Una de las cosas más divertidas de hacer este blog es el placer de encontrarme, de vez en cuando, con los inicios de los inicios de personajes que ahora son estrellas internacionales. Si algo nos encaaaaaaaaaanta aquí es ver a los súper famosos de ahora cuando no eran tan famosos. Y si, además, eran todavía niños, pues mejor que mejor, porque somos muy malvados, sí, pero nos gustan las cosas cuquis.
Así que, como un repaso a las infancias siempre es bien, aquí os traigo hoy 10 jóvenes caritas que, al crecer, se convirtieron en superestrellas: Lee el resto de la entrada »
Matrimonio con hijos yo creo que puedo decir, sin miedo a equivocarme, que está en mi top tres de series favoritas de todos los tiempos. Puede que porque cuando todo eran comedias de familias perfectas y pastelosas se agradecía ver que se podía hacer comedia utilizando la realidad mundana que nos era más cercana a las familias normales de toda la vida, y no las de las revistas.
Empezó a emitirse en 1987 y sumó 11 temporadas y un total de más de 262 episodios, por no mencionar que Ed O’Neill (Al Bundy) y Katey Sagal (Peggy Bundy) son dos tesoros patrimonio de la Humanidad.
Entre todos los líos en que se metieron Bud y Kelly, los dos hijos de los Bundy, hoy vamos a hablar de un capítulo de la novena temporada, en la que Kelly tiene un admirador secreto muy rico que resulta ser un niño de 12 años que la lleva a un baile del colegio. Y en ese baile, entre todos los niños y niñas que aparecían de extras como alumnado del colegio, había una peque con rizos locos pero contenidos a la que se la vio bien cuando estaba sentada en el escenario:
Y sí: si lo estabais pensando, lo habéis adivinado 😀
Esa niña que está ahí sentada es nada menos que Meghan Markle, duquesa de Sussex.
Que esto, claro, no es tan descabellado ya que, como todo el mundo sabe, antes de entrar en la familia real británica Meghan era modelo y actriz. Más conocida, sobre todo, por su papel de Rachel Zane en Suits.
Es solo que hace gracia verla así de pequeña, apareciendo como por casualidad en una de las series de más éxito de aquella década.
Y no deja de ser curioso por qué estaba allí, y es que Meghan, al parecer, pasó su infancia y creció en el set de rodaje de Matrimonio con hijos, ya que su padre, Thomas, era uno de los cámaras de la serie.
Aquello fue en 1995 (tenía Meghan 14 años) y a aquella época pertenece también su aparición como invitada en Nickelodeon para hablar sobre una protesta que hizo que cambiaran un anuncio para televisión, y es que Meghan, por un trabajo para el colegio en el que tenían que analizar diferentes anuncios, envió una carta de protesta a Ivory Dishwashing Liquid por utilizar en su comercial la palabra «ella». El fabricante modificó el anuncio, y Nickelodeon se hizo eco.
Fueron sus únicas apariciones frente a la cámara hasta que empezó su carrera como actriz, propiamente dicha, en 2002, cuando hizo un pequeñísimo papel en un episodio de Hospital General.
Millie Bobby Brown, así cuan largo es, empieza a ser un nombre fácil de recordar en la esfera del cine, especialmente del streaming.
Su rostro se hizo internacionalmente conocido al interpretar a Ce (Once) el que fue uno de los primeros y más grandes éxitos de Netflix, en el verano de 2016: Stranger Things, que ya cuenta con cuatro temporadas.
Sorprende, puede que por la juventud de esta actriz nacida en 2004, saber que ese no fue su primer papel, sino que el primero se remonta a 2013, cuando interpretó a una peculiar Alicia dentro del País de las Maravillas.
