Lo que nos falta es lo que nos separa

Por Nuria Coronado

No es por tirar piedras sobre nuestros tejados pero día sí y día también, a cada foro que acudo sobre liderazgo femenino, escucho que las mujeres no estamos donde nos merecemos por dos obstáculos que nos ponemos solitas. Nos falta hacer networking y perder el miedo a hablar en público.

Si bien, tal y como dice el influencer Alfonso Alcántara @yoriento en la vida profesional  “hace falta más work y menos net”, en el caso de las mujeres puede que tengamos que darle la vuelta a la tortilla. Trabajar ya trabajamos de lo lindo (algo debe influir aquello de creer que tengamos superpoderes y nos liemos la manta a la cabeza para hacer miles de cosas a la vez…aunque en ello se nos vayan las fuerzas) y se prefiera anteponer en muchos casos la conciliación a acudir a saraos varios en los que conectar y darse a conocer.

Hace bien poco decía Monserrat Tarrés @tarremo presidenta de la Asociación de Directivos de la Comunicación (DIRCOM) que “las mujeres trabajamos mucho pero no trabajamos nada el networking y eso no nos ayuda en la vida laboral”  y razón no le falta.

Las redes de contacto (no hablo de las 2.0) dan visibilidad. Una visibilidad que en el caso de estar buscando trabajo resulta más necesaria si cabe. Según el experto @juanmerodiohay que dejar de buscar trabajo para centrarse en conocer gente. Esa es la clave para que surjan oportunidades”. Y como la ocasión la pintan calva los hombres no la dejan escapar. Tanto es así que por cada dos mujeres hacen networking, hay tres hombres que lo hacen. Por eso no deberíamos olvidar que las redes de contacto “no sólo sirven para facilitar las relaciones, sino también para compartir experiencias o generar ideas”, tal y como describe PWC @PwC_Spain en su informe Inspirando, women as leaders

La segunda traba que sufrimos es el miedo paralizante a hablar en público. Natalia Gómez del Pozuelo @NataliaGomez formadora especializada en Comunicación lo dice bien claro: “solo el 10% de la población disfruta haciéndolo”. Y por si estos datos no fueran reveladores añade que ese temor afecta especialmente al sexo femenino. ¿La razón? La inseguridad y la auto exigencia: “De ese 90% restante 6 de las personas con miedo a hablar en público serían mujeres y solo 3 hombres. Por naturaleza tememos la mirada del otro, es una cuestión biológica, pero la menor experiencia de las mujeres en el ámbito público y laboral, junto a la educación recibida que valoraba más la sumisión, provocan en ellas inseguridad en la infancia y la adolescencia que se prolonga a otras edades. En los cursos y entrenamientos en los que trabajo el miedo escénico, me encuentro con mujeres inteligentes y muy capaces, cuyo altísimo nivel de auto-exigencia las paraliza y las lleva a sentir pánico a hablar en público”.

Las palabras de Gómez del Pozuelo se ven avaladas por variados estudios nacionales e internacionales en épocas diferentes. “En la Universidad de Murcia el informe Los miedos en la infancia y la adolescencia muestra que entre el 30% y el 50% de los niños presentan uno o varios miedos intensos. Consistentemente aparecen diferencias de género y edad, encontrándose que las niñas puntúan por encima de los niños en los inventarios de miedo. Otro estudio como el de Ollendick encontró que la media de miedos excesivos era de 13 para las chicas y 9 para los chicos”, añade.

Visto que dejarse ver y escuchar ayuda, y mucho, al desarrollo profesional de nuestras carreras, y eso solo depende de nuestra decisión, tendremos que llenar más el calendario de citas interesantes. Al fin y al cabo, como decía el político y empresario estadounidense Henry Ross Perot: “la vida es como una telaraña y no como un organigrama”. Amén.

Nuria Coronado es periodista, editora en www.lideditorial.com  y responsable de Comunicación de Juan Merodio.

1 comentario

  1. Dice ser Jorge

    Estimada Nuria Coronado,

    Yo creo que hay muchas menos mujeres en puestos directivos en empresas, en cargos políticos y en otros ámbitos, no porque tengan más miedos.

    Las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres, pero muchos de estos puestos exigen algo más que capacidad, exigen mucho trabajo y tiempo.

    Muchos cargos directivos conllevan muchas reuniones kilométricas y jornadas de trabajo interminables, llegar a casa cuando los niños están ya dormidos. Viajes fuera de la ciudad y del país, a veces días, semanas sin dormir en casa.

    La pregunta es: ¿cuántas mujeres están dispuestas a hacer este sacrificio y no ver a sus hijos todas esas noches? , ¿cuántas mujeres están dispuestas a ser astronautas y pasar meses en la estación espacial internacional mientras su hijo de meses ha pronunciado sus primeras palabras o ha dado sus primeros pasos? ¿ Cuántas están dispuestas a dormir muchas noches fuera de casa?…mujeres pocas, hombres muchos…

    Yo soy hombre, tengo hijos, ¿y sabe que?, les regalo un puesto de dirección. Yo quiero ver a mis hijos cada día y dormir en mi casa. Pero he hablado con muchos hombres que por trabajo apenas ven a sus hijos, y al preguntarles si no les importa no verlos, simplementevse se encojen de hombros, y dicen «si, es lo que tiene este trabajo».

    Esa es la explicación, ni miedos ni networking. De verdad cree que las mujeres son inseguras? No se deje engañar, las mujeres son igual de capaces e inteligentes que los hombres, yo creo que la mayoría incluso lo son más. Además ellas tienen muchas cualidades que serían un gran aporte en muchos campos, como su mayor inteligencia emocional, organización, capacidad de análisis y la capacidad femenina de poder hacer muchísimas cosas a la vez, según se ha demostrado ellas pueden trabajar muchas áreas del cerebro simultáneamente lo que les permite procesar mucha y diversa información a la vez pudiendo resolver problemas complejos mejor que los hombres.

    Pero como dije antes, muchos puestos de responsabilidad no sólo requieren de inteligencia y capacidad, sino de un sacrificio que pocas mujeres y muchos hombres si están dispuestos a realizar.

    Atentamente,

    Jorge

    12 mayo 2016 | 01:28

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