Archivo de la categoría ‘Política’

Cómo enfocar -y saltar- las barreras invisibles

Por Paz Casillas

Hoy la pobreza ya no se mide exclusivamente como magnitud económica en función de los ingresos económicos obtenidos por la persona. Hemos aprendido que “no tener” significa sólo una parte en el proceso de estar socialmente excluido. Y aquí es importante hablar desde ya de género, porque las mujeres, por el mero hecho de serlo somos más vulnerables, es decir, contamos con menos oportunidades para ser partícipes de la sociedad y disfrutar de una ciudadanía con los derechos plenos.

Obra de Señora Milton.

Obra de Señora Milton.

En Fundación Atenea llevamos 30 años estudiando el fenómeno de la feminización de la pobreza y su invisibilidad. Y para abordar esta desigualdad y aportar soluciones hemos analizado nueve ámbitos sociolaborales que marcan la vulnerabilidad con tres variables: edad, etnicidad y/ó lugar de procedencia y género. Con ellos nos acercamos más a lo que significa ser hoy pobre, un hecho que tiene, principalmente rostro de mujer y que queda casi siempre oculto.

El problema es serio, porque lo que no se nombra no existe y los estudios que analizan los complejos fenómenos de exclusión social y las políticas, programas y proyectos desde una perspectiva de género son escasos. Es decir, están pensados para una realidad normativa que discrimina permanentemente a las mujeres y no contempla los mandatos de género partiendo de un tremendo error de diagnóstico.

Los nueve escenarios sobre los que analizamos la exclusión social son indicadores de economía, empleo, educación, salud, alojamiento, aspectos socio-relacionales y macro-sociales, ámbito personal y participación social ciudadana. Consideramos estos ámbitos como necesidades humanas a las que dar cobertura desde los Estados de Bienestar de las sociedades desarrolladas, derechos para estar integrados.

Y no, no valen excusas, ni crisis, ni austeridades. En el siglo XXI no podemos renunciar a ese sueño de bienestar conseguido, en gran parte. Los estados deben ser conscientes de que si no las cubren están vulnerando las posibilidades de una ciudadanía plena.

Por ello, y si hablamos de justicia social para todos y todas, ha llegado el momento de hablar claro y de manera contundente: sin un análisis de género las políticas seguirán sin favorecer a las personas y familias en situación de exclusión, principalmente mujeres.Si las políticas no cuentan con esta perspectiva pueden provocar el resultado contrario al que persiguen. Mientras se fomente que únicamente las mujeres se encarguen del cuidado, el 52 por ciento de la población seguirá estando en una situación de desventaja y condenada a empleos precarios y una situación de salud peor. La realidad confirma que las políticas muchas veces expulsan a las mujeres del mercado laboral, dificultan su permanencia y promoción y producen sobrecarga, enfermedad y malestar.

Muchas cosas han cambiado en la sociedad española, especialmente los modelos de familia. Por más que los gobiernos se empeñan en favorecer el modelo tradicional, la España del siglo XXI es cada vez más diversa y las mujeres ya no se definen en función de un segundomasculino. La igualdad de oportunidades es la base del desarrollo económico por más que el modelo neoliberal y patriarcal vigente se empeñe en darnos el mensaje contrario… Si no desaparecen los privilegios por clase y género, no habrá progreso. Ejemplos: las prestaciones de viudedad y, sobre todo, nuestro sistema fiscal vigente que sigue permitiendo el modelo de tributación conjunta. Ambas herramientas son discriminatorias y seguirán desincentivando la incorporación igualitaria de la mujer en el mercado laboral.

Las soluciones pasan por contemplar el género desde el análisis social, y no como algo residual en los presupuestos. Porque un sistema tan desigual sólo puede cambiar con apuestas políticas claras para acabar con estructuras que producen desigualdad y rechazo hacia las mujeres. Sobre todo ello tuvimos ocasión de reflexionar en octubre en la jornada sobre Género e Inclusión Social con la que Fundación Atenea ha conmemorado su 30 aniversario. Un espacio de conocimiento y reflexión para acabar con la exclusión de las mujeres.

Paz Casillas es directora de la Fundación Atenea

Un Parlamento con más mujeres que hombres

Por Rosa Martínez

Acaba de constituirse el Parlamento vasco. Nada fuera de lo común,  si no fuera porque en este parlamento hay más mujeres que hombres. Algo del todo inusual en nuestro contexto político, donde las mujeres siguen participando menos en política, y cuando lo hacen, en general, es desde lugares menos visibles y con menos liderazgo que los hombres. En este sentido la campaña vasca marcó algunas diferencias. Tanto en lo que a cabezas de lista se refiere (3 mujeres en el debate televisivo nos ofreció una imagen muy diferente a la de los últimos procesos electorales a nivel estatal) como el peso de las mujeres candidatas durante la campaña en algunas formaciones.

Sin mujeres no hay democracia. Cartel de la manifestación del 8 de marzo de 2016 (copyleft).

Sin mujeres no hay democracia. Cartel de la manifestación del 8 de marzo de 2016 (copyleft).

Una de las razones más importantes para transformar la realidad a una política más liderada por mujeres es darle a nuestras niñas y adolescentes referentes. Necesitamos más Adas Colau y Manuelas Carmena para que las niñas digan “Yo no quiero ser princesa, quiero ser alcaldesa”. Esta simple frase resume la necesidad de que las mujeres percibamos que la política es también nuestro espacio, y que dirigir un partido político, ser lehendakari, ministra o presidenta es también “cosa de mujeres”. Lee el resto de la entrada »

Soñando una Colombia sin guerra

Por Raquel Checa

“Nunca creí que viviría esto” esas son las palabras con las que arrancó Estebana su intervención este martes 27 de septiembre, en los primeros minutos de una reunión de alrededor de 30 mujeres colombianas en Bogotá. Allí estábamos, todas de pie, en círculo, mirándonos a los ojos y compartiendo cómo nos sentíamos a pocas horas de haber visto, o mejor diríamos vivido,  la firma final de la Paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo).

Manifestación por las víctimas del conflicto en Colombia. Imagen de Oxfam Intermón.

Manifestación por las víctimas del conflicto en Colombia. Imagen de Oxfam Intermón.

En ese círculo, una a una compartimos nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestros sueños de esperanza y de paz; de una paz que ahora se ve más cerca que nunca. Muchas palabras en memoria de todos los muertos, desaparecidos y víctimas de este conflicto armado.

No son palabras al aire. Algunas de las participantes de la reunión están en esa lista de víctimas. Cargan con historias de vida muy duras. Una de ellas compartió cómo a pesar de haber sido víctima de violencia sexual por actores armados y haber perdido dos hijos en esta guerra, ha sabido perdonar y ahora quiere avanzar hacia la paz porque sueña con dejar a sus nietos un país mejor.

Lee el resto de la entrada »

Refugiadas: un grito contra la pasividad

Por Barbijaputa

Somos una ciudadanía cada vez más anestesiada. Las imágenes que nos llegan desde cualquier punto del mundo, por más terribles que sean, cada vez nos conmueven menos. A lo mejor alguna foto consigue que apartemos la mirada un instante -como hacemos en el cine cuando representan una escena especialmente desagradable- para volver a mirar a la pantalla instantes después, esperando el siguiente hilo argumental y olvidando ya lo visto.

bjp Refugiada

‘Mujeres cuyo camino hacia el sitio más cercano con agua potable es un recorrido torturador y eterno, en el cual se juegan la vida’. Imagen de TrasTando.

En este mismo mundo donde tú y yo disponemos de un cuarto de baño al fondo a la derecha; en este mismo mundo donde sólo girando una pequeña manivela conseguimos un chorro de agua; en este mismo mundo, pero unos kilómetros más allá, hay personas como tú y como yo… mujeres, cuyo camino hacia el sitio más cercano con agua potable es un recorrido torturador y eterno, en el cual se juegan la vida. Donde en el trayecto hacia el bosque, que hace las veces de su particular cuarto de baño, pueden arrebatarle la dignidad y la inocencia. Son personas, como tú y como yo… mujeres que han huido con lo puesto de sus tierras para evitar la muerte, porque sus tierras han sido ocupadas por guerras que ellas no han decidido. Porque todos los refugiados están en situación de vulnerabilidad, pero si además son mujeres, el riesgo es doble: pueden matarlas, pero también pueden violarlas.

