Piscinas de bolas para gays; ideas de peón caminero en ¿Quién quiere casarse con mi hijo?

Lo primero que hay que decir es que voy a lanzar una campaña de crowdfunding para recaudar fondos y que los de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? se puedan comprar una escaleta. Sí, porque lo del pobre zagal dando una palmada y dando los datos de metraje de viva voz quedaba un poco pobre.

 

VÍCTOR:

Este chaval tiene un problema. Sí, sí, quizá no os hayáis fijado, pero el muchacho es muy infantil. Dios es muy sabio y por eso puso que a determinada edad nos salieran pelitos en nuestras partes. Es una señal. Es la forma que dios tiene de decirle a nuestras madres que dejen de cortarnos las uñas de los pies, que ya podemos solos.

Pero una de dos: O Víctor tiene los huevos más pelaos que el David de Miguel Ángel o su madre no se ha dado por aludida, porque aún le corta ella las uñas de los pies. Bueno, las uñas, la madre parece una criadora de águilas, porque las garras de su hijo podrían levantar un cordero al vuelo.

Y eso no es todo, también le depila el pecho. Con crema depilatoria. Víctor, por el amor de dios, que al pecho te llegas, joder. No quiero ni pensar en qué pasa cuando quiere zurrar al calvo.

Pero no todo puede ser bueno cuando tu madre piensa que eres imbécil y no te vales por tí mismo. La depilación del pecho llegó después de que el rapaz le contara que había eliminado a Cristina y claro, la mujer se puso con la espatulita a rascar que parecía que estaba sacando el gotelé de una pared. Le hizo una depilación de tercer grado. Se le veía la hipodermis al zagal.

Con semejante trauma la señora Merche, la madre, les pidió a las chicas el teléfono de algún familiar que hablara por ellas.

Andrea le dio el número de su padre y le advirtió de que lo mismo salía «seducida». Las demás se hicieron las suecas que sólo les faltó llevar tatuado el logo de Ikea. Es preocupante cuando no tienes ningún familiar o amigo que pueda hablar bien de ti…

«¿Qué, eh? ¿Un familiar? No, no, murieron todos… y mis amigos también, todos. Hasta el tío que me ponía el pan por las mañas. Todos». Ese es el plan.

El caso es que la de la hamburguesería (ya sabéis, una que se cruzó con Víctor y las chicas y se acopló como una garrapata de kilo y medio) volvió a mensajearle. Le llama ojazos. Yo creo que esta chica se ha equivocado de teléfono. O que quiere salir en Interviú, que todo puede ser. El caso es que las demás se pusieron de uñas.

Un detalle a comentar: las chicas le dieron su rodaja de naranja y de limón del cóctel que estaban tomando para que se las comiera. Y él se las comió con cáscara. Como los gorrinos.

La Guardia Civil ha descubierto que varias mafias en España utilizan a Víctor para hacer desaparecer cadáveres. Los ponen entre un montoncito de verduras pasadas y Víctor se los come.

Hoy, en Las perlas de Andrea: «La japo lo que demostró es que en lugar de gogó es un poco go-golfa«. «Los tres cerditos, una novela de Disney muy chula». Una novela de Disney. Los tres cerditos. Sí, y Vamos a la carga con la cosa que se alarga es un ensayo de Rocco Siffredi.

El caso es que a Víctor le dieron la posibilidad de repescar a alguien o de traer a alguien nuevo.

En un primer momento pensó en Cristina, la amante de los ratones. De los ratones destripados, digo. De hecho, pensé que se acordaba mucho de ella cuando dijo «la echo de menos. El otro día fui al baño y…» ahí pensé que la cosa iba a acabar en tragedia, en una de esas tragedias que sostienen la industria del papel higiénico, pero no, concluyó la frase diciendo «…y todavía hay pelos suyos en el baño».

Pero al final se trajo a la de la hamburguesería. ¿Que quién es esa? Bueno, una muchacha que vio a Víctor con las demás grabando el programa y se subió al tren como lo haría indigente de Texas con armónica y hatillo atado a un palo.

Víctor la recibió con su Ford Scort último modelo con mierda como para que Spiderman se quedara pegado y no por los poderes arácnidos.

«Estás buenorra, nena, ¿sabes?», le dijo Víctor, que es elegante como comerse un moco delante de un cura.

«Me llaman Becci por la película Supersalidos», dijo la chica. Toda una garantía para Víctor, que no es que esté salido, es que nunca ha estado entrado.

