Por Juliana (BeJack)
Cuando pensamos en esta columna (Mujeres y fronteras), lo hicimos desde el lugar de enunciación de las autoras que la sostendrían: dos mujeres, que se reconocen como mujeres, que se relacionan con su entorno desde su condición de mujeres, y que además están geográficamente ubicadas en una frontera política: Colombia-Venezuela (puntualmente, una ciudad del norte de Colombia: Cúcuta). Además, una de las columnistas se comprende a sí misma fuera de algunos condicionamientos heteronormativos, socialmente construidos, que establecen cómo debe ser el comportamiento de una “mujer de verdad”; y la otra se ubica desde una frontera sexual, a veces considerada tierra de nadie (la tercera letra, la bisexualidad).
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