Empecemos por el principio: si aún no has visto Bohemian Rhapsody, corre a verla. A mí que no me tiran especialmente los biopics, me pareció maravillosa. Además, cuando premian a un actor por interpretar a un personaje famoso siempre me queda el poso -no puedo evitarlo- de pensar que el reconocimiento no se lo están dando al actor, sino al personaje a quien interpreta. Y no es este el caso, porque Rami Malek lo hace verdaderamente bien. A partir del minuto 20 de peli, más o menos, olvidas por completo que ese que está en pantalla no es Freddie Mercury. Simplemente genial.
Pero, volviendo a lo que nos ocupa, que es Bohemian Rhapsody, he de decir que la elección de los actores principales me pareció de lo más acertada, ya que todos ellos, además de guardar un buen parecido con sus personajes (caracterización mediante, claro), tenían trayectoria profesional pero no eran lo bastante famosos como para que el grueso del público no pudiera ver al personaje tras el actor.
Y, quizás en este sentido, mi elección favorita es John Deacon, el bajista: