Y como lo de Puppy fue como irse de paseo con un hermano vestido de marinero en su primera comunión, Roi se llevó de paseo a Edgar, que para mí que a ojos del interesado está más para mojar pan.

Y se fueron los dos a practicar esgrima, que es el deporte de Edgar. ¿No lo habíais notado porque tres de cada dos palabras son touché?

A Roi no le molaron los calzoncillos de estampado de rositas de Edgar. Normal. Hay que pensar que Roi asociaba aquello con introducir su pequeño Roicito en un rosal y los rosales tienen espinas. No apetece.

Lo que pasa es que Roi debería cerrar la boca, porque a continuación y como no le gustó la ropa de esgrima, se puso encima la ropa interior de su abuelo, como bien dijo Edgar. Lo que Edgar no sabe es que aquella ropa no era del abuelo, sino fruto del saqueo de tumbas de un camposanto cercano.

Y se pusieron a esgrimear. A ver cómo os lo describo… si hubiera sido un combate de verdad Roi habría servido para colar los espaguetis. Edgar lo pasó a cuchillo literalmente y lo dejó lleno de moratones que parecía un puñetero cardenal vestido de domingo.

De premio para el ganador Edgar pidió un besito. Aquí todo el mundo quiere un beso de premio. ¿Es que la gente no sabe lo que es el dinero?

Como se enteren en la CEOE las nóminas van a venir en besos. Y vete tú al frutero de mi barrio a darle besos por un kilo de puerros. Antes me muero de hambre.

La madre de Roi, que tiene un dedo índice que nunca sabes a dónde está apuntando, se llevó a Sergi a recoger al bar. Sergi aprovechó para venderse. Lo malo es que el chaval es muy moderno y muy skater y muy de tatuajes y pendientitos, pero no ha cogido una escoba en su vida.

Mientras, descubrí con gran agrado que Roi es un cinéfilo muy cultivado y de gran criterio, amante del cine de Murnau, Kurosawa, Bergman, Wilder… por eso propuso ver «alguna peli de maricones absurda«.

Se acabó no voy más a ninguna sala de cine que no programe pelis de maricones absurdas. El año que viene no os perdáis la gala de los Oscar, porque saldrá Robert de Niro a decir: «Y el Oscar para la mejor película de maricones absurda es para…».

Y es que Roi está desatado. Le besa alternativamente y cuando nadie le ve a Edgar y Sergi como si en lugar de besarles se los quisiera comer. Frotaban los morros que si les pones un poco de yesca cerca pueden hacer fuego. Si algún día queréis lijar una puerta sólo tenéis que ponerle una foto de Edgar y Roi os la lija con los morros.

Y se fueron a dar una vuelta en un velero.

La tía Victoria Abril de Roi se acopló como el que no quiere la cosa, porque es una familia muy rica, pero el gorroneo es el gorroneo y me da que no han visto un velero en su vida. El abordaje que hizo la mujer habría sido considerado piratería en muchos países.

Para mi que esta mujer es la líder de un grupo somalí de piratas y fuera de temporada se entretiene abordando veleros…

Eso sí, da grandes consejos. Por ejemlo, a Puppy le dijo que se soltara más. Joder, se lo dijo mientras Puppy estaba vestida de mamarracha rubia con pechos de goma. Sí, iba poco suelta, no te jode.

Hablando de tetas de goma: si veis una dominga flotando en el mar, es de Puppy. Podéis llamar a la Guardia Civil, a los Guardacostas o al chino a que os traigan comida. Todos se van a quedar igual ante la denuncia de una teta solitaria.

El caso es que Roi eliminó a Puppy. Spielberg me compra la historia fijo.

 

VÍCTOR

En realidad Víctor no tiene un hermano gemelo. No, porque en realidad son trillizos. Son Víctor, el hermano gemelo y el recluta patoso.

victor

El caso es que el hermano rapado de mirada inquietante antes era peluquero y ahora masajista. Claro que sí, leche, la reconversión profesional es importante.

Aunque lo cierto es que el diploma de quiromasaje tiene toda la pinta de haberlo sacado de Internet y haberlo imprimido en casa para luego modificarlo con un poco de tipex y boli bic…

«Lo que más me duele de la espalda es el corazón», le dijo Víctor a su hermano, que lo mismo también tiene un título de cirujano cardiovascular, aunque por algún motivo no le dijo a su hermano que el corazón no es parte de la espalda.

En cualquier caso, es mentira, todos sabemos qué le duele de verdad a Víctor: los cantaritos del amor, los pequeños Jackson Five, los gitanales, los cocos atrofiados, las albóndigas con brocheta… bueno, ya me entendéis, que tiene los huevos como para llevarlos con carretilla.

Su hermano colaboró en aumentar la producción de veneno victoril diciéndole que están todas locas por él, que están locamente enamoradas. Es mentira, pero ¿quién quiere un hermano gemelo que te diga la verdad?

Y claro, como el hermano es sutil como limpiarse el culo con un canto rodao, empezó a preguntarle a Víctor con cuál se iba a quedar. Lo que quería saber el jodío es cuáles se iban a quedar libres. Ya sabéis, para aprovechar el hecho de que tiene el mismo careto que el interesado.

Ya lo estoy viendo: «sí, mi hermano te ha rechazado, pero consuélate conmigo, que me parezco mucho, si tenemos la misma cara, tenemos la misma p… ersonalidad».

Víctor, que es muy de citas trepidantes, se llevó a las chicas a enseñarles qué cosas hacen los BoyScouts. «Confianza y respeto a la naturaleza«, les dijo que era su lema. Lo que pasa es que se las llevó a un parque, con lo que mucha naturaleza en la que confiar no había.