La joven estrella, que acaba de volver a lo más alto de la palestra al ponerle piel a Enola Holmes, lleva ya con ella un haber que merece un repaso en nuestro Todos tenemos un pasado. Del último al primero, os traigo los papeles que han llevado a Brown a estar donde está:
Estos días ha habido un par de cadenas de tv que han pensado que era un buen momento para sacar del cajón las cintas disponibles de Misión: Imposible. No vimos ninguna de las de la tele, pero aprovechamos el recordatorio para meternos en streaming a ver las dos últimas, que teníamos aún pendientes: Nación secreta (ya de 2015) y Fallout (de 2018). Puede que precisamente porque la última que yo había visto era Protocolo fantasma, de medianamente lejano 2011, me sorprendió un poco cerciorarme del cambio en Cruise. Es decir, no es que no esté fantástico: es que ya tiene cuerpo de SEÑOR, como el que lucía mi padre en la playa cuando le daba por cuidarse. Pero es que claro, majos y majas, aquí EL SEÑOR está a un tiro de piedra de cumplir 60 tacos.
A esto, por supuesto, siguió irme a internet y hacer un repaso por las imágenes de la primera entrega de la saga, allá por 1996, cuando Tom (nacido en el 62) aún tenía 34 AÑITOS de nada (10 años después, por ubicar un poco, de Top Gun).
Claro, ver el cambio así, todo junto y de repente, es una de esas cosas que te sacan una risilla de medio lao (igual que cuando ves tus fotos de instituto). Y, cómo no, decidí hacerle un post 🙂
Vamos a hacer un recorrido hacia atrás para ver cómo ha ido cambiando Tom Cruise o, mejor dicho, Ethan Hunt, a lo largo de las seis películas de Misión: Imposible.
Sí, hemos caído con todo el equipo: hemos contratado Disney+. Bueno, en realidad lo hemos contratado a pachas con una amiga que también tiene peques. Entre las dos sumamos cinco, nos sale a 12€ por niño y año. Merece la pena.
Pero seamos serios: los niños son la excusa. Y para muestra un botón: lo primero que nosotros vimos fue The Mandalorian.
Muy mal, por cierto, por parte de Disney decidir sacar en España la serie a razón de dos episodios por semana, y no en bloque como ha hecho en el resto del mundo.
Pero no busquemos culpables y centrémonos en las cosas buenas que trae The Mandalorian, como el baby Joda, la fantástica Gina Carano o el tema que nos ocupa hoy: el protagonista, que no es otro que un genial (genial, genial) Pedro Pascal.
Pedro Pascal en la premiere de ‘El ascenso de Skywalker’ en diciembre de 2019 (GTRES)
¿Es cosa mía o parece el primo latino de Liam Neeson?
Por cierto, paréntesis para anécdota: dado que mi compañera Melisa (Madre Reciente) y yo debimos compartir útero una vez, el mismo día que yo pensé que le iba a hacer un post a este hombre ella, a 500 km. de distancia, compartía esto en su instagram:
De modo que sí: ya sé que muchos de vosotros, frikis empedernidos, ya sabéis más que de sobra quién es el mandaloriano y, lo que es más, quién es Pedro Pascal. Pero mucha gente no, así que allá vamos 😀 Lee el resto de la entrada »
Colin Firth es uno de esos actores que a mí me gustan mucho y, por tanto, me es difícil ser objetiva con lo que hace. De hecho lo he reconocido a menudo en este blog: «Esta peli me ha gustado, pero es de Fulano/Mengana que me encanta así que no soy objetiva». Y yo pensaba que no podía haber nada que hubiera hecho Colin Firth que me pareciera, así de plano, una mierda porquería. Pero estaba equivocada. Cuesta imaginarse al protagonista de El discurso del rey, Love Actually o Kingsman haciendo bodrios (y no, no me refiero a El diario de Bridget Jones). Pero resulta que sí: que el bueno de Colin también tiene un pasado feo :O
Y me diréis: «¿De qué hablas, Jess?». Pues todo empezó cuando el otro día nos quedamos sin pilas en la lamparita de leer del dormitorio grande, donde llevamos toda la cuarentena durmiendo apiñaditos los cinco que somos en mi casa (más la gata). Total que como la lamparita se quedó sin pilas dejé la tele encendida un rato antes de dormir porque los niños le tienen un poco de miedete a la oscuridad. Y ahí estaba: una cosa pseudorrefrita adolescente que… A ver cómo os lo resumo: Lee el resto de la entrada »
Hay un subgénero de actores que a mí personalmente me superfascina (o me putofascina o como digan ahora los jóvenes, que yo ya voy teniendo una edad), que son esos que son muy buenos, están en todas partes y, aún así, no los conoce ni el tato. O no conocen su nombre. Esos que, como mucho, en la mayoría de mortales suscitan un «¡Anda! ¡Este!«.
