Por Carmen Castro García
Sin igualdad no hay recuperación. Esa es la evidente conclusión del último Informe de Oxfam, en el el cual se confirma que la supuesta recuperación económica sólo alcanza a quienes ya estaban en los tramos superiores de renta y riqueza.
Los datos hablan por sí mismos: a nivel global, el 1% más rico de la población acumula el 82% de la riqueza generada el año pasado. Parte de estos ricos son quienes se han paseado por el sarao del Foro Económico Mundial de Davos, haciendo gala de su hipocresía y falta de empatía social ante las realidades marcadas por la pobreza, la creciente desigualdad, el cambio climático y la expropiación de los derechos humanos a parte de la población mundial.
Pauta similar se reproduce en el Estado español, donde el 10% de la población más rica acumula el 53,8% de la riqueza y el 1% más rico se reparte el 40% de toda la riqueza creada en 2017, mientras que el 50% más pobre apenas accede al 7%. La obscena acumulación en manos de la minoría elitista ha ido creciendo a un ritmo del 13% anual, mientras que los salarios lo hacían a un 2%. Estos datos deberían ser suficientes para poner en cuestión el discurso de la supuesta recuperación, algo que se revela nítidamente en el informe ¿Realidad o ficción? La recuperación económica en manos de una minoría.