Y a no ser que lo único que hagan los BoyScout sea cantar canciones de misa, tampoco hicieron nada de exploradores.

El pequeño Víctor les enseñó una canción que aprendió de Encarnita la del coro, una monja que desesperada por el chillido rompetímpanos que era la voz de Víctor, le recomendó hacer playback. La monja pensaría que lo mismo se pudría en el infierno, pero que el fuego y la tortura eternas merecían la pena con tal de no oír a Víctor.

Anisley estuvo a punto de reventarle un ojo por aumento de presión a Víctor cuando le enseñó el escote. Bueno, con las peras limoneras de Anisley, duras como para forjar herraduras, lo cierto es que estuvo a punto de sacarle un ojo por punzamiento de pezón.

Víctor rebajó el calentón frotándose con un árbol al que probablemente ha dejado embarazado. Como es un gran BoyScout y ha hecho mucha inmersión en la naturaleza intentó subirse a una rama que estaba a un metro del suelo y no pudo. Si el de El último superviviente tuviera las habilidades de Víctor, el programa se llamaría El último en morir.

Y más emoción: carreras de sacos. El premio era un beso de Víctor. Si soy yo me hago enterrar en la bolsa de basura en la que corrieron con tal de no ganar.

Pero por alguna razón que se me escapa, las chicas sí que querían ese beso, así que corrieron como si les fuera la vida en ello. Ganó Andrea, entre las quejas de Mitsuki: «Jo, Andrea, no se vale«. Le faltó aguantarse la respiración hasta ponerse morada mientras cruzaba los brazos.

Menos mal que Mitsuki no es abogada: «Protesto, señoría, no se vale».

La madre, preocupada por la nueva jamelga que le ha traído su hijo y a la que nadie conoce de nada, se fue con Rebecca de paseo. «Mi padre me llamó Rebecca porque pasó un camión de lejía Rebecca», contó la muchacha. Joder, menos mal que no pasó un camión de Evacuol.

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El salao de Víctor se fue de cita romántica con Anisley a una tetería: «Con las velitas me pongo bruta, gatuela», le dijo Anisley a Víctor, que no supo interpretar lo que le quería decir la muchacha. «Me pongo bruta, gatuela» y Víctor oía «me pongo romántica, creo que voy a escribir un poema», cuando en realidad Anisley estaba diciendo «mi vagina hizo las escenas de riesgo de Tiburón 3. Las escenas de riesgo del tiburón».

Anisley se lo quería tirar allí mismo y él pensando en las mariposas en el estómago. Pero Anisley no iba a dejar que el amor se interpusiera en su camino, así que le comió los morros y se arrimó que no se podía saber dónde acababa Víctor y dónde empezaba Anisley.

En ese momento pinchas a Víctor y no sangra. Más que nada porque sólo tenía sangre en cierta parte de su anatomía. El corazón en ese momento le estaba bombeando aire.

«Estoy hecho un puto latin lover», «un Antonio Banderas», «un Javier Bardem», le dijo después a su madre. A Víctor no le preocupa plantearse porqué hasta el momento de salir en la tele no se le acercaban ni las avispas y ahora las chicas se le arriman. Él es feliz.

La primera a la que eliminó fue a Anisley, porque no sintió lo mismo que cuando besó a Rebecca. Debía referirse a la erección. Pobre, debe pensar que eso es malo.

«Si no es él, pues será otro», «necesito un hombre como yo, un hombre salvaje, no uno que llore por los rincones», dijo Anisley, demostrando estar muy afectada.

La siguiente eliminada fue Mitsuki y como Víctor tiene esa fuerza de carácter, ella tuvo que consolarle a él.

«Víctor es achuchable, se le ve esa carita de perro apaleado«, comentó Rebecca ante la jugada. Víctor, no te fíes, a este tipo de chicos no se los trincan.

 

 

5 comentarios

  1. Dice ser VIVA EL AMOR

    Que bonito es el amor. A mi me encanta Andrea Duro, una actriz española con un grandísimo futuro. Quizás la próxima Paz Vega. ¿La conocéis?: http://xurl.es/27krh

    20 octubre 2013 | 13:05

  2. Dice ser qué poco se ama al sexo

    Mejor la belleza de la naturaleza que la censura en la cabeza.

    20 octubre 2013 | 14:27

  3. Dice ser belleza interior... claro, claro

    Ay sí, qué bonito es el amor que odia tanto el sexo, que lo pone en segundón plano, qué bonito el cerebro que niega la realidad del mundo y de la madre naturaleza, qué bonita la hipocresía y la censura, la falsedad que luego hace correr a la gente a los gimansios para ponerse sexualmente apetecibles, para ponerse igual que el resto del año critica, y como no se consigue vienen las represiones, las envidias, qué bonito todo, qué hermoso es el ser humano reprimido y autocensurado, qué hermosa la belleza interior que no para de pensar malamente y de lanzar insultos e improperios cuando ven un simple cuerpo al desnudo. Qué sano el ser humano torquemada, qué buenos que somos, qué dignos, qué santos, qué puros, que nos divertimos viendo matar animales y lo hacemos bien cultural y bondad de espíritu, qué buena esa belleza interior….
    Ojalá cambie algún día el mundo.

    20 octubre 2013 | 14:34

  4. Dice ser el que lee estupideces

    Que bonito el comentario anterior, lleno de incongruencias y estupideces.

    Supongo que querías decir que después vienen las «depresiones», porque «represiones ahí» carece de más sentido incluso que el comentario en si.

    20 octubre 2013 | 17:11

  5. Dice ser Carla

    El comentario del camión y el nombre es absolutamente genial.

    Carla

    20 octubre 2013 | 21:55

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