Una de cada cinco niñas y mujeres refugiadas es víctima de violencia sexual. Muchas de ellas se ven forzadas a tener sexo transaccional. Abusadas para poder conseguir un pasaporte, un sitio en el bote que las cruzará hasta la siguiente orilla. Esto ha pasado y está pasando en este mismo mundo donde tú y yo escribimos y leemos sobre ellas. En este mismo mundo donde apartamos la mirada un segundo, para volver a mirar al instante, esperando el siguiente hilo argumental, porque parece que, como en las películas, hagamos lo que hagamos nada cambiará la trama que contemplamos.

Pero aquí tenemos una opción, aunque pretendan volvernos completamente inmunes a base de la técnica de la gota malaya, con este chorreo lento pero incesante de testimonios, imágenes y hechos abominables que la clase política comenta -cuando comenta- encogiéndose de hombros. Tenemos otra opción, y no es otra que la de tomar partido para intentar guionizar nosotras mismas el hilo argumental que viene a continuación. Empecemos por luchar contra la pasividad que nos inoculan, contra la normalización del horror que está pasando hoy y ahora, en este mismo mundo pero unos kilómetros más allá.

El feminismo, el activismo y la presión social son herramientas que tenemos en nuestras manos para luchar por todas esas personas. Luchar por ellas es luchar por nosotras mismas.

Hoy se celebra en Nueva York la Cumbre Mundial de la ONU sobre Refugio y Migración. Una oportunidad para exigir que los líderes mundiales se comprometan con la vida de las personas que han tenido que huir de los conflictos, la pobreza o las consecuencias del cambio climático. Muchas de ellas son mujeres.

 Barbijaputa colabora con Más de la Mitad para defender los derechos de las mujeres refugiadas y migrantes.

Colombia: no habrá paz sin las mujeres

Por Arantxa García Gangutia

“Hay evidencias cuantitativas en otros países de que cuando se introduce el concepto de género en una situación de postconflicto, las probabilidades de que los acuerdos sean sostenibles en el tiempo se multiplican” (Belén Sanz, Directora de ONU Mujeres en Colombia)

Manifestación en Colombia para exigir búsqueda de desaparecidos. EFE.

Manifestación en Colombia para exigir búsqueda de desaparecidos. EFE.

Desgraciadamente estamos muy acostumbradas a ver procesos de construcción de paz en los que las mujeres están prácticamente ausentes. ¿Cómo es posible construir una paz duradera dejando sin voz a más de la mitad de la población? Sus historias no pueden permanecer invisibles y así lo han entendido en las negociaciones de paz de Colombia: un 48% de las víctimas del conflicto armado son mujeres y un 52% de las casi 8 millones de personas desplazadas también son mujeres.

Se trata de la primera vez que en un proceso de paz se hace el esfuerzo para ver los impactos diferenciados entre hombres y mujeres. El resultado para muchas activistas por los derechos de las mujeres ha sido todo un ejemplo para cualquier proceso de construcción de paz y un hito para el feminismo latinoamericano.

El trabajo realizado por la subcomisión de género, en el que han participado de manera muy activa organizaciones como Sisma Mujer, ha contado con una representación muy diversa (tres delegaciones de expertas, lideresas regionales, excombatientes y activistas LGBT) y ha conseguido su objetivo: incluir en el Acuerdo de Paz un enfoque que velara por los derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBI en torno a aspectos tan importantes como la propiedad de la tierra, la reparación a las víctimas de violencia y el acceso a los órganos de decisión.

Cambiar el machismo, profundamente enraizado en la sociedad colombiana y exacerbado por un conflicto armado que ha durado más de 50 años, no es tarea fácil. Las organizaciones de la sociedad civil que luchan por los derechos de las mujeres tienen claro que queda mucho camino por recorrer tras la firma del Acuerdo de Paz, pero sobre el papel ya se han producido cambios significativos.

Los delitos sexuales no serán amnistiables

‘El daño que sufre tu alma nunca desaparece’ contaba la periodista y superviviente de violencia sexual en Colombia, Jineth Bedoya, que ha luchado en estos años para conseguir que la violencia sexual durante el conflicto armado no permaneciera impune. Una lucha que ha dado sus frutos: el Acuerdo de Paz incluye que los delitos de violencia sexual no sean amnistiables y la creación de un equipo de investigación especial para casos de violencia sexual  dentro de la Jurisdicción Especial para la Paz, y en la Comisión de Verdad.

Titularidad de la tierra para las mujeres: El Acuerdo de Paz incluye que la reforma rural reconozca el papel que desempeñan las mujeres en las zonas rurales y propone soluciones a un importante problema como es el de la titularidad de la tierra. Cuando sus maridos o compañeros han muerto o desaparecido, ellas no tienen acceso ni al título de propiedad, ni a un crédito que les permita explotarlas. También se propone que el Fondo de tierras prevea el acceso a la tierra de manera especial para las mujeres campesinas.

Acceso de las mujeres a espacios de participación

El Acuerdo de Paz también anuncia medidas para facilitar la participación política de las mujeres y la comunidad LGTBI en los distintos espacios de representación y toma de decisiones que se crearán para la puesta en marcha del Acuerdo. Aunque queda aún mucho por concretar y no se menciona de manera explícita la paridad, se trata de un primer paso muy importante.

Arantxa García Gangutia es periodista y trabaja en Comunicación e Incidencia en la ONG InspirAction

Una historia desde Perú

Por Laura Martínez Valero

Cuando estás en Lima, es difícil mirar hacia los cerros que rodean la ciudad sin que se te encoja un poco el corazón. Secos y polvorientos, hasta donde alcanza la vista están cubiertos por pequeñas casitas de colores. Es un paisaje hermoso, pero también tiene algo de terrible, como si todo aquello no debiera estar ahí. No así.

Conocí a Sara Torres en uno de esos cerros, entre esas coloridas construcciones que vistas de cerca dan cuenta real de su precariedad. En las zonas más altas son apenas cuatro palos y una lona. En las más bajas, se pueden ver paredes de ladrillo con más frecuencia. Mi compañero Pablo y yo habíamos llegado allí para conocer el día a día de la gente que vive en las colinas, con las que nuestra organización, Oxfam, trabaja en la preparación ante un posible terremoto.

Enérgica y optimista, Sara te arrastra, literalmente, ladera arriba, ladera abajo. Muy querida por su comunidad, ha sido dirigente durante 6 años en El Trébol, uno de los miles de asentamientos humanos que pueblan las montañas. Decir que ha sido dirigente significa que se ha encargado de movilizar a todos los vecinos y vecinas para mejorar sus condiciones y construir carreteras, negociar el suministro de agua y electricidad u organizar formaciones sobre género y reducción del riesgo ante terremotos. Porque aquí si quieres algo te lo tienes que hacer tú misma. El estado se encarga de muy poco.

Sara Torres en el muro de la desigualdad, que separa los asentamientos pobres de la zona rica de La Molina. (c) Pablo Tosco

Sara Torres contempla desde lo alto el asentamiento donde vive. (c) Pablo Tosco

A medida que pasaban los días y convivíamos con Sara nos fuimos dando cuenta de que detrás de ese carácter fuerte, se escondía una Sara diferente, que se abrió a nosotros cuando menos lo esperábamos. Y comenzó a hablar: “Yo no quería tener esposo. Nunca quise tener esposo. No sé si será trauma o no sé, algo que había nacido en mí, que yo no quería tener esposo, pero si quería tener hijos”. Aún así convivió más de 20 años con un hombre con el que acabó teniendo dos hijos en común. Sin quererle, sin amarle. Rezó y rezó para que en ella se despertara un sentimiento hacia él. Pero no lo logró.

A los tres años de convivir juntos, él empezó a agredirla. Y ella también se defendía a golpes. Sara comenzó a alternar los periodos en los que justificaba esa violencia con otros en los que se le abrían los ojos. “¿Para qué hacernos daño tanto él como yo si no hay nada que nos ate a nosotros?”, se preguntaba. Pero siguió aguantando.

Aguantando porque creía que eso es lo que una líder hacía. Aguantando porque tenía una imagen y no podía perderla. “Yo no podía decir nada porque yo era dirigente. Era presidenta del comedor. Yo era una mujer ejemplo para las demás. ‘Sara, vecina Sara, está pasando esto con la vecina’. Y yo corría. ‘Vecina Sara están asaltando allá’. Y yo corría”, nos explicó.

Pero llegó un momento en el que Sara dejó de correr y se separó. Ya hace tres años de ello. Ahora recuerda aquella época con otra mirada. Se da cuenta de la gran paradoja que vivió: “Yo era la que traía gente profesional para que les dé charlas a las mujeres, para decirles: “¿Saben qué, señoras? Ustedes tienen estos derechos. Como ustedes mujeres tienen que hacer respetar sus derechos. No deben hacerse agredir con los hombres. Ustedes tienen que denunciar. Eso yo debería haber hecho hace mucho tiempo”, nos confesó en un susurro.

Querida Sara, siempre has sido una líder. Pero ahora lo eres más que nunca.

Laura Martínez Valero trabaja en el equipo de comunicación de Oxfam Intermón y participa en el proyecto Avanzadoras,

Autónoma, mujer orquesta, olvidada

Por Marian Alonso

Un tercio de los autónomos en España son mujeres. Su ritmo de crecimiento dobla el de los varones. En concreto, hay 608.790 mujeres autónomas, un 34% del total de 1,7 millones de trabajadores por cuenta propia activos, según un estudio sobre ‘Empresarios Individuales’ realizado por Informa D&B a finales de 2015.

Las diputadas no han respondido a la petición para mejorar las condiciones de las autónomas. Imagen: quéhacenlosdiputados.org

Las diputadas no han respondido a la petición para mejorar las condiciones de las autónomas. Imagen: quéhacenlosdiputados.org

Pero, pese a estos datos, existen algunos desajustes importantes. Por ejemplo, si una mujer emprendedora tiene previsto dar a luz antes de haber cotizado 180 días a la Seguridad Social no tendrá derecho a cobrar la prestación por maternidad. De igual manera, en el caso de las mujeres autónomas, no se contempla el permiso por lactancia remunerado. Un permiso remunerado que se concede a las asalariadas de una hora al día hasta que el niño/a cumpla los nueve meses y que, además, se puede acumular y sumar a la baja maternal remunerada.

Durante la baja maternal, una trabajadora autónoma deberá seguir pagando el 100% de su cuota de autónomos a no ser que contrate a una tercera persona que la sustituya con todo lo que ello comporta y pese a que la facturación de su negocio no pueda soportarlo. Y ¿qué se nos dice? que coticemos más un año antes de dar a luz para obtener una prestación, durante la baja maternal, más elevada. ¡Cómo si eso fuese tan sencillo! Estas barreras sumadas a otras de ámbito administrativo, fiscal y financiero, dificultan más el emprendimiento femenino, que el de nuestros homólogos masculinos.

En el 2015 puse en marcha una comunidad dedicada a ayudar, a través de mentoring y consultoría, a otras mujere empendedoras del mundo digital. Se llama mujer orquesta al aparato (MOA). Basada en mi propia experiencia, decidí dar un espacio a otras mujeres con la capacidad de poder desarrollar múltiples facetas en su vida y potenciar su talento. Mujeres con un gran sentido de la responsabilidad pero, también, con un gran sentido del humor, a las que pretendo ayudar.

Fue a través de este servicio de mentoring y de algunas formaciones de emprendimiento en las que participé, donde recogí las múltiples dificultades con las que otras mujeres emprendedoras se encontraban a la hora de poder materializar su negocio digital y, contando con su apoyo, decidí pasar a la acción y enviar una carta personalizada a todos los miembros del nuevo Congreso de Diputados donde remarcaba las políticas sociales y fiscales que casi nunca nos favorecen. De las 350 cartas remitidas solo he obtenido el acuse de recibo de Don Patxi López y de Don Miguel Ángel Heredia.

De los 348 diputados/as restantes no he obtenido respuesta alguna en apoyo a esta iniciativa. Ninguna diputada se ha puesto de nuestro lado ni ha hecho manifestaciones expresas. No obstante, no desisto en mi intento por hacernos escuchar. Mantengo abiertas las reivindicaciones a través del Facebook de Mujer Orquesta al Aparato (MOA) donde he recibido multitud de apoyos. Mi objetivo es que se fijen en el emprendimiento femenino como motor de recuperación económica en España y que las políticas para el sector del emprendimiento no se concentren exclusivamente en el desarrollo de Startups e I+D como se desprende de la mayor parte de los programas políticos.

Espero que el legado que pueda dejarle a mi hija, de apenas tres años y medio,  sea más prometedor de lo que resulta ser actualmente. Y sobre todo, espero aportar mi granito de arena para que las desigualdades con las que ella se encuentre en un futuro sean inexistentes.

Marian Alonso es fundadora de la comunidad Mujer Orquesta al Aparato.

Vera Grabe: desarmada y almada

Por Lula Gómez

‘En nuestro país es fácil tomar las armas, pero es más difícil sostener en la paz, y aún más ser un rebelde de la paz. La nueva revolución es la desarmada y almada de paz’

Lo dice Vera Grabe, una mujer de hierro que en su día tomó las armas. Creía entonces que la solución a la desigualdad que vivía su país –Colombia- no tenía otra vuelta de tuerca que la fuerza. Años después, y tras muchas tormentas y demasiados muertos, dejó las armas y un pasado en la insurgencia, el M19, donde fue una de sus dirigentes. Dejó también parte de su vida, como la de tantos otros a los que arrastró la violencia. Charlar con ella es hacerlo con la historia de su país, una Colombia desgarrada por el dolor, contradictoria y difícil de explicar pero que solo parece tener futuro si deja de sangrar, si se firma la paz y se pierde el miedo a ella, por muchos problemas que traiga, explica.

Ella, que empuñó las armas, dirige hoy el Observatorio por la Paz. Ella, dirigente de unas de las guerrillas históricas de Latinoamérica, se desmovilizó –con todo su grupo- en los 90, cuando tras mucha sangre no le vieron más sentido a más guerra.

Porque al final, se es revolucionario si uno se atreve a pensar diferente’,

Y hacerlo en su país es decir que sí hay que sentarse con quien se odió y comprender que hay que buscar fórmulas donde parece que no las hay, inventárselas, si es necesario. Se trata de que la gente le pierda el miedo a lo nuevo, a la paz. Vera Grabe cuenta que en Colombia parte de la sociedad está anestesiada por la violencia y no se atreven, no saben repensar el país.

Vera Grabe contó su vida en Del silencio de mi cello, las razones de mi vida. En él, la que fuera guerrillera y más tarde senadora a golpe de democracia y elegida por sus compatriotas, narra los motivos por los que dado un momento se “enmontañó” y se calzó unas botas de agua y un fusil arriba y abajo de la abrupta geografía colombiana. El primer título que barajó para esta autobiografía fue Escritura para construir la matria. Bajo ese nombre quería contar que el concepto de patria es nacionalista y patriarcal. El ideal era construir una sociedad de otra manera, desde la perspectiva de las mujeres, desde la matriz y no desde los valores de la imposición, desde la inclusión y el reconocimiento de los afectos.

Ella, parte de la historia de esa esquina de América, no titubea al afirmar que las mujeres son parte fundamental en la historia de la paz en su país. Ellas, que sufrieron especialmente los desastres de la guerra, la violencia sexual. “Absolutamente, aquí y todas las guerras. Es una de las formas más cobardes

de usar el poderío contra la mujer, es una venganza. Somos y hemos sido un botín de guerra, víctimas hacia las que se vuelcan todas las impotencias de los violentos. Porque yo creo que la violencia es una gran fuente de impotencia. ¿Cómo me descargo? Atacando”. Hoy Vera Grabe, como tantas otras miles de mujeres colombianas, ha perdido el miedo y se siente almada por la paz.

* Declaraciones de la entrevistada para el proyecto Mujeres al frente, la ley de las más nobles.