Vincent D’Onofrio nació en el ’59, así que acaba de cumplir 60 castañas y está estupendo. Últimamente podéis haberlos visto en varias producciones potentes. Sin ir más lejos, este pasado 2019 tal vez lo hayáis visto interpretando al Sheriff Romero en Sin piedad (The Kid), de la que también es el director y en la que tenemos a un estupendo Chris Pratt junto a Ethan Hawke.
Y, si sois seriéfilos y os van las de superhéroes, tal vez lo hayáis visto también en el Daredevil de Netflix, en su papel de Wilson Fisk.
¿Sabéis dónde empezó Ryan Reynolds? Pues el señor Reynolds empezó en los ’90 en una teleserie infantil/adolescente con una carita que cuando lo veáis no vais a aguantar la sonrisilla.
Pero vayamos por partes: ¿Tenemos claro quién es Ryan Reynolds? El de La La Land no, el otro:
Este chico tan majete, hay que decirlo, estuvo a puntiiiiiiiiiiito de cargarse su carrera con esa cosa… Ya sabéis a qué me refiero… Esa que iba vestido de verde…
2011, era. Suerte para él que había hecho suficientes cosas buenas antes como para que se le perdonara, porque llega a ser otro y no le vemos más el pelo, os lo digo.
Suerte para él, y para el mundo, que luego llegó Deadpool y se lo perdonamos todo, porque Deadpool es el superhéroe definitivo que todos y todas necesitamos en nuestras vidas 🙂
Sean Penn es uno de estos actores que parece que llevan toda la vida ahí. De hecho, puede que sea así. Porque, decidme: ¿en qué momento se hizo famoso Sean Penn?
Penn en Los Ángeles (GTRES)
Supongo que mucha gente tiene en mente como su primer gran papel el de Harvey Milk en Me llamo Harvey Milk, el biopic del activista del mismo nombre que, en 2009, le consiguió a Penn un Oscar. Aunque en realidad esta era su segunda estatuilla, ya que en 2004 había conseguido el triunfo como mejor actor por Mystic River, de Clint Eastwood.
Y eso después de nada menos que tres nominaciones previas, todas a mejor actor protagonista, por Yo soy Sam, Acordes y desacuerdos y Pena de muerte, siendo esta la primera de ellas, en 1996, dirigida por Tim Robbins y con Susan Sarandon como coprotagonista.
Y aquí me voy a meter ahora en terreno farragoso, que no me gusta y que suelo evitar, pero que creo que esta vez sí que hay que traerse. ¿Por qué? Bueno, pues porque la vida personal de Sean sí ha jugado, muy probablemente, un papel importante en el desarrollo de su carrera. Lee el resto de la entrada »
Bueno, no es ningún misterio que Juego de tronos nos ha dejado enormes regalos para la posteridad, como el chascarrillo «No sabes nada, Jon Nieve» o un nuevo significado, grave y poderoso, para la expresión «Hoy no». Aunque otros regalos nos llegaron en su forma más humana, como es el caso de Gwendoline Christie: Brienne de Tarth.
El personaje de Brienne, aunque os reconozco que según quién mire lo puede ver de una u otra forma, tiene unas notas fascinantes ya que, aunque se la denota como un personaje «muy masculino», ella no pretende en ningún momento «ser como un hombre», que es el saco fácil en que suelen caer este tipo de personajes, sino que es, de pies a cabeza, una -pedazo de- mujer. Tal vez por eso, por el empeño de muchos en querer verla como un hombre, luego sorprende verla en su salsa.
Seguro que muchos de vosotros ya sabéis esto, pero estoy segura también de que a mucha gente, menos dada a comerse los créditos, le pillará por sorpresa: Gwendoline ha tenido otros papeles potentes, clásicamente asignados a roles masculinos, en películas recientes de mucho tirón. Lee el resto de la entrada »
