Protagonizar una serie de éxito siendo un niño tierno y redondín seguro que tiene sus pros como, qué sé yo, que te pongan doble de patatas en el McDonald’s o que las marcas te regalen juguetes para que les hagas publicidad.
Pero también ha de tener sus contras, sin duda, como que con esto de la inflación la fortuna que amasas a los 10 años equivale a dos duros cuando llegas a los 40 (niños, dos duros son seis céntimos) o que, da igual a qué dediques el resto de tu vida: hagas lo que hagas, siempre serás tu personaje. Como es el caso de Fred Savage, que no es Fred Savage: es el niño de Aquellos maravillosos años.

Fueron cinco años, desde el 88 hasta el 93, los que estuvo Fred inmerso en su papel de Kevin Arnold (y no: su amigo Paul no era el de Marilyn Manson. Por favor, estamos casi en 2020, ¡¡ese bulo tiene ya dos décadas!!).
Nacido en 1976 (seguro que sois unos linces y ya lo habéis calculado) tenía 12 años cuando inició su andadura en Aquellos maravillosos años y era ya un casi adulto de 17 cuando la serie tocó fin, tras 6 temporadas y 115 episodios.

No me lo digáis: no visteis la serie hasta el final. Claro, por eso dejaron de emitirla, a ver qué os pensáis.
La cosa es que aquí el chicuelo hizo más cosas (y que nadie se cuele por aquí diciendo que La princesa prometida, que sí, pero es que esa es de antes de Aquellos maravillosos años). Pero todos sabemos lo que pasa, ya lo decía yo arriba: que siempre será Kevin Arnold. Lee el resto de la entrada »