De la crisis económica a la crisis de los cuidados

Por María Reglero

A raíz de la ´crisis económica´ que estalló en nuestra sociedad a finales de 2008 y que durante los primeros años impactó negativamente a los trabajadores del sector de la construcción y el automóvil, se fue evidenciando en su evolución, cómo las desigualdades de género se estaban acentuando, principalmente en detrimento de las mujeres de clase trabajadora.

Uno de los aspectos más alarmantes del informe que publicó ayer Oxfam Intermón sobre desigualdad es que ellas se sitúan en la base de la pirámide económica. Y entre ellas, más aún las mujeres cabeza de familia monomarental, mujeres migrantes, y mujeres en trabajo informal y empleos precarios. Es decir, una gran parte de las mujeres que ya estaban en la cuerda floja en situación de supuesta bonanza, fueron las primeras en sufrir el impacto de la crisis, experimentando situaciones de pobreza y exclusión social, ellas y sus familias.

Una mujer ojea ofertas de empleo en un escaparate de una ETT. Foto: Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Las llamadas ´políticas de austeridad´ afectaron negativamente a las trabajadoras de sectores feminizados como servicios sociales, educación y salud. Perjudicaban así a las personas que tienen derecho a cuidados y a las que realizan el trabajo de cuidados en nuestra sociedad, en su gran mayoría, mujeres. Y una vez más, al igual que en otras áreas, las mujeres pagábamos la factura de la crisis y experimentamos un retroceso social: menos posibilidades laborales, menos remuneración y menos tiempo para asuntos personales, que también cuenta.

¿Pero qué está pasando con las mujeres ante el nuevo escenario de la llamada ´recuperación económica´? El documento “Premiar el trabajo, no la riqueza”  lo deja claro: la brecha salarial en España asciende al 20%. El estudio también subraya cómo el mercado de trabajo español penaliza con fuerza a la mano de obra femenina: el 73% de la población trabajadora que recibe los sueldos más bajos son mujeres.

Si bien los datos macroeconómicos reflejan crecimiento en la segunda parte de 2017, los indicadores que analizan la desigualdad respecto a ingresos muestran claramente que esta ´recuperación´ beneficia al sector más pudiente de la población en detrimento de la clase trabajadora, más concretamente de las personas en mayor situación de vulnerabilidad. No es secreto que la precarización del mercado laboral actual ha empeorado los salarios y las condiciones laborales, y en el caso de las mujeres, cobramos menos, trabajamos menos horas y somos las primeras afectadas por los contratos de tiempo parcial y temporales. Además, hay más mujeres en los tramos salariales bajos, y dentro de los mismos, con ingresos inferiores a los hombres.

La dificultad para acceder al mercado laboral, la precariedad, la falta de políticas públicas de corresponsabilidad social y la prevalencia de violencias machistas impiden el ejercicio de los derechos económicos de las mujeres en nuestra sociedad. Por ello, y entre otras acciones, se necesita un nuevo marco de análisis y debate sobre lo que significa corresponsabilidad social en la realidad de la sociedad que vivimos. Hay que romper con el modelo de ´conciliación de la vida profesional y familiar´ pensado exclusivamente para un modelo de familia tradicional de clase media. ¿Qué pasa con otro tipo de familias? ¿y con las mujeres en trabajo informal?, ¿acaso no tienen ellas derecho también a ´conciliar´? ¿Cómo se va a gestionar el cuidado de las personas mayores en una sociedad que envejece? Quizá se deje de hablar de crisis económica pero antes o después se va a tener que hablar y actuar ante una inminente crisis de los cuidados.

María Reglero es la responsable en Derechos de las Mujeres de Oxfam Intermón

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