Lula Gómez, escritora y periodista todoterreno. Actualmente dirige su propia agencia desde la que propone contenidos, edita, crea y ejecuta ideas de comunicación. Ha dirigido el documental Mujeres al frente, la ley de las más nobles, sobre siete protagonistas de la historia reciente de Colombia.

El reto de la conciliación en campaña

Por Cristina Andújar

A pocos días de las urnas, los partidos políticos tienen grandes asignaturas pendientes  en el debate público sobre un tema fundamental para la vida cotidiana de ciudadanas  ciudadanos. No ha habido ni un minuto en los debates para la conciliación familiar. Y sin embargo, no es un tema que los candidatos y candidatas tengan resuelto.

‘Todos los partidos están de acuerdo genéricamente con la corresponsabilidad, pero cuando toca concretar y sustanciar dicho acuerdo, entonces aparecen las diferencias’ Así expone Nacho Álvarez, Secretario de Economía de Podemos y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, la encrucijada en la que se encuentra actualmente España para conseguir conciliar.

BeFunky Collage2

En un principio todos están conformes con equiparar el permiso de paternidad a las 16 semanas que propone la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles por Nacimiento y Adopción (PPiiNA), principal organización social comprometida con el tema. Y, sin embargo, si revisamos los programas de los partidos para el 26J, sólo Unidos Podemos ha adoptado íntegramente esta propuesta. El programa del PP no propone cambios al sistema actual. El del PSOE declara su acuerdo con el objetivo pero sin comprometerse con un calendario hasta la equiparación. Ciudadanos propone 8 semanas intransferibles y pagadas al 100 % para cada progenitor y más de 10 semanas de ‘libre distribución dentro de la pareja’. Según ha evaluado la Plataforma para los permisos iguales e intransferibles, esta última propuesta no mejoraría la igualdad de oportunidades, ya que en los países Europeos donde se ha implantado, como Suecia o Estonia, son las madres las que acaban tomándose casi en exclusiva esa parte ‘de libre distribución’ debido a las presiones sociales y de las empresas.

No podemos mirar hacia otro lado ante los problemas de conciliación. Es evidente que afectan mucho más a las mujeres. Todo el mundo lo tiene a su alrededor: son nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras hijas las que los sufren’, explica Nacho Álvarez. El economista, que tiene una hija de casi dos años y un niño pequeño de nueve meses, cree que el peso al final recae sobre la mujer por los residuos de usos sociales que entienden que son las mujeres las que deben quedarse en casa y que, por tanto, las medidas para la conciliación deben ser dirigidas a ellas.

Lee el resto de la entrada »

Mujeres en campaña: Isabel García Tejerina (PP)

Por Nuria Coronado

La vallisoletana Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente afronta esta nueva campaña como un nuevo reto. Es más, dice que “ni me asusta ni me cansa recorrer de nuevo España” de cabo a rabo porque le apasiona su cargo. “La campaña es una prolongación de mi trabajo como Ministra, pero más concentrado”, explica. También tiene claro que para ella este ritmo frenético hasta el próximo 26J (entre 12-14 horas) es mucho más fácil que para el resto de políticos ya que está soltera y no tiene hijos. “Tiene que hacerse más cuesta arriba y complicado cuando sabes que hay familia en casa y que durante este período apenas se les pueda dar nada de tiempo”, añade.

12

Además reconoce que asimilar con naturalidad este horario maratoniano es cuestión de una clave: la disciplina, “o te organizas o nada de ello es posible”. Y como el camino se hace andando Tejerina ve la campaña como una ocasión única para poner su granito de arena en un colectivo tan importante y fundamental como es el de las mujeres “a las que siempre se nos exige más. Tenemos que pasar de la teoría a la práctica en la racionalización de los horarios. Así dejaremos de cargar con todo el peso, respiraremos más, y lograremos que el hombre se implique y corresponsabilice en este sentido”, recalca. “La igualdad requiere conciliación y que las jornadas de trabajo acaben a las seis de la tarde. Tenemos que adelantar la salida de cada puesto laboral para llegar a unas horas normales en las que poder disfrutar como personas”, manifiesta.

Lee el resto de la entrada »