Carta para un Gobierno feminista

Querido próximo presidente: casi cada semana, un hombre mata a una mujer en España. Y lo hace porque siente que tiene el poder de hacerlo en una sociedad patriarcal que nos enseña que las mujeres son inferiores. 

Esta violencia extrema es solo la punta de un iceberg en cuya base hay muchas otras violencias machistas, como las agresiones sexuales, que solo podremos erradicar si se atacan desde la raíz. Por eso es urgente que el futuro Gobierno se comprometa a actuar con firmeza, pero sobre todo con recursos. No bastan las palabras ni las leyes o compromisos internacionales sin cumplir. Hacen falta acciones concretas, presupuestos asociados y plazos de ejecución.

En primer lugar, le pedimos que reforme y amplíe la Ley contra la Violencia de Género de manera que incluya todas las violencias que sufrimos las mujeres, no solo la que ejercen parejas o exparejas. Debe asegurar la protección y la atención de las mujeres víctimas de malos tratos y de sus hijos e hijas; y garantizar que los agresores son condenados y cumplen su condena. Para ello, es imprescindible también reformar el sistema judicial, como demuestran algunas sentencias de los últimos meses. 

En segundo lugar, necesitamos que invierta en educación y en prevención contra las agresiones machistas. La juventud no puede crecer con los mismos discursos y estereotipos que naturalizan y justifican la violencia hacia las mujeres que hemos recibido las generaciones anteriores. Hay que promover cambios de imaginarios y normas sociales nocivas en las escuelas, en los institutos, en las universidades, pero también en las instituciones públicas, en las empresas, en los medios de comunicación. Solo promoviendo una educación igualitaria en sentido amplio se puede vencer una violencia estructural y tan arraigada. 

En tercer lugar, le reclamamos que impulse leyes y normas para garantizar la igualdad salarial. En España, para percibir el mismo salario, las mujeres tienen que trabajar 52 días más de media al año que los hombres, según el último informe de Oxfam Intermón. Además, somos las que tenemos salarios más bajos y el doble de posibilidades que los hombres de estar en un trabajo parcial no deseado. 

En cuarto lugar, y relacionado con el punto anterior, le exigimos la creación de una política de corresponsabilidad y no de conciliación, que implique a hombres, mujeres, Gobierno y empresas, y asegure que el cuidado de menores o personas mayores es reconocido, reducido, redistribuido y remunerado. 

Y mientras esto último no ocurre, le pedimos un quinto punto: un presupuesto digno para la Ley de Dependencia, ya que los cuidados siguen recayendo sobre nosotras. El trabajo doméstico no remunerado de las mujeres en España equivale al 27% del PIB. No podemos seguir ninguneando a las mujeres que se ocupan de nuestros hijos e hijas, de las personas mayores y de las viven con enfermedades o discapacidades. Tampoco podemos seguir precarizando a las mujeres que lo hacen con salarios de miseria y muchas veces sin contrato. Ellas representan el 87,9% en el trabajo de cuidados, uno de los más precarios de nuestro país. 

Esto no es una carta a los Reyes Magos. Es una carta dirigida al futuro presidente del país, donde esperamos que los derechos de las mujeres, que representamos ni más ni menos que la mitad de la población, deben tenerse en cuenta. De lo contrario, seguiremos saliendo a la calle, organizando huelgas y ocupando los espacios de decisión porque ya no podemos aguantar más sin que se haga justicia. 

Laura Hurtado es periodista y directora de Comunicación de Oxfam Intermón

2 comentarios

  1. Dice ser acerswap

    Querida feminista equivocada: cada día, el lobby feminista culpa injustamente a los hombres por mentiras que crean y creen. Un lobby que imagina una sociedad patriarcal en que, según cree, los hombres sienten tener poder y las mujeres se creen inferiores. Una sociedad en la que, según dicen, los males que aquejan a las mujeres son culpa de los hombres por crear un sistema en el que se benefician y al mismo tiempo los males de los hombres también lo son. No infravalore el peso en la sociedad de la mujer que, al fin y al cabo, siempre ha sido la primera maestra de los niños.

    Quiero que dejen de usar esa violencia extrema que alegan para justificar las injusticias que promueven: acciones discriminatorias y ampliar la financiación de los lobbys.

    En primer lugar, pido que reconozca la verdad. Que la violencia no es algo que sufran unicamente las mujeres. De hecho, las mujeres son las principales agresoras de niños y ancianos. Pido que se elimine una ley injusta que solo beneficia a las mujeres heterosexuales y se integre a homosexuales, ancianos, menores y, en menor medida, hombres adultos heterosexuales. Que haya una justicia que castigue los actos, y no el género del acusado. Que estas leyes se apliquen con severidad, y que quien haga un uso fraudulento de la ley sea castigado. Que las secuestradoras de niños paguen por sus delitos en vez de ser aplaudidas.

    En segundo lugar, necesitamos que se deje de fomentar el odio entre sexos a través de las instituciones. Desde que se ha intensificado el mensaje que se está transmitiendo, las actitudes sexistas han crecido. Pido también que no se silencien las cifras que perjudican al lobby. Que cuando se mencione el aumento de las actitudes sexistas de los hombres con numeros también se mencionen los numeros de las mujeres. Hay que eliminar todas esas fantasías prefabricadas de los centros educativos para mejorar la convivencia.

    En tercer lugar, reclamo que se deje de mentir acerca de la brecha salarial. El argumento de la brecha salarial ha sido desmontado hace ya mucho, y comparar sueldos obviando el numero de horas trabajadas o el sector en el que se trabaja es falaz.

    En cuarto lugar, exijo que se aplique la política de conciliación (o de corresponsabilidad, si prefiere) de una manera igualitaria. Que un hombre pueda pedir una baja por paternidad igual a la de la madre si quiere hacerse cargo de sus hijos (o de su familia en general) sin que su lobby lo critique.

    En quinto lugar, y mientras todo lo anterior no ocurre, pido un quinto punto. Que el presupuesto sea auditado para que llegue a quien realmente lo necesita. Que sean las víctimas las que reciben los fondos que necesitan y no los estómagos agradecidos a las políticas actuales. No se puede beneficiar a quien se hace la víctima haciendo oidos sordos a víctimas ajenas al lobby.

    Esto no es una carta a los RRMM. Es una carta a una feminista equivocada, quiero pensar que por ignorancia y no por mala fe, y en la que espero que los derechos de todos sean respetados, no solo los de la mitad de la población. No se puede usar la movilización para influir en la imparcialidad de la justicia, la verdad es lo que debe juzgarse, y lo mas justo no es siempre lo que defiende quien grita mas. Ha llegado el momento de decir basta.

    Como nota adicional, esta carta la he escrito en primera persona. No me he apropiado de la palabra de otras personas, de las asesinadas o de las que sufren, como ha hecho usted para justificar sus exigencias. Este fraude al verdadero feminismo debe acabar.

    Un saludo.

    15 julio 2019 | 22:00

  2. Dice ser Cojo lo que me interesa

    Podrías también comentar las diferencias en siniestralidad laboral (vulgo: muertos en el tajo) entre los géneros? Gracias.

    16 julio 2019 | 01:52

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