Sabéis que me encanta (y mucho, por muy mal dicho que esté decir «me encanta mucho») traerme al blog a pequeñas estrellas de la pantalla. Todas: las que han caído en el más absoluto olvido y las que se han convertido en superfamosos pero ya nadie recuerda que fueron niños una vez.
Como sea, me ha parecido que este es un buen momento para hacer un recopilatorio de algunos de los «pequeños» protagonistas que he tenido en el blog; esos que fueron estrellas ENORMES una vez, en su infancia, y cuyos rostros seguro que recuerdas pero que si vieras ahora, muy probablemente, no serías capaz de reconocer.
¡¡Aquí está el TOP TEN!! Os dejo un brevísimo resumen de cada uno pero, si pincháis sobre cada nombre, podéis acceder a sus post para ampliar información.
Me sucede muchas veces que voy a buscar a algún actor o actriz (y, por alguna razón, me sucede especialmente con los más jóvenes) para ver en qué ha devenido su vida y/o su carrera, y me encuentro con la triste noticia de su fallecimiento.
Algunos, claro, como River Phoenix o Jonathan Brandis tenían ya tanta fama cuando murieron que es prácticamente imposible no saberlo. Pero hay otros que, lamentablemente, nos dejaron antes de alcanzar las cumbres de sus carreras, y simplemente un día dejamos de saber de ellos sin saber por qué.
De vez en cuando, me parece una buena idea sacar sus nombres del cajón de los «quizás», de esos que pudieron ser y no fueron porque el destino se les puso en medio demasiado pronto. Hoy, os voy a hablar de cinco de estas estrellas. Lee el resto de la entrada »
Esto es así. Tú puedes llevar 20 años de carrera interpretativa, ser uno de los grandes nombres de la pantalla británica, trabajar hasta los 75 años, ser Lord, ser Lady, ser el rey de Escocia, da igual todo: como en algún momento de tu vida hayas sido 007 ya es a lo que quedas reducido. Fuiste el puñetero James Bond.
Todos los James Bond que ha habido han sido «el mejor» para alguien.
A mí las pelis de James Bond, honestamente, ni fu ni fa. Y
A tope con Daniel Craig.
A pesar de haberse iniciado ya en la década de los ’60, su época de esplendor le llegó sin duda durante los ’80. De hecho fue, exactamente, en 1980 cuando su interpretación del príncipe Barin en Flash Gordon lo puso, para muchos, en el foco de todas las miradas.
Que tú lo ves ahora y piensas «igual lo puso en el foco pero no para bien», pero sí, sí: para bien, os lo digo yo. Es que en los ’80 las pelis eran así todas. Malas xD
(Es broma, hombre, no os enfadéis).
A este actor encaramado en lo alto de las series no tardó en llegarle la proposición de encarnar al agente británico más famoso de todos los tiempos y, vaya, no dejó pasar la oportunidad. En 1987 lo interpretó por primera vez en 007: Alta tensión y dos años después lo hizo por segunda -y última- vez en una de las cintas más archifamosas de toda la franquicia: Licencia para matar.
Tenía por entonces 40 años casi recién cumplidos. ¿Y qué hizo después? Pues esto es un poco lo que decía al principio: que es que ya da igual lo que hagas, bueno o malo o regular o casarte con una empanada. Tú has sido James Bond y es lo que vas a ser siempre, así que haz lo que te dé la gana. Lee el resto de la entrada »
Pues con Doug Jones voy a dejar oficialmente inaugurada una etiqueta que llevo tiempo diciendo que iba a terminar haciendo: «¡Anda! ¡Este!» y que va a compartir con, por ejemplo, Simon Pegg y Vincent D’Onofrio.
Y es que hay algunos profesionales, pobrecitos míos, que son MA-RA-VI-LLAS de la interpretación, puro arte viviente, y que por el motivo equis nunca terminan de recibir el reconocimiento público que se merecen y terminan quedándose en esa expresión cuando los ves aparecer, un «¡Anda, este!», porque lo reconoces y sabes que lo has visto en un montón de sitios, aunque no recuerdas dónde ni, probablemente, cómo se llama.
El matiz de Doug Jones, sin embargo, es el mismo que el de Javier Botet, que es casi siempre tiene unas caracterizaciones espectaculares y es absolutamente imposible reconocerlo tras las varias capas de látex y maquillaje que lo suelen acompañar.
Por eso estoy convencida de que os va a encantar este post: porque desde que fuera el magnífico Billy en El retorno de las brujaslo habéis visto en todas partes, y no lo sabéis 🙂
A mediados de los ’90 aún se podía sentir la estela de fascinación por el género de acción, ese que la década anterior se había ocupado de elevar a lo más alto. Pero el público pedía algo más que disparos y tanques, y James Cameron se lo dio.
En julio de 1994, año en que también se estrenaron Forrest Gump y el rey león, Cameron le regaló al mundo Mentiras arriesgadas, una comedia de acción protagonizada por Arnold Schwarzenegger y la siempre fantástica Jamie Lee Curtis que se convertiría (solo por detrás de las dos antes mencionada) en la película más taquillera del año.
El éxito de la cinta sorprendió a propios y extraños y, de manera inmediata, Cameron se propuso hacer una secuela. Pero la vida se empeñó en ponerse en medio: Lee el resto de la entrada »
Lo dije hace poco, lo repito hoy y lo diré las veces que haga falta:Hook era una de mis películas favoritas de la infancia. Lo tenía todo: magia, piratas, hadas, Julia Roberts, Dustin Hoffman y el inimitable Robin Williams en el papel de Peter Pan.
Hook se convirtió rápido en un clásico, en una de esas cintas cuyo estreno en televisión se esperaba como agua de mayo y cuya reposición, durante años, no podía faltar en cada Navidad.
Y no era de extrañar porque, además, para darle ese toque especial de “te puede pasar a ti”, había dos peques “del mundo real” (es decir: no pertenecían a los niños perdidos de Nunca Jamás), que no eran otros que los hijos de Peter Banning: Jack y Maggie. Jack, además, desarrollaba un síndrome de Estocolmo terrible con Garfio y Smith y por poco llega a odiar de verdad a su padre. Pues él es nuestro protagonista de hoy, Jack Banning, a quien daba vida el joven actor Charlie Korsmo.
Cuando interpretó al hijo de Williams en la gran pantalla, Korsmo tenía 13 años y una corta pero aparentemente prometedora carrera: antes ya había estado presente en Los hombres no abandonan o Dick Tracy, entre otras. Pero, contra lo que el público podía esperar, su «carrera» se detuvo en seco. Unos años después de Hook lo vimos en Ya no puedo esperar (1998), con Jennifer Love Hewitt y Seth Green, y hasta ahí la carrera interpretativa del joven Charlie.