La chica también va a hacer criminología y su asesino favorito es Jack el Destripador. Que buen ojo tiene Víctor para las chicas, oye. Es que si no tienen ganas de arrancarle el corazón a la gente con una cucharilla de postre como que no le interesan.

Las demás chicas la recibieron de muy buen grado: «De que coño va la jaca esta, de donde la ha dejado, si es un monstruo de mujer», dijo Anisley, «¿Tienes el pito flojo o… ?», dijo Andrea, y «No es sufrimiento, es dolor«, dijo Mitzuki, desmintiendo los rumores de que se quedó muda al perder la lengua por necrosis tras lamer un sapo alucinógeno del Amazonas.

Y es verdad, si Mitzuki es japonesa yo soy un indio arapahoe. «Con amigas no suelo discutir, porque no tengo«, dijo la sucedánea de japonesa. Normal, hija, si es que la última vez que hablaste con alguien la gente tenía la frente achatada y cazaban mamuts.

Para que no le apuñalaran mientras dormía Víctor pensó que era una gran idea llevarse a Rebeca a su piso de soltero y enseñarle la iguana. La iguana verde y grande, no la pálida y encanijá.

Para cogerla él se puso guantes como para agarrar la catenaria del metro y meter los pies en un charco sin problemas. Aun así estaba acojonado como si fuera lavarle los dientes a un Critter en una lavadora.

Y el mayor de los ridículos llegó cuando ella cogió a la iguana con las manos desnudas sin más. Llamadme antiguo, llamadme retrógado o llamadme que no tengo saldo, pero el nivel de hombría de Víctor se puso al nivel de una ameba vestida de Hello Kitty.

Ella acabó la cita dándole un besito de mariposa que pudo acabar en embarazo si no fuera porque Victor no tuvo redaños de pegar el bocao. Y es raro, porque lo que son sus ojos tuvieron que despegarlos de las pechugas de ella con una espátula.

Al final no eliminó a ninguna de las cuatro.

 

ROI:

En su repesca decidió que quería que volviese Edgar, el muchacho de la pajarita. «Eres la puta mayor del reino«; le dijo con cariño su madre, demostrando a ojos vista que apoya y comparte la decisión de su hijo.

Como Roi es muy sofisticado y tiene mucho dinero y es muy elegante se fue a un chino a comprar cosas para una fiesta hawaiana. Una mierda pinchada en un palo, eso era la fiesta. Eso lo ve un hawaiano y se arroja al primer volcán que encuentre.

Y apareció Edgar en la tienda de los chinos, no sabemos muy bien porqué, con un globo enorme de un señor con pajarita. Y Roi, que le había echado como el que escupe un paluego, se le echó encima como una lapa haciéndole el amor a una roca mientras sube la marea.

Los demás se mostraron encantados con el regreso de Edgar. «Hay que amputarle la pierna» y «ha vuelto Edgar» son sus frases favoritas, no digo más.

Y como si ir decorado como un árbol de navidad de diseño industrial no fue suficiente para llamar la atención, Sergi se chivó a Roi de que los demás le están puteando porque le tienen envidia porque tuvieron una primera cita. Que poco iba a durar Sergi en la cárcel.

Y bueno, ya que estaban, se comieron los morros como el que se enjuaga en el dentista.

Raúl, que ha demostrado ser el único con dos dedos de frente, le regaló una foto de él mismo (de Roi) y le dijo al «genio» que es un egocéntrico que además de tener el protagonismo quería ser… egocéntrico. Sí, vale, no tiene mucho vocabulario el muchacho, cómo os gusta criticar… Total, que como era muy egocéntricor, que él pasaba. Y se fue en busca de nuevos caladeros donde echar la caña.

Gonzalo se llevó a Roi a un jardín infantil con piscina de bolas como lugar romántico para una cita. Si los demás hiciéramos eso moriríamos vírgenes. Bueno, es posible que yo muera virgen de todas formas, pero no estamos hablando de eso.

«Ha sido como una regresión al futuro», aseguró Gonzalo, demostrando que la falta de oxígeno al nacer y la endogamia familiar no le han afectado en absoluto.

«Esto debería ser tendencia: crear piscinas de bolas para gays«, ideó Gonzalo. Es un visionario. Un pionero. Es el puñetero Steve Jobs de los parques infantiles.

Y se marcaron una pelea de gladiadores en la piscina de bolas que terminó como tenía que terminar, con los morros de haciendo velcro con los del otro y después haciendo gruñidos como si se estuvieran enrollando dos zarigüeyas malayas. Y luego se soltaron unas pocas hostias más.

Termino este episodio diciendo que la tía de Roi es Victoria Abril. Y si no lo es, es la que le hace las escenas de acción Victoria Abril.

 

MARI CARMEN

No, no me he equivocado, es que es más importante Mari Carmen que su hijo el de la nariz de la muerte del loro.

«El cigarro, beber y fiesta«, eso es lo único que les importa a las amiguitas de su hijo según Mari Carmen.

¿Y por qué lo sabe? Porque no le dejan ropa para lavar. Porque llevan una semana y no han lavado nada. Probablemente sea porque después de llevar una semana usando las mismas bragas, ahora éstas corren libres por el techo y las chicas no pueden cogerlas.

Y es que Mari Carmen no quiere «mujeres Esponpóticas, Trampóticas». Esos términos los llevas a la RAE y tienes que contratar mendigos para que sustituyan a los treinta y seis académicos que se quedan secos en la silla.

Los del programa, a los que les va la marcha más que a Leti con barra libre, decidieron que fuera Mari Carmen la encargada de traerle a una excandidata de repesca a Fran.

Y eligió a Mariló. ¿Sabéis que los T-Rex no podían verte si te estabas quieto? Pues Fran no puede verte si tus tetas no son como su cabeza. Así que Mariló no le gusta.

Mariló es… es… como una turista inglesa de intercambio que tuvo que forrar el libro de Cincuenta sombras de Grey para que no se le gastara. Página a página. Con celofán reforzado.

«Si el amor entrara por mi ventana cerraría a cal y canto para que no volviese a salir», dijo. Lo que viene siendo un secuestro, vamos.

«Yo sé que tiran mas… pero también hay veces que esas tetas se caen al suelo y comes tierra, cuando a lo mejor puedes tener algo bien y comer cosas de un árbol», dijo. Creo que Mariló trabaja para un grupo terrorista de Papúa Nueva Guinea y esa frase es un código para marcar objetivos. Probablemente las piscinas de bolas.

Me gusta cómo eres, «sencilla, superficial, muy superficial«, le dijo Mari Carmen. Esta mujer es única piropeando. Si alguna vez os dice «apestas como el apéndice corrupto de una mofeta», es que la habéis conquistado.

«Oye, que tampoco soy un orco«, sentenció Mariló. Lo dijo justo antes de pintarse una mano blanca en la cara y salir a la caza de hobbits.

Fiesta en Peal de Becerro. Bueno, fiesta, un botellón en el patio de la casa de Fran.

Éste se llevó a Melania «a dar un paseo». En mi pueblo también éramos mucho de dar paseos a las eras. A la que llegábamos teníamos ya puesto el condón y todo. Pero íbamos sólo de paseo.

«Llevas provocándome todo el día», dijo Fran, que ve en cada gesto de Melania una invitación a la cochinada. El otro día la muchacha se sacó las bragas del culo y él se sintió deducido.

Y se besaron con erótico resultado. Erótico y alimenticio: «El beso me ha encantado pero sabía a chorizo, a morcilla, a carne… con ese beso yo cené», dijo Melania, que no le hace ascos a una buena proteína que venga así, de sopetón.

Y Sara se fue. Ella y los melones a los que conoce como «mis tetas». La muchacha no soportaba que Fran diera más besos que el papa en un bautizo.

Y Mari Carmen se presentó en la casa con Mariló de buena mañana. Y se encontró a Fran con Houda en la cama, lo que le debió sentar genial a Mariló. Lo digo en serio, no le sentó mal, puesto que le dio dos besos a Fran estando Houda a diez centímetros.

Para lo feo que és, hay que ver lo que pide el pequeño Fran: «Mariló no tiene el 70% de lo que yo miro, que es el físico».

Pero Mari Carmen, que es como Horatio Caine, no se creyó que allí no hubiera sexo. «Una mujer de África, que está preparada para eso, que tienen hijos e hijos, e hijos». «Si viene una ola de calor de África que dice el hombre del tiempo y nos derretimos en España, ¿cómo van a ser las mujeres de África? ¡Calientes!».

Si Mari Carmen se hubiera enfrentado en un debate dialéctico con Sócrates ahora le conoceríamos como Sócrates el panadero, porque habría dejado la filosofía.

Y ella esá convencida de que al final Fran se rendirá a los encantos de Mariló: «Torres más altas he visto yo caer, como las torres gemelas aunque esas no se debieron caer nunca, porque por el motivo que se cayeron, eso… ni que decir tiene». Próximo estreno: Historia contemporánea con Mari Carmen.

Como lo de Leo y Alexis se entrecruzó, os lo dejo para una segunda entrega. ¡Permanezcan atentos a sus zapatófonos!

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